Aunque Estados Unidos se enorgullece de la separación entre la Iglesia y el Estado en la arena pública, los católicos tienen un papel único que jugar en el sector público. A veces, se elige a católicos para puestos prominentes en la legislatura o en la rama judicial, como es evidente en nuestra Corte Suprema de Justicia. Otros son parte del proceso legislativo ya que ellos han votado y han usado su voto sabiamente.

Los católicos estamos llamados a participar de la vida pública porque eso significa la promoción de una sociedad justa y estable. Los católicos no solo deben informarse de las demandas de su fe en el ámbito público, sino que deben educarse y buscar educar a otros sobre la necesidad de poner su fe en práctica. La carta de Santiago nos dice: “La fe sin obras está muerta.” Una manera simple en que los católicos pueden demostrar que su fe está viva es a través de su participación en el ámbito público informando en las discusiones políticas los principios católicos con la esperanza de poder formar una sociedad más justa y estable.

Para ver lo que ya se ha hecho en Arizona por los católicos en la Plaza Pública, visite el sitio de Arizona Catholic Conference.