17.o Domingo del Tiempo Ordinario
Oración

Padre Amoroso,
Nos das la bienvenida de estar en tu presencia y en tu casa eterna. Que celebremos tu invitación de estar en tu compañía. También te pedimos a venir y encontrar un lugar en nuestros corazones y vidas. Te pedimos esto por Nuestro Señor, Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

Comentario

Primera Lectura: Génesis 18: 20-32

La hospitalidad de Abraham hacia Dios es ahora a punto de tomar un giro. En nuestra 1ª Lectura de esta semana, Abraham aprovecha la oportunidad de hacer petición para la vida y la seguridad de los justos viviendo en Sodoma.

A desarrollarse la historia, se hace evidente que Abraham debe conseguir el valor para hablar con Dios de una manera tan audaz; excusándose antes de comenzar cada una de sus preguntas para El Señor. Sin embargo, Abraham tiene buenas razones para posicionarse como mediador entre Dios y los pocos inocentes en Sodoma.

Lo que no sabemos por la lectura de esta semana es que las personas inocentes que Abraham está tratando proteger son su sobrino Lot y su familia. Al avanzar la historia, Lot y su familia están apresurados a huir de Sodoma y después de que huyen, Dios lanza su castigo sobre la ciudad.

Sin embargo, el propósito general de la lectura de este domingo es mostrar que Dios aparece ante nosotros con la esperanza de que le pidiéramos favores.
Nuestro Evangelio de hoy se referirá a este punto directamente.

Pregunta

¿Cómo ves que pudieras ser mediador por ellos que tienen necesidades?

Segunda lectura: Colosenses 2: 12-14

Por supuesto, el papel de mediador que tomó Abraham nunca se compararía con el papel tomado por Cristo como mediador entre el cielo y la tierra. Nuestra segunda lectura nos recuerda que Cristo actuó como mediador, incluso para los culpables, no sólo para los justos. De hecho, nadie se encuentra justificado delante de Dios si no es por medio de Jesucristo.
Se colocó un bono sobre nosotros cuando habíamos pecado. Un bono que nunca pudiéramos pagar. Sólo Cristo pagaría por nuestras transgresiones. Por el poder de la cruz, el bono “cuyas cláusulas nos condenaban”, fue clavado en la cruz.

Cada vez que miramos la cruz, debemos recordar el precio que pagó Cristo nuestro mediador para liberar a aquellos de nosotros que fueron encarcelados por el pecado. A través de su cruz y resurrección somos liberados. A través de la fe y El Bautismo en el Señor, somos liberados de nuestras cadenas. ¡Su misericordia es incomparable!

Pregunta

¿Cómo celebras sabiendo que Jesús ha pagado tu bono y te ha liberado de tus cadenas?

Evangelio: Lucas 11: 1-13

Sabemos que Jesús es el templo vivo, El Buen Pastor, la luz del mundo, etc.
Sin embargo, el espera que también seamos un templo vivo, pastores, luz y sal para el mundo. Del mismo modo, a pesar de que Jesús es el único mediador entre el cielo y la tierra, él nos llama para participar en su mediación. Por esta razón, San Pablo dice: “recen unos por otros.”

El punto se hace más claro en este Evangelio en que Jesús nos presenta la oración que decimos todos los días – El Padre Nuestro. Observe que la oración no es una oración del “yo”, sino es una oración de “nosotros”. Se espera que sea ofrecido por nosotros que somos una parte de su cuerpo. Rezamos esta oración para toda la gente de Dios. Hacemos esto especialmente cuando nos reunimos alrededor de Jesús en el Eucaristía. Allí, en la Mesa del Señor, Cristo es nuestro mediador y nosotros tenemos una participación en su mediación.

Dios espera que seamos imitadores de Él y que le pidiéramos a nuestro Padre Celestial lo que sea. Sin embargo, tantos de nosotros no preguntamos por miedo de que nuestra solicitud no sea contestada.
Sólo hay que preguntar, buscar y tocar.

Pregunta

¿Con qué frecuencia oras por otros?

La tarea de esta semana

Escribe tres intenciones de oración para un amigo, miembro familiar, compañero de trabajo, compañero de estudios, etc. Lleva las intenciones (físicamente o mentalmente) a la iglesia e inclúyelos como tus intenciones para la Misa.

Tu acto de hospitalidad significa amar a los que cruzan tus caminos, no sólo cuando están en tu presencia, pero mucho después. Recordando a ellos en la oración es un acto de hospitalidad continuo.

Oración del Grupo

El grupo pasa una vela o una cruz y cada miembro ofrece una intención especial para alguien que lo necesite. Pueden concluir cada petición con, “Señor, escucha nuestra oración.”

Continúe con el Salmo 15.

Salmo

Respuesta: Te damos gracias de todo corazón.

De todo corazón te damos gracias,Señor,

porque escuchaste nuestros ruegos.

Te cantaremos delante de tus ángeles,

te adoraremos en tu templo.

R. Te damos gracias de todo corazón.

Señor, te damos gracias

por tu lealtad y por tu amor:

Siempre que te invocamos,

nos oíste y nos llenaste de valor.

R. Te damos gracias de todo corazón.

Ese complace el Señor en los humildes

y rechaza al engreído.

En las penas, Señor, me infundes ánimo,

me salvas del furor del enemigo.

R. Te damos gracias de todo corazón.

Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo

y así concluirás en nosotros tu obra.

Señor, tu amor perdura eternamente;

obra tuya soy, no me abandones.

R. Te damos gracias de todo corazón.

Concluir con el PADRE NUESTRO

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