27.o Domingo del Tiempo Ordinario
Oración

Padre de la vida, Tu eres es el creador y dador de todas las cosas buenas. Te damos gracias por darnos la vida. Ayúdanos a ser buenos administradores de la vida. Amén.

Comentario

Primera Lectura: Habacuc 1: 2-3; 2: 2-4

Al mirar a los crímenes infligidos por la humanidad, podemos entender ciertamente el grito del profeta Habacuc. El mundo en que vivía él parecía horrible. La nuestra no se ve mucho mejor. Podemos decir, como él lo hizo, ” Ante mí no hay más que asaltos y violencias, y surgen rebeliones y desórdenes.”

Mientras que vivimos en este mundo que pasa, nos podemos olvidar fácilmente que un mundo nuevo nos espera a todos. Si somos pacientes y respondemos a Dios – incluso en este mundo violento – nuestra esperanza en Dios ” no fallará.” Los que no esperan en Dios van a caer en la complacencia y aceptaran el mundo violento en el que vivimos como lo mejor que podemos esperar. Esta aceptación complacencia no es la manera de ser para los administradores de la vida. Dios dice: ” El malvado sucumbirá sin remedio; el justo, en cambio, vivirá por su fe.”

Pregunta

¿Cómo estás proclamando el Evangelio de la Vida?

Segunda lectura: 2 Timoteo 1: 6-8, 13-14

Un Cristiano complacientes no está dispuesto a compartir el Evangelio de La Vida. Él o ella puede creer que no hay un punto de propagar tal Evangelio, porque el mundo parece ser una causa perdida. La violencia y la muerte parecen estar a nuestro alrededor.

San Pablo habla de otro tipo de Cristiano que está mal dispuesto a propagar las Buenas Noticias del Evangelio. El Cristiano cobarde no cree que él o ella está equipado para compartir el Evangelio de Cristo. Esto está en contra de la fuerza del Espíritu Santo, que capacita a todos los cristianos a ser administradores de la vida. San Pablo dice: “Porque el Señor no nos ha dado un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de moderación.”

San Pablo bendijo a sus discípulos y dijo: “Te recomiendo que reavives el don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos.” Aquellos de nosotros que hemos celebrado el Sacramento de La Confirmación hemos sido apoderados – reavivados con el Don de Dios – a través de la imposición de manos de nuestro obispo para compartir el Evangelio de Cristo sin miedo. Jesús lo dijo claramente: “el miedo es inútil.” Si somos cobardes, estamos resistiendo El Espíritu Santo.

Pregunta

¿De qué manera estas resistiendo el fuego y el poder del Espíritu Santo de compartir el Evangelio de la Vida?

Evangelio: Lucas 17: 5-10

Se ha dicho que nunca debemos pedirle a Dios que nos dé más paciencia, porque entonces nos dará más cruces para poder usar nuestra paciencia aumentada. Más bien, debemos utilizar la paciencia que Dios nos ha dado con prudencia y con un propósito.

De la misma manera, si le pedimos al Señor “Auméntanos la fe,” Jesús responderá como lo hizo en nuestro Evangelio de este Domingo: ” Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decir a ese árbol frondoso: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y los obedecería.”

Al pedir para tener más paciencia o más fe, estamos haciendo excusas de no poder ser siervos del Señor: “No estoy equipado todavía para servir al Señor.”

El complaciente y el cobarde siempre encontrará razones para no ser auténticamente Cristiano. Sin embargo, un Cristiano auténtico acepta que el Evangelio debe ser compartido de donde él o ella está ahora. Los Cristianos auténticos dicen: “‘No somos más que siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer’.” Los Cristianos auténticos no esperan hasta mañana, o hasta que tengan una carrera exitosa, o hasta que se convierten en ricos, o hasta que se aumentan su fe y paciencia. Propagan el Evangelio ahora!

Pregunta

¿Estás esperando el momento adecuado para compartir el Evangelio de la Vida?

La tarea de esta semana

Toma el tiempo para descubrir un programa o movimiento sobre el Evangelio de Vida en tu parroquia. Pregúntale a tu pastor para consejo de cómo unirte a un tal grupo.
También podrías considerar la posibilidad de unirte a una caminata de oración o cadena de oración para aumentar conocimiento sobre el tópico del Derecho a la Vida.

Oración del Grupo

San Juan Pablo II dijo, “El que acepta la “Vida” en el nombre de todos y para el bien de todos fue María, la Madre Virgen; por eso ella es la más cerca y la más personalmente asociada con el Evangelio de la vida.”

Después de considerar esto, el grupo esta invitado a rezar el Ave María.

Dios te salve María llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte Amén.

Continúe con el Salmo 95.

Salmo

Respuesta: Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Vengan, lancemos vivas al Señor,

aclamemos al Dios que nos salva.

Acerquémonos a él, llenos de júbilo,

y démosle gracias.

R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Vengan, y puestos de rodillas,

adoremos y bendigamos al Señor,

que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo;

él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.

R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Hagámosle caso al Señor, que nos dice:

“No endurezcan su corazón,

como el día de la rebelión en el desierto,

cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras”.

R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Concluir con el PADRE NUESTRO

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