29.o Domingo del Tiempo Ordinario
Oración

Padre de la vida,
Tu ere el creador y dador de todo bien. Nosotros te damos gracias por darnos la vida. Oramos para que respondamos a nuestra vocación de ser administradores de tu creación y de respetar y apreciar la vida en todas sus formas. Amén.

Comentario

Primera Lectura: Éxodo 17: 8-13

Hemos visto que una vida de complacencia, cobardía, e ingratitud bloquean el camino a la administración verdadera. También hemos visto que un giro constante al Señor con alabanzas y agradecimientos continuos es una señal de la administración Cristiana auténtica.

Esta semana, nos centramos en el poder de la oración persistente como un clave para vencer al mundo que está en contra del Evangelio de vida. Sabemos que Dios es la fuente de la vida, el sustentador de la vida, y el dador de la vida eterna. Es por esta razón, que debemos volver a Dios en la oración diaria y sin interrupción.

Nosotros no somos el dador y sustentador de la vida. Y por eso debemos volver a Dios en la oración.
Debemos orar siempre.

Nuestra oración no puede ser intermitente. Debe ser constante. La imagen de Moisés manteniendo sus manos levantados – hasta con la ayuda de Aarón y Jur
– muestra que Dios está a cargo de nuestras batallas terrenales. Josué está luchando en la batalla, pero es Dios – a través de la intercesión de Moisés – que gana la guerra. Dios está a cargo; sin embargo, Él espera que seamos administradores (tener una mano en sus obras) a través de la oración y la intercesión. Dios espera que nosotros intercedamos por el mundo. Con Cristo como nuestra cabecilla, oramos por el mundo por siempre.

Pregunta

¿De qué manera rezas por el mundo?

Segunda lectura: 2 Timoteo 3:14 – 4: 2

Al llegar al término de estas 6 semanas, vemos la urgencia para los Cristianos que refuercen su forma de vida en Cristo. Ya no podemos ser complacientes, cobardes, ingratos, o carentes de oración. San Pablo nos recuerda a “permanecer firme a” lo que hemos “aprendido y se nos ha confiado.” Debemos ser persistentes en esta fe; “insistiendo a tiempo y a destiempo.”
La verdad es que casi nunca es conveniente a permanecer fieles al Evangelio y ser administradores de la vida. Por esta razón, a muchos Cristianos buenos se le aflojará su fe. Son como buena semilla que cae en suelo rocoso. No son capaces de crecer raíces en su fe y por eso no son capaces de producir frutos.

La fe requiere mucho trabajo. No es para los débiles.

San Pablo, quien corrió la buena carrera y peleó la buena batalla, nos carga para ser igualmente persistentes en nuestra fe. Nos recuerda que nosotros seremos juzgados un día, en nuestra capacidad de ser persistentes. La pregunta es: “¿Nos encontraremos entre los vivos o los muertos cuando viene el día del juicio?”

Pregunta

¿De que manera eres persistente en tu fe?

Evangelio: Lucas 18: 1-8

Este Evangelio complementa nuestra primera lectura. Orar sin cansarse es el desafío que tenemos por delante.
Por supuesto, como recordamos, Moisés tuvo la ayuda de Aarón y Jur mientras que el oraba. Afortunadamente, también nosotros contamos con la ayuda de nuestra Iglesia cuando oramos al Señor. No tenemos que hacer esto solo. Para ser administradores de la vida y anunciar el Evangelio de la vida, debemos orar y recibir apoyo en nuestra oración por El pueblo de Dios.

Hemos escuchado a las personas que dicen que no necesitan la religión o la Iglesia para conocer, amar y servir al Señor. Esta es una gran mentira. Todos necesitamos el uno al otro. “Ningún hombre es una isla.”

Como administradores, debemos orar. Sin embargo, Dios nunca dijo que tenemos que orar solos. En la Iglesia primitiva, Cristianos se reunieron diariamente para compartir el pan y adorar al Señor. Juntos, intercedieron por los demás y para el mundo. La Iglesia Cristiana todavía hace esto hoy.

Nos necesitamos unos a otros para reforzar nuestra fe. Es fácil cansarnos en la oración. Orar sin llegar a ser cansado requiere apoyo. El apoyo de los demás a de Cristo en Nuestro Barrio, a través de los grupos de oración de la parroquia, y por medio de celebraciones regulares de los Sacramentos – especialmente la Eucaristía – mantener nuestras manos levantadas en la oración cuando nos enfrentamos a este mundo lleno de problemas. través

Pregunta

Jesús pregunta: “cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen ustedes que encontrará fe sobre la tierra?” Si nos apoyamos mutuamente en la oración, lo hará.
¿Cómo estás ayudando a otros en su vida de oración?

La tarea de esta semana

Comunícate con alguien y dile que estas orando por ellos. Quizá quisieras que te acompañen a visitar a Jesús en el Santísimo Sacramento. O podrías ofrecer una misa de intención para alguien que está en necesidad de tu apoyo poderoso que es la oración.

Oración del Grupo

El líder del grupo pasa una cruz alrededor de la habitación. Cuando cada miembro del grupo tiene la cruz, él / ella comparte una oración por un ser querido. La cruz se hace pasar de nuevo y cada miembro ofrece a Dios una oración de gracias.

Continúe con el Salmo 121.

Salmo

Respuesta: El auxilio me viene del Señor.

La mirada dirijo hacia la altura

de donde ha de venirme todo auxilio.

El auxilio me viene del Señor,

que hizo el cielo y la tierra.

R. El auxilio me viene del Señor.

No dejará que des un paso en falso

pues es tu guardián y nunca duerme.

No, jamás se dormirá

o descuidará el guardián de Israel.

R. El auxilio me viene del Señor.

El Señor te protege y te da sombra,

está siempre a tu lado.

No te hará dado el sol durante el dí

ni la luna, de noche.

R. El auxilio me viene del Señor.

Te guardará el Señor

en los peligros y cuidará tu vida;

protegerá tus ires y venires

ahora y para siempre.

R. El auxilio me viene del Señor.

Concluir con el PADRE NUESTRO

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