5.o Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

El Obispo John Dolan, de la Diócesis de Phoenix, ofrece esta serie de cinco partes sobre el Sermón del Monte.

Durante estas cinco semanas, estás invitado a redescubrir las palabras poderosas de Jesús encontradas en el Evangelio de Mateo.

Para más información sobre esta serie de cinco dphx.org/Cristo-en-nuestro-vecindario

Oración

Señor, nuestro Dios, por su naturaleza, Jesús es la Luz del Mundo y la sal de la tierra. Por gracia, somos llamados luz y sal. Que seamos la lámpara de esperanza para los que viven en la oscuridad. Esto lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Comentario

Primera lectura: Isaías 58: 7-10

La semana pasada, San Pablo nos recordó que si nos gloriamos, debemos gloriarnos en el Señor. Ciertamente, Cristo está a cargo y nosotros no lo estamos.

Sin embargo, como administradores Cristianos, no nos mantenemos inactivos mientras que Dios hace todo el trabajo. El Señor espera que nosotros seamos la luz para el mundo y sal para la tierra (ver el Evangelio de hoy).

Isaías nos muestra lo que el Señor espera de nosotros: “Comparte tu pan… abre tu casa al pobre sin techo…. viste al desnudo…. no des la espalda a tu propio hermano” etc.

Como se nos recordó la semana pasada, no es suficiente que nosotros mantengamos la ley. Más bien, debemos recordar su propósito. Los Mandamientos solamente son tan efectivos como la primera ley que apoya el resto: ¡La Ley de la Caridad!

Preguntas

    • ¿De qué manera das pan al hambriento, abres tu casa al pobre sin techo, o das ropa al desnudo?
    • ¿Cómo ayudas a los afligidos?

2a Lectura: 1 Corintios 2: 1-5

San Pablo era un hombre que tenía una personalidad fuerte. Nosotros Recordamos sus modos entusiásticos antes de su conversión al Cristianismo. Después de su conversión, todavía tenía un personalidad entusiastica, pero sin violencia en su corazón.

Esta segunda lectura muestra un lado más suave de Pablo cuando declara a los Corintios que se presentó “débil y temblando de miedo” y sin “palabras de hombre sabio.”

Las palabras humildes de Pablo tenían un propósito. Era una manera de demostrar que no era predicador ostentoso que venía a aprovechar de ellos.

Más importante aún, su propósito era mostrar que la sabiduría verdadera vino de Dios mismo para que su fe no se mantenga en la elocuencia de Pablo sino en el Señor.

Compartiendo este lado humilde, fue capaz de mover a los Corintios a aceptar este nuevo Evangelio de Jesucristo.

Preguntas

    • ¿Cómo ayuda tener un espíritu de humildad a propagar el Evangelio?

Evangelio: Mateo 5: 13-16

Aunque San Pablo ofreció un lado humilde de sí mismo (2da Lectura), era un personaje fuerte que sabía que El Señor esperaba que él cargara su peso.

En nuestro Evangelio, Jesús espera que nosotros carguemos nuestro peso también. No podemos ocultarnos como una luz bajo una cortina de la lámpara o una cesta de bushel.

El Sermón del Monte es un desafío para que los discípulos de Jesús lleven Las Buenas Nuevas del Señor a través de palabras y hechos. ¡Así es proclamado el Evangelio – a través de nosotros!

Hay muchos Cristianos que creen que su fe es una aventura privada y que no debemos empujar nuestra fe sobre los demás.

Por supuesto, no hay que hacer proselitismo – persuadir, secuestrar o robar a la gente para Jesús. Por otra parte, estamos llamados a evangelizar; eso es, invitar a la gente a conocer al Señor. De esta manera, el Evangelio puede ser compartido de una generación a la que sigue.

El famoso predicador americano, Billy Graham, una vez fue desafiado por una madre. Ella dijo: “No creo que debería llevar a mi hijo al estudio de la Biblia. Estoy dejando que el haga la decisión de aceptar a Jesús cuando es un adulto.” Graham respondió, “Al no darle a tu hijo la Biblia ahora, ya estás enseñándole algo; que Jesús no debe ser muy importante para ti.”

Preguntas

    • ¿Cómo eres una luz para el mundo?

La Tarea de Esta Semana

Este fin de semana se celebra el Día Mundial de Oración por la Vida Consagrada. Tómate un momento para orar por una hermana o hermano religioso que ha tocado tu vida.

Si tienes la oportunidad, dile a un hombre o una mujer consagrada que aprecias que es luz para el mundo.

Oración del Grupo

El grupo ora lo siguiente:

Esta pequeña luz mía, voy a dejar que brille
Esta pequeña luz mía, voy a dejar que brille.
Esta pequeña luz mía, voy a dejar que brille,
Dejar que brille, dejar que brille, dejar que brille.

¡Ocúltala debajo de un una canasta, no! Voy a dejar que brille
¡Ocúltala debajo de un una canasta, no! Voy a dejar que brille,
¡Ocúltala debajo de un una canasta, no! Voy a dejar que brille,
Dejar que brille, dejar que brille, dejar que brille

Continúe con el Salmo 111

Salmo

Respuesta: El justo brilla como una luz en las tinieblas.

Quien es justo, clemente y compasivo.
Como una luz en las tinieblas brilla.
Quienes, compadecidos, prestan
y llevan su negocio honradamente
jamás se desvairán.

R. El justo brilla como una luz en las tinieblas.

El justo no vacilará;
vivirá su recuerdo para siempre.
No temerá malas noticias,
porque en el Señor vive confiadamente.

R. El justo brilla como una luz en las tinieblas.

Firme está y sin temor su corazón.
Al pobre da limosna,
obra siempre conforme a la justicia;
su frente se alzará llena de gloria.

R. El justo brilla como una luz en las tinieblas.

Concluir con un PADRE NUESTRO

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