6.o Domingo de Pascua
Oración
Padre amoroso,
Abre nuestros ojos para ver a su hijo que resucito y abrió para nosotros la promesa brillante de la inmortalidad. Que seamos testigos al testimonio de su vida, muerte y resurrección en este Tiempo de Pascua y durante toda nuestra vida. Concede esto por Cristo nuestro Señor. Amén.
Comentario
Primera Lectura: Hechos 15: 1-2, 22-29
Si recuerdan, en semanas anteriores, los Santos Pablo y Bernabé se encontraron con dificultades en tratar de llevar el Evangelio a Judíos de habla griega.
Tuvieron mejor suerte entre los Gentiles. Mientras que los Apóstoles encotraban dificultades ellos afuera de la Iglesia, también se enfrentaban a las tensiones dentro de la Iglesia.
Pablo y Bernabé estaban confrontados con el problema de qué hacer con los nuevos cristianos que no estaban circuncidados. A estos nuevos convertidos se les dijo por otros líderes que “No podrían salvarse” a menos que siguieran las prácticas mosaicas.
Pablo y Bernabé convocaron con los Apóstoles y los presbiteros de la iglesia en Jerusalén sobre este asunto. Un mensaje fue enviado a la Iglesia Gentil recién formada que una decisión del “Espíritu Santo” y el Concilio de no colocar esas cargas mosaicas sobre los gentiles fue acordado y que, además de aceptar a obedecer algunas leyes obvias, los gentiles convertidos estaban bien. Este Concilio de Jerusalén sería el primero de muchos en la historia de nuestra Iglesia; nuestro último Sínodo sobre la familia siendo el último.
Pregunta
¿Ve usted valor en las leyes y preceptos de la Iglesia?
Segunda lectura: Apocalipsis 21: 10-14, 22-23
La visión de Juan en nuestra segunda lectura es algo que un productor de cine le encantaría volver a recrear hoy. Especialmente con todas de las nuevas tecnologías y los gráficos, imagine al celeste Jerusalén con todas sus piedras preciosas, cristales, altas paredes, puertas y doce ángeles arrojados sobre una pantalla de cine. Imagínelas en 3-D. ¡Guau!
Sin embargo, ni los mejores trucos cinematográficos del productor, ni siquiera la experiencia vivida por Juan en la revelación, podría reemplazar lo que se sitúa detrás de lo que es retratado. Las imágenes de la Nueva Jerusalén son sólo una fachada de lo que habita dentro de sus paredes. Tenga en cuenta que nunca hay una descripción completa de Dios. Y, sin embargo, Juan es capaz de señalar a Dios como el templo nuevo.
Esto, incidentemente, es una de las razones por las cuales el Libro de Revelación (a pesar de que fue escrito a finales del primer Siglo) fue aceptado como una obra auténticamente inspirada e incluida en el canon de la Biblia Cristiana. Si Juan hubiera descrito de Dios en detalle, el libro habría sido descartado como un mero sueño de fantasía o alucinación.
Nuestra iglesia juzga las apariciones de María o Los Santos en la misma manera. Si las apariciones son demasiadas detalladas, están vistas con sospecho.
Pregunta
¿Alguna vez tuvo una visión de Dios o sólo confía en su presencia?
Evangelio: Juan 14: 23-29
En nuestra 1ª lectura, leímos sobre la convocación del Concilio de Jerusalén y como tomaron su decisión en consulta con El Espíritu Santo. Es este mismo Espíritu a el que la Iglesia se dirige este domingo en anticipación de la fiesta de Pentecostés en unas pocas semanas.
En la víspera de su muerte, Jesús les dice a sus discípulos que él se va a su Padre en el cielo. Él les promete que regresará de nuevo. Mientras tanto, Jesús les ofrece dos regalos de despedida. La primera es un regalo personal de sí mismo: ” La paz les dejo, mi paz les doy.” El segundo regalo vendrá más tarde (después de su resurrección). El don del Espíritu Santo será enviado por Su Padre y en el nombre de Jesús.
Siendo Católicos, celebramos el don del Espíritu Santo que procede (dado) del Padre y el Hijo. En la Iglesia Ortodoxa, el Espíritu Santo procede del el Padre y por medio del Hijo. Lo que hoy parece ser un debate diminuto con respecto a quién y cómo el Espíritu se da, era una batalla mayor en la Iglesia primitiva.
Sin embargo, nuestras dos Iglesias celebran el don necesario del Espíritu Santo quien nos hace santos.
Pregunta
¿Cómo ha dado las gracias al Padre y a Jesús por los regalos de la Paz y El Espíritu Santo en su vida?
La tarea de esta semana
En unas pocas semanas, celebraremos la Fiesta de Pentecostés.
Tómese el tiempo esta semana para estudiar sobre la tercera persona de la Santa Trinidad – El Espíritu Santo.
Estudie la Sección 2, Capítulo 3, y el artículo 8 sobre “Creo en el Espíritu Santo” que se encuentra en el Catecismo de la Iglesia Católica.
Oración del Grupo
El líder guía al grupo con una renovación de Pascua. Un tazón de agua bendita puede ser colocado en el centro, así los miembros pueden bendecirse:
Líder: ¿Cree usted en Dios, el Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de tierra?
Respuesta: Si, lo creo.
Líder: ¿Cree usted en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de la Virgen María, padeció y fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Respuesta: Si, lo creo.
Líder: ¿ Cree usted en el Espíritu Santo, la Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna?
Respuesta: Si, lo creo.
Continúe con el Salmo
Salmo
Respuesta: Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.
Ten piedad de nosotros y bendícenos;
vuelve, Señor, tus ojos a nosotros.
Que conozca la tierra tu bondad
y los pueblos tu salvación.
R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.
Las naciones con júbilo te canten,
porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos
y guías las naciones en la tierra.
R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos,
que los pueblos te aclamen todos juntos.
Que nos bendiga Dios
Y que le rinda honor el mundo entero.
R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.
Concluir con el PADRE NUESTRO
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