18.o Domingo del Tiempo Ordinario
Oración
Oh Sagrado Corazón de Jesús,
Inspira a nuestros corazones con sabiduría. Llena nuestros corazones de amor. Fabrica nuestros corazones para la misericordia. Conforme nuestros corazones al Tuyo. Amén.
Comentario
Primera Lectura: Eclesiastés 1: 2, 2: 21-23
Estás invitado a darle a tu corazón seis semanas de retirada. Comenzamos nuestro retiro con un pasaje del Eclesiastés que se encuentra en la literatura de la sabiduría del Antiguo Testamento. Cohélet significa “ensamblador” o “colector de datos”.
Reuniendo datos de lo que se observa aquí en la tierra, el escritor llega a una conclusión que – en comparación con la muerte – “todo las cosas son vana ilusión”. Si somos sabios o necios, ricos o pobres, fuertes o débiles, todos vamos a llegar a la misma suerte. La muerte es el gran ecualizador.
Si esta carta parece ser deprimente, es porque probablemente estaba escrita durante un tiempo de gran depresión de los Judíos. Habían perdido su tierra natal y estaban vagando sin rumbo, tratando de averiguar lo que Dios tenía reservado para ellos.
Eclesiastés anima al que lo está leyendo a buscar la sabiduría en lugar de la locura; incluso mientras que se preguntan cuál es el plan que Dios tiene para ellos. Ciertamente, Dios no quiere que su pueblo confíe en las cosas de la tierra. El punto es de no colocar toda nuestra esperanza en este mundo que pasa. Nuestro corazón debe estar en algo más grande.
Pregunta
¿Cómo has estado demasiado preocupado por las cosas de esta tierra? ¿Eres adicto a la televisión, noticias, política, etc.?
Segunda lectura: Colosenses 3: 1-5, 9-11
San Pablo desafía a los colosenses a pensar en “los bienes del cielo, no en los de la tierra.” En contrasto al tono sombrío en Eclesiastés – Donde la muerte es el gran ecualizador y todas las cosas son vanidad, San Pablo ofrece a su audiencia una razón para esperar en lo que se encuentra más allá de la muerte. Él escribe: “Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba.”
Su llamada a tener esperanza en lo que está arriba viene con un desafío. Dado que – como dice Cohélet en Eclesiastés – todas las cosas “de la tierra” son vana ilusión, Pablo nos dice matemos a todas las cosas de la tierra: “fornicación, impureza, pasiones desordenadas, el deseo malo y la avaricia que es idolatría”.
Los cristianos creen en la vida después de la muerte. Por lo tanto, debemos poner atención a las órdenes de Pablo a “dejar de mentir.” Un corazón cristiano que vive solo por este mundo no permanece en la verdad. Nos hemos vestido de Cristo (nuestro nuevo ser) y hemos puesto a la muerte al ser viejo.
Pregunta
¿Cómo estás poniendo a la muerte la inmoralidad, la impureza, las pasiones desordenadas, el malo deseo y la codicia?
Evangelio: Lucas 12: 31-21
La avaricia es un vicio que invade el corazón Cristiano. Casi nadie se expone a ser codicioso.
En general, la codicia nace de una sensación de inseguridad que puede entrar al corazón en cualquier momento. La inseguridad – y la codicia – es común a ambos ricos y pobres. No pertenece solamente a los ricos.
Considere el hecho de que Jesús habló sobre todo para aquellos con un menor nivel económico. Es a ellos que él dice, ” Eviten toda clase de avaricia.”
Ofreciendo a su audiencia una parábola acerca del rico necio, Jesús advierte contra almacenar tesoros aquí en la tierra. En su lugar, invita a sus discípulos a adquirir “lo que vale ante Dios.”
El corazón Cristiano puede ser dividido fácilmente; especialmente cuando nos enfrentamos a la inseguridad financiera, los problemas relacionados con la salud, separación o la muerte de un ser querido. Un corazón fuerte en el Cristianismo toma en cuenta estos reveses humanos. Sin embargo, tal corazón no está preocupado porque cree en un Señor que vence todas las inseguridades.
Pregunta
¿Qué prácticas espirituales debes emplear para protegerte de la inseguridad y la codicia?
La tarea de esta semana
Toma el tiempo esta semana para fortalecer tu corazón espiritual:
1) Llena tu corazón con sabiduría a través de una meditación diaria sobre algunas escrituras de la Biblia.
2) Bendice a tu corazón con tiempo en silencio con Dios.
3) Moviliza tu corazón con un acto de misericordia.
Oración del Grupo
El grupo ofrece la siguiente oración de Santa Margarita María Alacoque:
Oh Jesús mío, tu has dicho: “En verdad les digo, pidan y recibirán, buscan y encontrarán, toquen y se les abrirá. “He aquí que yo toco, busco y pido por la gracia de (nombre aquí tu solicitud)
Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en Ti.
Continúe con el Salmo.
Salmo
Respuesta: Señor, ten compasión de nosotros.
Tú haces volver al polvo a los humanos,
diciendo a los mortales que retornen.
Mil años son para ti como un día,
Que ya pasó; como una breve noche.
R. Señor, ten compasión de nosotros.
Nuestra vida es tan breve como un sueño;
semejante a la hierba,
que despunta y florece en la mañana,
y por la tarde se marchita y se seca.
R. Señor, ten compasión de nosotros.
Enséñanos a ver lo que es la vida
y seremos sensatos.
¿Hasta cuando, Señor,
vas a tener compasión de tus siervos?
¿Hasta cuando?
R. Señor, ten compasión de nosotros.
Llénanos de tu amor por la mañana
y júbilo será la vida toda.
Que el Señor bondadoso nos ayude
y dé prosperidad a nuestras obras.
R. Señor, ten compasión de nosotros.
Concluir con el PADRE NUESTRO
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