“Aunque es verdad que esa misión demanda gran generosidad de nuestra parte, podría ser equivocado verlo como una empresa heróica individual, para ello lo primero y principal es el trabajo de Dios, sobrepasando cualquier cosa que podamos ver y entender…Dios toma la iniciativa… ‘Él nos ha amado primero’ (1Juan 4:19) y… El solamente ‘hace crecer’” (1 Cor. 3:7).

– Papa Francisco, Evangelii Gaudium, 12

Temas de la Doctrina Social Católica

Siete temas han estado en el corazón de la de la tradición social Católica como fundamento en los documentos papales, conciliares y episcopales. Esos temas enseñan acerca de la construcción de una sociedad justa y de vivir una vida de santidad en medio de la sociedad moderna.

La Iglesia siempre ha enseñado que la vida humana es sagrada , desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. Cada persona tiene dignidad intrínseca.

Acciones, eventos y circunstancias que violan la dignidad son immorales y deben ser paradas o cambiadas.

Algunas de esas son el aborto, la eutanasia, le pena de muerte, las guerras injustas, la opresión de las poblaciones minoritarias, y los sistemas politicos o económicos que tratan a los seres humanos como medio para (obtener) un fin.

1. Vida y dignidad de la persona humana

Cada persona humana es creada a imagen y semejanza de Dios. Por lo tanto, la vida y la dignidad de cada persona tiene que ser respetada y apoyada desde las concepción hasta la muerte natural. Nosotros creemos que la medida de cada institución radica en si amenaza o mejora la vida y dignidad de la persona humana.

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2. Llamado a la familia, a la comunidad y a la participación

Somos criaturas sociales y vivimos en una interdepenencia el uno del otro.

Tenemos la responsabilidad de cuidar a las familias y el deber de proteger lo sagrado del matrimonio.

El sagrado vínculo del matrimonio, entre un hombre y una mujer, es la fuerza unificadora central de la familia, así como la familia es la fuerza unificadora central de la sociedad.

Nosotros tenemos un efecto sobre nuestros vecindarios, sobre nuestras ciudades, sobre nuestro estado, sobre nuestro país y sobre nuestro mundo, y tenemos la responsabilidad de cuidar de nuestras comunidades más grandes con el mismo amor, confianza y cuidado desinteresado que une a nuestra familia.

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3. Derechos y responsabilidades

Cada persona tiene el derecho intrínseco a la vida, y el deber y la responsabilidad de protegerla.

Cada persona tiene el derecho a los elementos necesarios de decencia humana, y el deber y la responsabilidad de proveerlo a los demás.

La tradición Católica enseña que la dignidad humana puede ser protegida, y que una comunidad saludable puede ser lograda solamente si los derechos humanos son protegidos y las responsabilidades son cumplidas.

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4. Opción por los pobres y vulnerables

¿Somos una sociedad justa?

Una prueba básica es es cómo tratamos a los más vulnerables de nuestra sociedad, especialmente a las mujeres y niños. ¿Existe una brecha emplia entre ricos y pobres? ¿Existen suficientes recursos disponibles para los ancianos, los enfermos, los indigentes y esos que viven en pobreza? Cristo nos llama a poner a los pobres y vulnerables en el centro de nuestra preocupación.

El compromiso primario con los pobres es permitirles ser participantes activos en la vida de la sociedad. Eso no es sacarles las manos, sino elevar la situación a un esfuerzo conjunto.

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5. La dignidad del trabajo y los derechos de los trabajadores

La economía debe servir a las personas, no hay otro camino. El trabajo es más que una manera de hacer un modo de vida; es una forma de participación contínua en la creación de Dios.

Si la digndad del trabajo es para ser protegida, entonces los derechos básicos de los trabajadores tienen que ser respetados — el derecho a un trabajo productivo, a salarios decentes y justos, la organización de uniones o sindicatos, a la propiedad privada y a la iniciativa económica.

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6. Cuidando la creación de Dios

Cuidando el mundo no es solamente el esologan “Día del Planeta”, es una exigencia de nuestra fe.

Nosotros mostramos nuestra reverencia por el Creador y nuestra greatitud por Sus dones para nuestra administración de la creación.

Somos llamados a proteger a las personas y al planeta, viviendo nuestra fe en relación con toda la creación de Dios. Este desafío ambiental tiene fundamento moral y dimensiones éticas que no pueden ser ignoradas.

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7. Solidaridad

Somos una familia humana — cualquiera que sean nuestras diferencias nacionales, raciales, éticas, económicas e ideológicas. Somos nuestros hermanos y hermanas guardianes, donde quiera que ellos estén.

Amar a nuestro vecino tiene dimensiones globales en un mundo que se encoge.

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