Responsabilidad en Nuestros Seminarios
Una vocación al sacerdocio le llega a un joven en forma de un llamado personal de Dios, un llamado que estuvo presente desde toda la eternidad en la voluntad de Dios.
Durante su tiempo en el seminario, un joven crece en santidad, autoconciencia y madurez personal a través de todo el proceso de discernimiento y por su tiempo en un programa de formación. Él, su futuro y la Iglesia se enriquecen con la experiencia.
I. A donde ha venido la Iglesia en los últimos 30 años
Desde la explosión de las recientes revelaciones de escándalos dentro de la Iglesia Católica, ha surgido la cuestión de la salud de nuestros seminarios.
Se ha vuelto cada vez más claro que hubo un momento particularmente difícil para nuestros seminarios en los años posteriores al Concilio Vaticano II. Aquí hay algunos factores:
- La revolución sexual
- Una iglesia complaciente
- Evaluación deficiente
- Confusión teológica
“Es importante para el sacerdote, que está llamado a acompañar a otros a través del viaje de la vida hasta el umbral de la muerte,tener el equilibrio correcto de corazón y mente,razón y sentimiento,cuerpo y alma,y estar humanamente integrado.” — Papa Benedicto XVI

II. Lo que hacemos antes de ingresar al seminario
Un hombre que ingresa al seminario para la Diócesis de Phoenix solo después de un discernimiento significativo de su parte y de la Iglesia:
- Conocer al discernidor
- El proceso de solicitud
- Evaluaciones y Pruebas
- Recomendación al obispo

“Mi objetivo es no hacer mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Jn 5:30)
III. Qué pasa en el seminario
Cuando uno es admitido en el seminario,comienza lo que llamamos “formación”. Esto sucede en una comunidad que incluye seminaristas, sacerdotes y profesores, y personal laico.
La visión de la Iglesia para la formación se expresa claramente en la Exhortación Apostólica del Papa San Juan Pablo II, Pastores Dabo Vobis. Hay cuatro áreas esenciales de la formación y preparación de un seminarista para ser un sacerdote equilibrado, santo, erudito y efectivo. Estas áreas de formación sacerdotal, en resumen, se pueden representar de la siguiente manera:
- Formación humana
- Formación espiritual
- Formación intelectual
- Formación pastoral