Navidad es uno de los días más importantes de la Iglesia en el año, el segundo solo despúes del Domingo de Pascua.

Es la fiesta de la Encarnación, la fiesta de la venida de Dios hecho carne (del latín “in carne”, que quiere decir “encarnación). Es una singular enseñanza Cristiana, la elección Divina de convertirse en uno de nosotros. Porque de esta creencia, Dios es no sólo Trascendente, sino totalmente inmanente, Emmanuel (Dios con nosotros). Mientras permanencemos Trascendentes (lo que significa que debemos elevarnos por encima de nuestra actual condición para alcanzarlo a Él), Él es al mismo tiempo Inmanente (lo cual significa que Él permanence con nosotros mientras nos elevamos hacia Él). Cada Eucaristía es como la Navidad, donde el pan y el vino son transformados en Su carne, Su Cuerpo y su Sangre y, en cierto sentido, Él nace de nuevo en el altar (Fuente: USCCB).

El tiempo litúrgico de Navidad comienza con la Misa de vigilia en Nochebuena  y concluye con la festividad del Bautismo del Señor. Durante este tiempo, celebramos el nacimiento de Cristo en el mundo y en nuestros corazones, y reflexionamos en el regalo de salvación que nace con Él, incluído el hecho de que nació para morir por nosotros.

El árbol de Navidad y el Nacimiento son símbolos populares de este tiempo, y una tradición en muchos hogares Cristianos. Es también algo tradicional el intercambio de regalos entre familiares y amigos, como una forma de honrar el regalo de Dios Padre de su único hijo al mundo. Habiendo recibido el regalo de Cristo, naturalmente, nosotros queremos pasarlo a todos nuestros seres amados.