Pentecostés
Oración
Señor, envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra. Que siempre seamos movidos por nuestro Paráclito a través de tu Hijo. Tú eres El Señor por los siglos de los siglos. Amén.
Comentario
Primera Lectura: Hechos 2:1-11
Todos recordamos la historia de la Torre de Babel en Génesis 11: 1-9 donde, después de la destrucción de la Torre, el Señor confundió el lenguaje de toda la tierra.
La lectura de los Hechos de los Apóstoles nos muestra que lo que fue destruido ahora esta restaurado. El “Balbuceo” confundido de muchos idiomas se comprende ahora por todos los que participan en el mismo Espíritu. Aunque todos Están hablando en su propia lengua, han sido testigos de un milagro de unidad y comunión.
La naturaleza universal de la Iglesia se celebró en ese gran día de Pentecostés. Todavía se celebra hoy. Se nos recuerda que la palabra “Católico” significa “Universal”. En todas las eras y en todos los lugares proclamamos el mismo idioma.
Nuestra fe Católica hace todo lo posible para proteger la universalidad de nuestra fe; especialmente a través de la liturgia de los días de la semana y del domingo y a medio de la celebración de nuestros Sacramentos.
La fuente de toda nuestra unidad es el Espíritu único que reúne a todas las naciones. Somos uno en el Espíritu. Somos uno en el Señor.
Pregunta
¿De qué manera te llama el Espíritu a la unidad y a comunión?
Segunda lectura: 1 Corintios 12:3-7,12-13
Todos sabemos que llamar a Dios, “Padre”, es un regalo de Jesús, el unigénito Hijo de Dios.
Es a través de Jesús que podemos afirmar que somos hijos e hijas adoptivos de nuestro Padre en el cielo. Sólo a través de Cristo conocemos al Padre.
Nuestra fe, a través de la Escritura, también nos recuerda que sólo hay una manera de conocer al Hijo Unigénito. San Pablo nos dice:
“Nadie puede llamar a Jesús “Señor”, si no es bajo la acción del Espíritu Santo.”
Conociendo a Jesús es algo más que un acto intelectual. Por ejemplo, nos sería difícil encontrar una persona en la tierra que no sabe que Jesús existió o que los Cristianos siguen al Cristo.
Conocer al Señor, para San Pablo, es el conocimiento íntimo de Cristo a través de la fe que nos es dada por el aliento del Santo Espíritu. Nacidos de nuevo a través del agua y el Espíritu Santo, conocemos a Cristo como co-herederos, parientes de sangre, y miembros reales del Hogar de Dios.
Preguntas
¿Cómo conoces a Cristo?
Evangelio: Juan 20:19-23
Normalmente, un sacerdote comenzará la Misa con, “El Señor este con ustedes.” Sin embargo, si un obispo viene a su parroquia (quizás en la Confirmación), aquí les dirá, “La paz este con ustedes.” Como sucesor de los Apóstoles, su saludo en la Misa es en respuesta al saludo ofrecido por Jesús a los Apóstoles reunidos en el cuarto de arriba.
Después de que Jesús pronunció estas palabras de Paz, sopló sobre los Apóstoles el don del Espíritu Santo. Con este regalo llegó la comisión a “ser enviados” como Cristo fue enviado por el Padre y para perdonar los pecados.
Como Cristo fue enviado y como Cristo perdonó, entendemos que el compartir del Espíritu fue el compartir de la naturaleza de Cristo. Como Cristo se humilló a sí mismo compartir en nuestra naturaleza humana, por el poder del Espíritu Santo, tenemos una participación en su Divinidad.
Por este don del Espíritu Santo, la Iglesia es verdaderamente el Cuerpo de Cristo. Como Jesús mostró sus manos Y su lado a los Apóstoles, la Iglesia muestra las manos de Cristo al mundo. De hecho, Cristo no tiene más manos que las nuestras.
Pregunta
¿De qué manera eres Cristo a los que te rodean?
La tarea de esta semana
Al celebrar Pentecostés, recordamos a los niños, adultos y adolescentes que han celebrado el sacramento de la Confirmación dentro de la temporada Pascual.
La Fiesta de Pentecostés es un desafío para todos los que tenemos el Espíritu, para invitar a otros al sacramento de la Confirmación. ¿Sabes que casi la mitad de los que celebran su Primera Comunión continúan a celebrar la Confirmación?
Has un punto de preguntarle a alguien si les gustaría participar en la Confirmación. Tal vez, tu podrías ser su patrocinador.
Oración del Grupo
El grupo ora juntos la siguiente secuencia para Pentecostés:
Ven, Dios Espíritu Santo, y envíanos desde el cielo tu luz, para iluminarnos.
Ven ya, padre de los pobres, luz que penetra en las almas, dador de todos los dones.
Fuente de todo consuelo, amable huésped de alma, paz en las horas de duelo.
Eres pausa en el trabajo; brisa, en un clima de fuego; consuelo, en medio del llanto.
Ven, luz santificadora,
y entra hasta el fondo del alma de todos los que te adoran.
Sin tu inspiración divina los hombres nada
podemos y el pecado nos domina.
Lava nuestras inmundicias, fecunda nuestros desiertos y cura nuestras heridas.
Doblega nuestra soberbia, calienta nuestra frialdad, endereza nuestras sendas.
Concede a aquellos que ponen en ti su fe y su confianza
tus siete sagrados dones.
Danos virtudes y méritos, danos una buena muerte y contigo el gozo eterno.
Concluir con el PADRE NUESTRO
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