31º Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Cristo en Nuestro Barrio es un programa de evangelización de la Diócesis de Phoenix.

Oracion

Padre Amoroso,

Ayúdanos a ser instrumentos de tu voluntad en la tierra. Para las veces en que interrumpimos tu voluntad, pedimos perdón. Déjanos ver tu mano en nuestras vidas cada día. Haznos tus instrumentos.

Amén.

Comentario

Primera Lectura: Malaquías 1:14b – 2 :2b, 8-10

Estamos en la tercera semana de nuestra serie sobre vocaciones titulada: “¡Totalmente Comprometido!”

¿Cuántas veces hemos escuchado al Papa Francisco reprender a sacerdotes, seminaristas, obispos y religioso por no estar “Totalmente Comprometido” con su respuesta a la llamada de Dios?

En una ocasión, Su Santidad desafió a nuevos sacerdotes a ser generosos en su misericordia. Él señaló los tiempos cuando los sacerdotes en confesionarios fueron particularmente difíciles para las personas, las personas que vinieron a buscar el perdón. Él dijo: “Tales sacerdotes que son duros de corazón deberían pedirle a su obispo un trabajo de escritorio y “nunca entrar” en un confesionario.”

El Papa Francisco ha desafiado a sacerdotes y religiosos a ser pastores de la gente. Para hacer espacio para las ovejas que no van por el buen camino y para obtener el olor de las ovejas en sus vestimentas.

Todo esto, por supuesto, proviene del mandato de nuestro Dios a los sacerdotes, los profetas y los líderes de la fe que deben ser instrumentos del Señor y no señores en sí mismos. Han hecho una burla de su vocación y han fallado de dar a Dios la gloria. Perdieron su voluntad de estar “Todo Comprometido”.

Por esta razón, Dios reprende a los sacerdotes en nuestra Primera Lectura. “Ustedes se han apartado del camino”, dice el Profeta Malaquías. Debido a su falta de fidelidad, Dios maldice a los líderes de la fe.

Preguntas

    • ¿Qué esperas encontrar en un líder de la fe?

Segunda Lectura: 1 Tesalonicenses 2:7 -9, 13 

Nuestra primera lectura reveló la forma en que los líderes de la fe pueden abandonar su vocación. En lugar de permanecer en el amor del Señor y el cuidado de su rebaño, ellos atienden a sus propias necesidades.

San Pablo ofrece otra forma de pastoreo. Aunque él puede parecer estar alardeando de su servicio a los fieles en Tesalónica, les está recordando que él nunca estaba allí para dañarlos (aparentemente, hay fueron otros pastores que comenzaron a enseñar a los Tesalonicenses en formas que eran contrarias al Evangelio, y Pablo estaba advirtiendo a los fieles sobre ellos).

Pablo les recuerda que él y sus compañeros fueron amables con su comunidad. Fueron como “Madres lactantes” y líderes “decididos a compartir el Evangelio.”

Nadie puede argumentar este hecho que San Pablo, a través de “esfuerzos y fatigas,” proclamaría el Evangelio a lo largo de su ministerio al mundo de los gentiles. Murió como mártir proclamando el Evangelio. Y lo hizo con gentileza y compasión, siempre dando gracias a Dios por aquellos que recibieron su palabra.

Hay muchas monjas, sacerdotes, diáconos, laicos y laicas que siguen la iniciativa de Pablo. Con sincera compasión y dedicación, sirven al Señor diariamente sirviendo a la Iglesia – el pueblo de Dios.

Preguntas

    • ¿Quién es un líder dedicado a la fe en tu vida?

Evangelio: Mateo 23: 1 -12

Nunca dejando que una oportunidad se pierda, el Papa Francisco habló a un grupo visitante de seminaristas que se están capacitando para el sacerdocio. Él los instó a evitar las trampas de la Iglesia: los títulos, las vestiduras clericales, etc.

Advirtió contra el “narcisismo”, y recordó a los seminaristas que su “viaje vocacional” solo será posible si permanecen vigilantes contra esta tentación.

En el Evangelio, Jesús advierte a la gente de fe para desconfiar de los líderes religiosos narcisistas. Tales líderes se preocupan solamente por sí mismo y han perdido de vista el rebaño del Señor.

Si bien podemos ver algunos ejemplos de narcisismo en nuestra jerarquía y comunidades religiosas, la mayoría de nuestros sacerdotes y religiosos realmente tienen corazones dedicados y compasivos por sus feligreses y comunidades.

No debería sorprendernos saber que en los últimos cinco años, ha habido un aumento en las vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa. ¿Puede ser esto parte de lo que se llama “El Efecto de Francisco”? Compare incluso los datos de estos dos últimos años sobre la tema de la vida religiosa:

En 2016, 216 mujeres y hombres profesaron los votos perpetuos en comparación a 136 mujeres y 75 hombres en 2015.

El llamado a estar de servicio y no ser servido puede estar comenzando a ser popular de nuevo en nuestras comunidades y vocaciones.

Preguntas

    • ¿Conoces a un posible sacerdote o monja en tu comunidad solo esperando que se le pida que responda a una vocación? ¿Le has preguntado a él o a ella?
Tarea

Pídele a tu pastor que tenga un día de vocaciones donde un sacerdote, monja, y / o seminarista podrían compartir su historia acerca de cómo encontró su vocación.

Considera invitar a jóvenes o adultos jóvenes al evento.

Oración grupal

El grupo reza la siguiente oración de los Obispos de los Estados Unidos:

 

Padre, somos tu gente, el trabajo de tus manos.

Tan preciosos somos en tu vista que tú enviaste a tu Hijo, Jesús.

Jesús nos llama a sanar a los que tienen el corazón quebrado, a secar las lágrimas de los que lloran, a dar esperanza para aquellos que se desesperan, y regocijarse en Tu amor constante.

Nosotros, los bautizados, nos damos cuenta de nuestro llamado a servir. Ayúdanos a saber cómo.

Llama de entre nosotros sacerdotes, monjas, hermanos y ministros laicos.

Con nuestros corazones continúas amando a Tu gente.  Amén.

El líder guiará al grupo en la oración del Salmo 130.

Salmo

Respuesta: Señor, consérvame en tu paz.

Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos soberbios;

grandezas que superen mis alcances no pretendo.

R: Señor, consérvame en tu paz.

Estoy, Señor, por lo contrario, tranquilo y en silencio,

como niño recién amamantado en los brazos maternos.

R: Señor, consérvame en tu paz.

Que igual en el Señor esperen

los hijos de Israel, ahora y siempre.

R: Señor, consérvame en tu paz.

Concluir con un Padre Nuestro

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