Corpus Christi, ciclo A

Para más información sobre el misterio del Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía, visita el sitio web eucharisticrevival.org

Muchas de sus preguntas pueden ser contestadas allí en español.

Oración

Alabemos a Dios juntos de rodillas;
Alabemos a Dios juntos de rodillas;
Cuando caigo de rodillas,
Con mi cara al Sol naciente,
O Señor, ten misericordia de mí

Comentario

Primera lectura: Deuteronomio 8: 2-3, 14-16

“Honestamente. Era como el maná del cielo.” ¿No hemos dicho esto al describir una enorme sorpresa que nos vino inesperadamente?

¡Que Dios bendiga a ese Moisés! ¡Puede que se haya sentido exasperado con la impudencia de los viajeros israelitas, y puede que él también tenía un poco de eso! ¡Imagina las quejadas de un niño que tiene hambre o sed en un largo viaje en coche! O, mejor aún, viendo un signo de gasolinera en el camino a Las Vegas cuando la aguja de gasolina del automóvil indica vacío. ¡Ahhhh, maná del cielo! Aunque es sólo una solución temporaria.

Moisés estaba tratando de hacer un punto a los viajeros. Era Dios que se ocupó de ellos en su sufrimiento. Les recordó que fue Dios quien los alimentó con la sustancia panificable llamada “maná”. Él les recordó que Dios hizo que brote agua de la piedra dura.

Dios estaba trabajando duro para revelarse a estos fieles (e infieles) en el viaje. Moisés sólo tuvo que convencerlos de que Dios estaba con ellos. Ellos escucharon y estaban agradecidos.

Preguntas

    • ¿Cuándo has tenido que ser recordado del amor de Dios por ti que es constantemente presente?
    • ¿Cuál fue tu experiencia más reciente de recibir “maná del cielo”?

2ª lectura: 1 Corintios 10: 16-17

Esta interesante lectura e la inclusión del Lauda Sion son específicas para la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. El Lauda Sion fue escrito por Santo Tomás de Aquino alrededor de 1264 cuando se lo pidió el Papa Urbano IV para esta fiesta muy especial.

El himno, cantado como un canto gregoriano, explica de la institución de la Eucaristía y claramente expresa nuestra creencia que el pan y vino presentados en la Misa se convierten en el Cuerpo y la Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo durante la celebración de la Eucaristía. Después del Consejo Segundo del Vaticano en los 1960s, se convirtió en adición opcional a la solemnidad.

¡Vamos a ver si lo escuchamos este fin de semana!

Preguntas

    • ¿Qué significa la palabra Transubstanciación para ti? Trata de buscarlo en el Catecismo de la Iglesia Católica.

Oración

Rompamos pan juntos de rodillas;
Rompamos pan juntos de rodillas;
Cuando caigo de rodillas,
con mi cara al Sol naciente,
O Señor, ten misericordia de mí.

Evangelio: Juan 6: 51-58

Inmediatamente antes de esta lectura del Evangelio, los versos 40-50 dicen: “Sus antepasados comieron el maná en el desierto, pero murieron. Este es El pan que baja del cielo Para que uno coma de ella y no muera.”

A partir de esto, podríamos concluir que el Maná era una solución temporal, mientras que el Cuerpo y Sangre de Cristo (Eucaristía) son dones eternos de nuestro Dios viviente.

Muchos de los que siguieron a Jesús Pensaban que esta enseñanza era escandalosa. ¿Comiendo su cuerpo y bebiendo su sangre? Los seguidores lo hallaron difícil de aceptar. Puede que sea difícil para ti de aceptarlo.

En verdad enseñamos y creemos que La Eucaristía es la Fuente y Cumbre de Nuestra fe Católica. Cuando nos separamos de asistir al banquete Eucarístico y de recibir Su Cuerpo y Sangre regularmente, perdemos el alimento espiritual que tan desesperadamente necesitamos.

Pregunta

    • ¿Cómo se ve tu odómetro espiritual?
    • ¿En una escala de 1-10, dónde estás?
    • ¿Sientes la necesidad de recibir la Eucaristía?
La Tarea de Esta Semana

Pasa algún tiempo antes del Santísimo Sacramento y reflexiona sobre el pan verdadero que desciende del cielo. Al hacerlo, Ora por aquellos que se han abstenido de venir a la Misa y pide al Señor que los bendiga.

Oracion

Concluye la oración que ya has estado diciendo juntos:

Tomemos juntos la copa de rodillas;
Tomemos juntos la copa de rodillas;
Cuando caigo de rodillas,
con mi cara al Sol naciente,
O Señor, ten compasión de mí.

La oración continúa con el responsorial:

Salmo

Respuesta: Bendito sea el Señor.

Glorifica al Señor, Jerusalén;
a Dios ríndele honores, Israel.
Él refuerza el cerrojo de tus puertas
y bendice a tus hijos en tu casa.

R. Bendito sea el Señor.

Él mantiene la paz en tus fronteras,
con su trigo mejor sacia tu hambre.
Él envía a la tierra su mensaje
y su palabra corre velozmente.

R. Bendito sea el Señor.

Le muestra a Jacob sus pensamientos,
sus normas y designios a Israel.
No ha hecho nada igual con ningún pueblo
ni le ha confiado a otro sus proyectos.

R. Bendito sea el Señor.

Concluir con un PADRE NUESTRO.

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