4.o Domingo de Cuaresma, Ciclo A
Los comentarios durante estas 6 semanas de Cuaresma son presentados por el Obispo John Dolan de la Diócesis de Phoenix.
Oración
Padre de paz, gozamos en tu Palabra, tu Hijo Jesucristo, que nos reconcilia contigo. Apresurémonos hacia la Pascua con la anhelación de fe y amor. Concede esto a través de nuestro Señor, Jesucristo, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, un solo Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Comentario
1era Lectura: Samuel 16: 1,6-7,10-13
Nuestras lecturas este fin de semana nos invitan a ver con los ojos de Dios. El Libro de Samuel nos desafía a salir de la manera obvia y ordinaria de ver y de utilizar nuestros ojos de fe.
Usando nuestros ojos de fe nos permite ver como Dios ve.
¿Cómo ve Dios? Dios no da valor a nuestra apariencia, nuestra edad o estatura en la vida. En cambio, Dios valora nuestros corazones y nuestras almas.
Como nuestra lectura nos recuerda: Dios no juzgo como juzga el hombre. El hombre se fija en las apariencias, pero el Señor se fija en los corazones. Si usamos sólo nuestros sentidos naturales para manejar los problemas de la vida, nunca escaparemos de la trampa de este mundo. En cambio, esta Cuaresma nos invita a dar el extraordinario paso de entrar al mundo de Cristo y ver nuestro mundo desde Su perspectiva.
Esto requiere una conversión del corazón.
Pregunta
-
-
¿Qué problema en mi vida hoy debe ser examinado desde la perspectiva de Dios?
-
Segunda Lectura: Efesios 5, 8-14
Recientemente, movimos nuestros relojes hacia adelante para disfrutar del Tiempo de Ahorro de la luz del día. A medida que los días se hacen un poco más largos y el Sol calienta la tierra, nuestros calendarios no necesitan confirmar lo que nuestros sentidos ya nos dicen. La primavera ha llegado.
Si la primavera ha llegado y el invierno está detrás de nosotros, apagamos nuestro calentón, abrimos las ventanas, y dejamos que la brisa tibia llene nuestra casa.
De manera similar, nuestra segunda lectura de Pablo a los Efesios nos recuerda a vivir como hijos de la luz y no de la oscuridad. La luz de la fe en Cristo Jesús calienta nuestros corazones espirituales y nos llama de nuestra hibernación espiritual.
Se nos dice: “Despierta, durmiente, y levántate de entre los muertos, y Cristo te dará luz.”
¿Por qué seguir viviendo en la fría oscuridad de nuestros pecados, cuando Cristo nuestra luz puede calentar nuestras almas?
Esta Temporada de Cuaresma nos invita a ver con los ojos de Dios que ya no estamos en la oscuridad. ¡En cambio, vivimos en Cristo nuestra Luz!
Pregunta
-
-
¿Qué pasos estoy tomando esta Cuaresma para permanecer en la Luz de Cristo?
-
Evangelio: Juan 9: 1-41
Nuestro Evangelio de hoy nos recuerda que hay tres maneras de ver. Cuando el hombre que nació ciego es sanado por Jesús, él recibe la vista “natural”. ¡Que milagro!
Sin embargo, un segundo milagro ocurre cuando este hombre es capaz de proclamar que Jesús es un profeta.
Normalmente, la palabra “Profeta” sería un título extraordinario para cualquiera persona en el tiempo de Jesús.
Un profeta era uno que era favorecido por Dios con sabiduría. El hombre sanado no sólo recibió vista física, sino también “intuición” para reconocer que Jesús era una persona extraordinaria.
Una tercera forma de ver ocurre en el Evangelio donde Jesús se acerca al hombre otra vez. Esta vez, el hombre ve que Jesús es más que un profeta. Él ve que Jesús es el Señor y él lo adora.
Para que no nos olvidemos, la Temporada de Cuaresma nos invita a ver que Jesús es El Señor y Dios de nuestras vidas. Él es más que un trabajador de milagros. Él es más que un profeta con sabiduría. ¡Él es el Dios de nuestras vidas!
Pregunta
-
-
El hombre adoró a Jesús como Señor. ¿De qué manera adoras a Jesús?
-
La Tarea de Esta Semana
Esta semana hagan el esfuerzo de ser la luz para alguien que se encuentre en la oscuridad.
Consideren ayudar o visitar un enfermo, o enviar una carta de consuelo a una persona necesitada, o también pueden ayudara alguien que esté alejado a regresar a la iglesia.
Oración del Grupo
El líder del grupo invita al grupo a decir la siguiente oración. Una vela encendida se puede colocar sobre una mesa mientras que el grupo ora esta Coraza de San Patricio.
Cristo, como una luz ilumínanos y guíanos.
Cristo como un escudo eclípsanos y cúbrenos.
Cristo estés debajo de nosotros, Cristo estés sobre nosotros.
Cristo estés al lado de nosotros, a la izquierda ya la derecha.
Cristo estés delante de nosotros, detrás de nosotros, alrededor de nosotros.
Cristo, este día, estés dentro y fuera de nosotros.
El líder guiará entonces al grupo en Oración del Salmo 22 (del cuarto domingo de Cuaresma).
Salmo
Salmo Todos: El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace reposar
y hacia fuentes tranquilas me conduce
para reparar mis fuerzas.
Todos: El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Por ser un Dios fiel a sus promesas,
me guía por el sendero recto;
así, aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
Todos: El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tú mismo me preparas la mesa,
a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume
y llenas mi copa hasta los bordes.
Todos: El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán
todos los días de mi vida;
y viviré en la casa del Señor
por años sin término.
Todos: El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Se Concluye con un PADRE NUESTRO
Utilizar con autorización. Todos los derechos reservados. Cristo en Nuestro Barrio es un programa de Escritura diseñado por El Obispo John Dolan de la Diócesis de Phoenix.