Oración  

Padre en el Cielo, como tu Espíritu de Verdad, Amor y Misericordia envió a tu Hijo en Misión, somos llamados y enviados por el mismo Espíritu para continuar la misión de Jesucristo. Ayúdanos a no temer nuestro llamado, pero celebrar nuestra participación en la proclamación de las Buenas Nuevas. Amén.

Comentario

Primera lectura: Jonás 3: 1-5, 10

La semana pasada, recuperamos nuestra misión de ser una gente Profética, Sacerdotal y Real en la manera de Jesucristo,

Como cristianos, todos estamos llamados a ser personas proféticas. ¿Pero cómo vamos a llevar a cabo esta parte de nuestra misión triple?

Nuestra primera lectura nos da un ejemplo de lo que significa ser profético. Dios dirigió al profeta Jonás para proclamar a la gente de Nínive que el Señor estaba disgustado con su pueblo y, si enmendarían sus vidas, serían perdonados. Por su mensaje profético, la gente de Nínive se arrepintió y Dios los recompensó.

Debe notarse que Jonás era un profeta de mala gana. No le gustaba los Ninivitas y hubiera preferido que la ira de Dios bajara sobre ellos. Incluso huyo de Dios para evitar su llamada de ser profeta.

Muchos Cristianos preferirían no ser proféticos. Para algunos, ellos preferirían que la ira de Dios quitara a los pecadores de la tierra. Para otros, preferirían que otros (sacerdotes, diáconos, catequistas) proclamaran el Evangelio. Todos podemos ser profetas de mala gana! Pero, ser Cristiano significa ser profético.

Nosotros somos llamados por nombre y somos enviados en misión.

Pregunta

¿Qué me impide querer proclamar Cristo a otros?

Segunda lectura: 1 Corintios 7: 29-31

San Pablo ofrece en estas pocas líneas cortas un mensaje de abandono espiritual. Reconociendo que este mundo es “pasajero”, él nos llama a dejar ir lo que normalmente nos ocupa en esta vida y luego someternos a Dios.

San Francisco de Asís da palabras similares de abandono:

“Hazme un canal de tu paz” Es en Perdonar que somos perdonados, En dando a todos los hombres que recibimos, y en morir, que nacemos a la vida eterna.”

Ni siquiera consideraríamos abandonarnos a menos que Jesús mismo abandonó su vida primeramente. Como el Sumo Sacerdote, él entregó su vida como un sacrificio en la cruz por nuestro bien. Abandonando su vida, se nos concede nuestra vida.

No solo estamos llamados a tener una participación en la Profética misión de Cristo. También estamos llamados a participar en Su Misión Sacerdotal.

Siguiendo al Señor que sacrifico Su vida para nosotros, estamos llamados a abandonarnos de este mundo mientras abrazamos un mundo eterno con Dios.

Preguntas

¿Cómo estás abandonando las cosas de este mundo?

Evangelio: Marcos 1: 14-20

Una grande parte de las Lecturas del Evangelio de este año vendrán de San Marcos. De vuelta en Adviento, ya nos presentaron al Evangelio de Marcos cuando reflexionamos sobre Juan el Bautista. Recuerda que Juan el Bautista habló de uno que iba venir (Mc 1: 1-8). Después de que Juan bautiza Jesús en el Jordán (Mc 1: 9-13), Jesús no habla de uno que ha de venir. Más bien, él habla de un “Reino que está a mano.”

A medida que el Evangelio de Marcos se desarrolla, veremos cómo está el “Reino de Dios” a mano.” Más importante aún, veremos que Jesús es el Mesías (el Rey) y que Su Reino ya está en medio de su gente (Mc 12:34).

¡Verdaderamente! Jesús es el cumplimiento del Reino de Dios. A diferencia de Juan el Bautista, él no habla de alguien que está por venir. Él no apunta a otro líder en el futuro. Él es el Rey – el tan esperado Mesías.

Reflexionando sobre nuestro llamado a ser personas proféticas y sacerdotales a la manera de Cristo, también somos llamados a compartir en Su misión de ser Rey. A medida que el Evangelio de Marcos se desarrolla este año, ve cómo la Realeza de Jesús se manifiesta a través de sus milagros, perdón y caridad.

Como Cristianos, compartiendo en su misión real, también somos llamados para dispensar las gracias de su Reino a través de actos de perdón y caridad.

Pregunta

¿Cómo dispensas y administras misericordia y perdón como miembro de la casa real de Dios?

La tarea de esta semana

El 22 de enero es el Día de Oración por la Protección Legal de los bebes que todavía no han nacido. Como profeta, habla por aquellos que no tienen voz. Como sacerdote, ofrece una oración por los no nacidos. Como miembro real del Reino de Dios, bendice a los que no comprenden el valor y la santidad de la vida.

Oración del Grupo 

El grupo reza o canta lo siguiente del compositor difunto, Lucien Deiss:

 

Gente Sacerdotal, gente Real,

gente santa

El pueblo elegido de Dios, canta alabanza al Señor.

Te cantamos, el Pastor, Quién conduce al reino; Te alabamos,

Quien recoges todas tus ovejas En el único aprisco verdadero.

Gente Sacerdotal, gente Real,

gente santa

El pueblo elegido de Dios, canta alabanza al Señor.

Continúe con el Salmo 24.

Salmo 

Respuesta: Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de su doctrina.

Tú eres nuestro Dios y salvador

y tenemos en ti nuestra esperanza.

R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura.

Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros.

R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Porque el Señor es recto y bondadoso,

indica a los pecadores el sendero,

guía por la senda recta a los humildes

y descubre a los pobres sus caminos.

R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Concluir con el PADRE NUESTRO 

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