Oración
Padre amoroso, has preparado una mesa para nosotros. Que podamos reconocer los regalos inmerecidos que nos has proporcionado y siempre darte gracias, a través de Tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Comentario
Primera lectura: Éxodo 16: 2-4, 12-15
Mucho antes de que Janet Jackson cantara, “¿Qué has hecho por mi últimamente,” la gente ha estado haciendo esta pregunta de Dios.
Desde el principio de los tiempos, hemos estado buscando señales y garantías de parte de Dios de que no nos abandonará. Quizás la mayor evidencia de esto se encuentra en los Libros de Éxodo y Números, donde los israelitas siempre parecen quejarse sobre la falta de presencia de Dios en su tiempo de necesidad.
Nuestra Primera lectura nos da un ejemplo de sus quejas. Por supuesto, como siempre, Dios oye su llanto y hace un milagro. Él hace que les lluvia la escarcha (una blanca y delgada sustancia llamada Maná) en la mañana y la codorniz en la tarde para satisfacer sus necesidades.
Por supuesto, esta es una prueba para los Israelitas que parecen haber olvidado los milagros previos que Dios les había dado; incluido la partida de las aguas del Mar Rojo. En esencia, el Libro de Éxodo muestra que no es Dios quien abandona su gente. Más bien, la gente ha abandonado al Señor.
Pregunta
¿Alguna vez te has sorprendido preguntándote qué ha hecho Dios por ti últimamente?
Segunda lectura: Efesios 4:17, 20-24
Cuando Dios llamó al pueblo de Israel para él mismo, esperaba una devoción singular y amor por Él como Él tendría para ellos. San Pablo espera la misma actitud de Cristianos que dicen ser uno en Cristo.
Por esta razón, San Pablo advierte a los Efesios para evitar vivir “como los paganos.” Las maneras de ser anteriores de los recién convertidos Efesios deben ser “abandonados”, y se espera que sean renovados en el Espíritu.
Como fue el caso de muchas culturas de Habla Griega de su tiempo, los Efesios vivieron como si esta vida fuera la única vida que vale la pena vivir. Pablo les recordó que su nueva vida en Cristo era eterna y que necesitaban revistirse “del nuevo yo.” Por lo tanto, no debían ser atrapados en las alegrías de este mundo, pero en la promesa de las alegrías eternas del cielo.
Pregunta
¿Cómo estás logrando una singularidad de amor por Dios y evitando los placeres pasajeros de este mundo?
Evangelio: Juan 6: 24-35
Los Israelitas en Éxodo no fueron diferentes a los Efesios en la segunda lectura. Perdieron su singularidad de devoción hacia Dios. Debido a esto, solo seguirían a Dios si el Señor les hacía milagros. Encontramos el mismo tema en el Evangelio de esta semana.
Después de ser alimentado por el Señor, la muchedumbre busca a Jesús para ser alimentado de nuevo. Persiguiendo milagros puede ser un mal hábito y Jesús quiere aliviarlos de su adicción. Les dice que no busquen comida por un día, sino por pan que durará para siempre. Él quiere entregarse a ellos. Él sería su Pan de Vida para que cualquier que venga a él, “no tendrá hambre” y “nunca tendrá sed.”
Cada vez que nos reunimos el Domingo, estamos invitados al Banquete del Señor. En su Audiencia General en Roma (2/5/14), dijo el Papa Francisco, “Vayan a Misa, no solo para orar, sino para recibir la Comunión, el pan que es el Cuerpo de Jesucristo que nos salva, nos perdona, nos une al Padre. ¡Es una cosa hermosa que hacer!”
El desafío está ante nosotros: ¿estamos satisfechos con lo que se encuentra en el Banquete del Señor o queremos comer de otras mesas que no satisfacen?
Preguntas
¿Eres una persona que necesita la seguridad diaria de que Dios está contigo? ¿Eres capaz de confiar en Cristo que satisface toda tu hambre?
La tarea de esta semana
Haz que tu objetivo sea ir a la iglesia temprano este domingo. Trata de llegar allí 15-20 minutos antes de la Misa.
La vida es ruidosa. Necesitamos tiempo para calmarnos para poder disfrutar de la belleza del Banquete del Señor.
Oración del Grupo
El líder guía al grupo con esta oración que viene de un Himno por Robert E. Kreutz: Regalo de trigo fino.
Todos:
Tu satisfaces el corazón hambriento con el regalo del trigo mejor,
Ven a darnos, O Señor Salvador, el pan de vida para comer.
Líder:
Como cuando el pastor llama a sus ovejas, Ellos conocen y ponen atención a su voz; Así cuando llamas a tu familia, Señor, Seguimos y nos regocijamos.
Todos:
Coro
Líder:
Te entregas a nosotros, O Señor, Entonces abnegados, déjanos ser, Para servir unos a otros en Tu nombre En verdad y caridad.
Todos:
Coro
Continúe con el Salmo 77
Salmo
Respuesta: El Señor les dio pan del cielo.
Cuanto hemos escuchado y conocemos
del poder del Señor y de su gloria,
cuanto nos han narrado nuestros padres,
nuestros hijos lo oirán de nuestra boca.
R. El Señor les dio pan del cielo.
A las nubes mandó desde lo alto
que abrieran las compuertas de los cielos; hizo llover maná sobre su pueblo,
trigo celeste envió como alimento.
R. El Señor les dio pan del cielo.
Así el hombre comió pan de los ángeles;
Dios le dio de comer en abundancia
y luego los condujo hasta la tierra
y el monte que su diestra conquistara.
R. El Señor les dio pan del cielo.
Concluir con el PADRE NUESTRO
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