Exaltación de la Santa Cruz

Oración

Padre Celestial, por el poder de la santa cruz, acércanos cada vez más a Tu Hijo, para que podamos participar en Su victoria sobre el pecado y la muerte, por medio de Cristo, nuestro Señor.

Comentario

1ª Lectura: Números 21:4b-9

Nuestra primera lectura pone de relieve tanto las consecuencias de la falta de confianza de Israel como la provisión misericordiosa de Dios para la curación.

Frustrados por sus dificultades, los israelitas se quejan contra Dios y Moisés, lamentando su falta de comida y agua y expresando desdén por el maná que Dios proveyó. En respuesta, Dios envía serpientes venenosas entre ellos, lo que lleva a muchas muertes.

Reconociendo su pecado, el pueblo le ruega a Moisés que interceda. Entonces Dios le ordena a Moisés que haga una serpiente de bronce y la monte en una asta, declarando que cualquiera que la mire será sanado.

Este pasaje sirve como un recordatorio de advertencia para nosotros hoy. En momentos de dificultad, ¿nos enfocamos solo en nuestras luchas, o buscamos la presencia de Dios y la confianza en Su plan mayor?

Al igual que los israelitas, podemos encontrar la curación no eliminando el sufrimiento, sino volviendo nuestra mirada hacia Aquel que lo redime.

Pregunta

¿Cómo me ayuda contemplar la cruz de Cristo en mi momento de desesperación y duda?

2ª Lectura: Filipenses 2:6-11

Filipenses presenta el profundo misterio del despojamiento y exaltación de Cristo, un pasaje a menudo llamado el “Himno de Cristo”. Habla de Jesús, quien, aunque completamente divino, no se aferró a su estatus, sino que se humilló a sí mismo, asumiendo la naturaleza humana e incluso aceptando la muerte en una cruz.
Esta humildad radical está en el corazón de la vida cristiana. La fiesta de la Exaltación de la Cruz nos recuerda que el instrumento mismo del sufrimiento y la humillación se convirtió en el medio de salvación.
Esta fiesta nos invita a contemplar la paradoja del camino cristiano: para ser elevados, primero debemos bajar; Para ser glorificados, debemos abrazar la humildad.
La cruz no es simplemente un evento del pasado, sino una realidad en nuestra vida diaria: cada vez que elegimos el altruismo sobre el egoísmo, el sacrificio sobre la comodidad y el amor sobre la indiferencia, participamos en el viaje de Cristo de la humillación a la gloria.

Pregunta

¿Cómo influye el misterio de la humildad y exaltación de Cristo en la forma en que llevamos nuestras propias cruces en la vida diaria?

Evangelio: Juan 3:13-17

El Evangelio de San Juan revela el profundo misterio de la cruz como instrumento del sufrimiento de Cristo y como medio de nuestra salvación. Jesús compara su crucifixión venidera con la serpiente de bronce que Moisés levantó en el desierto (Primera lectura), un presagio de cómo Él mismo sería levantado en la cruz para la sanación de todos los que lo miran con fe.

En el corazón de este pasaje evangélico está la revelación del amor de Dios. Juan 3:16, uno de los versículos más conocidos de las Escrituras, proclama que Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, no para condenar, sino para salvar. La cruz, entonces, es el signo supremo del amor divino, un amor dispuesto a soportar el sufrimiento y el rechazo por el bien de nuestra redención.

Este pasaje nos desafía a ver la cruz no solo como un evento histórico, sino como una invitación continua a confiar en el amor de Dios. Así como los israelitas tenían que mirar a la serpiente de bronce para ser sanados, nosotros también debemos volver nuestra mirada a Cristo crucificado para encontrar la verdadera sanación y salvación.

Pregunta:

¿De qué manera la Cruz desafía nuestra comprensión del amor y el sacrificio en la vida diaria?

La Tarea de esta Semana:

Esta semana, identifica un desafío o sufrimiento personal y únelo intencionalmente con el sacrificio de Cristo en la Cruz. Ofrécelo en oración por alguien necesitado, confiando en que Dios puede traer redención y gracia de cada prueba.

Oración del Grupo

El líder sostiene un crucifijo y ofrece una oración de Acción de Gracias o una oración por una necesidad especial.

Respuesta del grupo:

“Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque con tu santa cruz has redimido al mundo”.

La cruz se pasa a la siguiente persona del grupo para su propia oración de gratitud o petición, seguida de la misma respuesta del grupo.

La oración continue con el salmo 78.

Salmo

Respuesta: No olvidemos las hazañas del Señor.

Escucha, pueblo mío, mi enseñanza;
presten oído a las palabras de mi boca.
Abriré mi boca y les hablaré en parábolas;
anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.

R: No olvidemos las hazañas del Señor.

Cuando Dios los hacía morir, lo buscaban,
y madrugaban para volverse hacia él.
Se acordaban de que Dios era su auxilio;
el Dios altísimo su redentor.

R: No olvidemos las hazañas del Señor.

Lo adulaban con sus bocas,
le mentían con su lengua;
su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

R: No olvidemos las hazañas del Señor.

Pero él sentía lástima de ellos,
les perdonaba su culpa y no los destruía.
Muchas veces dominó su ira
y apagó el furor de su cólera.

R: No olvidemos las hazañas del Señor.

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