Oración
Concédenos, Dios todopoderoso, que las prácticas anuales propias de la Cuaresma nos ayuden a progresar en el conocimiento de Cristo y a llevar una vida más cristiana. Por Jesucristo nuestro Señor.
Comentario
Primera lectura: Génesis 9:8-15
Cada alianza se sella con un signo. El signo de un matrimonio es un anillo. El signo de la ordenación al sacerdocio es la estola sacerdotal.
La primera alianza que vemos en la Biblia entre Dios y la humanidad se encuentra en la historia del arca de Noé. El signo para sellar esta alianza es el arco iris. Cada vez que haya una tormenta, Dios nos dice, “me acordaré de mi alianza [que hice con Noé prometiéndole que] no volverán las aguas del diluvio a destruir la vida.”
Estos signos de alianza indican el pasado, presente o el futuro. El arco iris nos recuerda la promesa que Dios nos hizo hace mucho tiempo – el pasado. El arco iris también prefigura nuestro bautismo, como se lee en la carta de San Pedro, donde fuimos salvados por las aguas – el presente. Por último, el Evangelio nos revela la promesa del Reino de Dios – el futuro.
Esta primera alianza en Génesis es la primera revelación de Dios a la humanidad después de la caída de Adán. A medida que transcurre la Cuaresma, iremos viendo cómo Dios se revela en varias etapas: una alianza con Noé, luego Abraham, Moisés y luego con Israel. Por último, veremos la plenitud de Dios que se revela en Cristo Jesús.
Preguntas
¿De qué manera se te ha revelado Dios? ¿Qué signo puedes tu mostrar de Su revelación en tu vida?
Segunda lectura: 1 Pedro 3:18-22
San Pedro nos recuerda que, al igual que Noé y su familia fueron salvados a través del agua, nosotros somos salvados a través del Bautismo. La inundación y el signo del arco iris prefiguran el bautismo “que te salva ahora”.
Mientras que el signo (arco iris) de la alianza en el tiempo de Noé se centra en las aguas de salvación del Bautismo, el Sacramento del Bautismo señala – y es – la obra de salvación de Cristo en Su Iglesia. A diferencia de un arco iris, el Bautismo es más que un signo. Un signo puede
apuntar a la redención. Un sacramento es nuestra redención en Cristo. Así como San Pablo nos recuerda:
¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva. (Rom 6:3-4)
El Catecismo de la Iglesia Católica dice lo siguiente:
“A través del Espíritu Santo, el Bautismo es un baño que purifica, justifica y santifica.” (1227)
La Cuaresma es un tiempo de purificación que nos ayuda a recordar la importancia del bautismo en nuestra vida También es un momento para que los miembros del Rito de Iniciación Cristiana, quienes serán recibidos en la Iglesia mediante los sacramentos del Bautismo, la Eucaristía, y la Confirmación en la Pascua. ¡Recemos por ellos!
Pregunta
¿Para tí, que significa el Sacramento del Bautismo ahora?
Evangelio: Marcos 1:12-15
Marcos nos da la narración más corta de los tres evangelios, incluyendo a Mateo y a Lucas, de los cuarenta días y noches que Jesús pasó en el desierto. Mateo y Lucas relatan el tipo de tentaciones que Jesús tuvo que vencer. Marcos simplemente declara que fue tentado por Satanás.
La conexión con la 1ª lectura acerca de Noé es el número “cuarenta”. ¿Por qué cuarenta? ¿Por qué cuarenta días y noches en el desierto, o en el diluvio, o cuarenta años de Moisés en el desierto?
Se cree que el número cuarenta hace referencia a un momento de purificación y de nacimiento. El Talmud judío subraya la antigua creencia: toma cuarenta días para que un embrión se forme en el vientre de su madre.
Después de los cuarenta días, de acuerdo a Levítico, una madre pasa por un período de cuarenta días de otro ritual de purificación después del nacimiento de su hijo varón.
El tiempo de Jesús en el desierto pasa después de su bautismo en el Jordán por Juan el Bautista. ¿Podría ser que Jesús estaba pasando por un tiempo de purificación como una madre después del nacimiento de su hijo? ¿O se trata de un tiempo de espera, como una futura madre, antes de que Cristo estuviera listo para comenzar su misión? O, ¿Acaso fueron estas dos?
Pregunta
¿Cómo aprovecharás estos cuarenta días de Cuaresma de espera y purificación?
La tarea de esta semana
Haz una visita al Santísimo o ponte en un lugar callado donde puedas meditar por 40 minutos. Este tiempo simbolizará los 40 días que Jesús permaneció en el desierto. ¿En que tienes que mejorar como persona? Entre los tantos defectos que tienes, enfócate en solo un aspecto que puedes mejorar de tu persona.
Oración del Grupo
El líder invita a que los miembros pasen un recipiente con agua y hagan el señal de la cruz con esa misma agua como renovación personal de su fe.
El líder invita a que cada miembro pase un recipiente de arena (una imagen del desierto). Al sostener el recipiente el miembro recita la siguiente oración:
Señor,
purifica mi corazón, mi mente,
y mi alma.
El líder invita a que los miembros tomen cuarenta segundos para examinar solo una tentación que desean confrontar en este tiem- po de cuaresma.
El líder luego guía al grupo rezando el Sal- mo 25:4-9.
Continúe con el Salmo
Salmo
Respuesta: Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
R. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas.
Acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.
R. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los peca-dores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
R. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza.
Concluir con el PADRE NUESTRO
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