Oración  

Padre, deseamos seguirte y Tu deseas liderarnos. Que Jesús, el Buen Pastor, nos guille en tu camino de amor. Pedimos esto a través de nuestro Señor, Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

Comentario

Primera lectura: Hechos 4: 8-12

Continuamos donde paramos en la primera lectura de la semana pasada, cuando Pedro comenzó a proclamar sin miedo el Santo nombre de Jesús.

Sabiendo que podría ser martirizado solamente por pronunciar el nombre de su crucificado salvador, Pedro audazmente profesa a aquellos que escucharían que Jesús también es el Salvador de ellos.

En el nombre de Jesús, Pedro curó a un hombre lisiado. En Su mismo nombre, encontramos la salvación.

Pedro hace una proclamación asombrosa:

“Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido como salvador nuestro.”

Es verdad que podemos entrar al Reino de los cielos solo a través de Jesús. Sin embargo, nuestra fe Cristiana, comenzando con Pedro, proclama que todos nosotros – cristianos, judíos, musulmanes, ateos, etc.- se presentarán ante el tribunal de Cristo y solo a través, con, y en Él, somos salvados.

¿Puede el Señor salvar a un ateo, agnóstico o a alguien que no proclama a Jesús? ¡Sí! Pero, solo a través de la Misericordia de Cristo. Confiando en su amor, confiamos a todas las personas a la misericordia de Dios a través de Cristo.

Pregunta

¿Cómo rezas por aquellos que no reclaman a Cristo como su Salvador?

Segunda lectura: 1 Juan 3: 1-12

Esta carta de Juan dice que el mundo no reconoce un Cristiano (un hijo engendrado de Dios) porque nunca reconoció el Hijo (Jesús). Esto implica, por lo tanto, que los Cristianos deberían reconocer a otros Cristianos.

¿Entonces, qué aspecto tiene un Cristiano? No siempre es fácil reconocer un Cristiano.

Cristianos, como los otros billones de humanos que caminan en la tierra se mezclan con la sociedad.

San Pablo dijo: “Yo vivo en este mundo, pero no soy de este mundo.” Nosotros, quienes somos Cristianos, vivimos en este mundo, pero pertenecemos a un mundo eterno. El mundo temporal en el que vivimos está lleno de cruces que deben ser llevadas cada dia.

¡Sin embargo, el mundo real al que pertenecemos, celebra una alegría eterna de Pascua!

Vivir en este mundo significa que debemos honestamente y valientemente aceptar nuestra verdadera identidad. ¡Somos Cristianos! No somos como otros. Si soy padre de una familia, primero soy un “Padre Cristiano”. Si soy una esposa, primero soy una “Esposa Cristiana”. Si soy un empleador, soy un “Empleador Cristiano”.

Volver a reconocer mi identidad como Cristiano todos los días me ayuda ser amoroso a lo largo de mi día.

Como dice la canción: “¡Sabrán que somos cristianos por nuestro amor!”

Pregunta

¿Cómo reconocen otras personas que soy Cristiano?

Evangelio: Juan 10: 11-18

El cuarto domingo de Pascua es designado como “Domingo del Buen Pastor”. También es Domingo de Vocaciones, donde reconocemos a sacerdotes en las parroquias y oramos para que permanezcan en Cristo, el Buen Pastor.

En el Evangelio de este Domingo, Jesús compara su manera de pastorear a pastores contemporáneos de la fe. Jesús tiene preocupación por Sus ovejas; diferente a los pastores contratados. Él está dispuesto hasta dar su vida por las ovejas. Él dice: “Yo doy la vida por mis ovejas.”

Las Temporadas de Cuaresma y Pascua celebran al Buen Pastor que realmente sacrifico su vida libremente y resucito de nuevo para que pudiéramos estar reunidos como un solo rebaño en el Reino del Cielo.

El rebaño de Jesus incluye personas de su tradición de fe (judíos) y personas de otras tradiciones (gentiles). Jesús dice: “Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas.” ¡Nuestro Buen Pastor es verdaderamente el Salvador del mundo entero!

Pregunta

¿De qué manera es Jesús El Buen Pastor para ti?

La tarea de esta semana

A menudo se nos pide orar por un aumento de las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada. Esta semana, enfoca tu atención a una persona particular (joven o medio envejecido), y ser un PESTe:

Pedirle a Dios en oracion para un individuo específico que él/ella pueda ser disponible al llamamiento del Señor

Encorajar al individuo a considerar el sacerdocio o la hermandad/fraternidad. ¡Solo pregúntale!

Sostener al individuo. Si él/ella dice sí o no a su solicitud, dale tu apoyo en oración.

Dale Toda gracias a Dios por que te dio el valor de preguntar.

Oración del Grupo 

El líder y el grupo ofrecen juntos la siguiente oración por vocaciones, dada por el Papa Emérito Benedicto XVI:

“Concede, O Padre, que la Iglesia reciba con alegría las numerosas inspiraciones del Espíritu de tu Hijo y, dóciles a Sus enseñanzas, que ella se preocupe por las vocaciones al sacerdocio ministerial y a la vida consagrada Amén.

Sostenga, O Señor, obispos, sacerdotes y diáconos, hombres y mujeres consagrados, y todos los bautizados en Cristo, para que puedan fielmente cumplir su misión al servicio del Evangelio. Amén.”

El líder guiará al grupo en orando el Salmo 117.

Continúe con el Salmo.

Salmo 

Respuesta: La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno,

porque tu misericordia es eterna.

Más vale refugiarse en el Señor

que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor

que buscar con los fuertes una alianza.

R. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.

Te doy gracias pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación.

La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular.

Esto es obra de la mano del Señor Es un milagro patente.

R. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.

Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga.

Tú eres mi Dios, te doy gracias. Tú eres mi Dios, y yo te alabo.

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, Porque tu misericordia es eterna.

R. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.

Concluir con el PADRE NUESTRO 

Utilizar con autorización. Todos los derechos reservados. Cristo en Nuestro Barrio es un programa de Escritura diseñado por El Obispo John Dolan de la Diócesis de Phoenix.