Oración  

Padre amado, has preparado una mesa para nosotros. Que podamos reconocer los regalos inmerecidos que nos has proporcionado y siempre darte gracias, a través de Tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Comentario

Primera lectura: 2 Reyes 4: 42-44

Durante las próximas seis semanas, volveremos nuestra atención hacia un nuevo tema: El Banquete del Señor.

Como es el caso la mayoría de los Domingos, la Primera lectura tiene una conexión con el Evangelio. 2 Reyes 4: 42-44 no es diferente.

Eliseo el Profeta, le dice al siervo con veinte panes de cebada que se los de a una multitud de cien personas. Despues de protestar, la comida se distribuye, la gente come hasta que está satisfecha y aún sobre algo. ¡Que bendición!

Debemos admitir que toda vida es una bendición. Cuando nos olvidamos de esto, podemos volvernos tacaños e incluso codiciosos. Por esta razón el Señor espera que nosotros alimentemos a los hambrientos. Cuando alimentamos a las multitudes de hambrientas, confiamos en el Señor – a su vez – para aprovisionar nuestras necesidades. Esto requiere confianza en Dios.

Obviamente, esta Primera Lectura prepara el escenario para un mayor milagro encontrado en nuestro Evangelio este fin de semana. Sin embargo, el objetivo de esta lectura es mostrar que las bendiciones de Dios exceden por mucho nuestras expectativas cuando ponemos nuestra confianza en Él.

Pregunta

¿Cómo ha excedido Dios tus expectativas?

Segunda lectura: Efesios 4: 1-6

Pertenecemos a la Una, Santa, Católica, y Apostólica Iglesia. Nuestra unidad viene del Único Señor y “Padre de todos” quien no nos abandona o nos deja hambrientos.

En nuestra primera lectura, vemos que el deseo de Dios de alimentar a la multitud es directamente relacionado con su deseo de reunirnos para que seamos unidos. Nosotros pertenecemos a Dios y Él nos pertenece. A través de Él, todos nos pertenecemos. Esto Llamamos “Comunión.”

Nuestra Comunión comienza con nuestro único Bautismo en el Señor. Como Cristianos bautizados, estamos llamados a ser alimentados en la mesa del Señor. Por supuesto, aunque hay una unidad que nosotros compartimos con otros Cristianos que están bautizados, todavía estamos lejos de compartir en el mismo pan o la misma taza en los Domingos.

Esto se debe en parte al hecho de que muchos Cristianos no comparten en nuestra creencia Católica de que Jesús está realmente presente en la Eucaristía. Otras razones (la autoridad del Papa y magisterio, diferencias en las prácticas morales, y algunas diferencias teológicas, por nombrar algunas) nos impiden romper juntos el pan. Esta realidad desafortunada debe ser superada a través de la oración y el diálogo continuo entre Católicos y No-Católicos por igual.

Pregunta

De qué manera oras por la unidad en la fe Cristiana?

Evangelio: Juan 6: 1-15

La alimentación milagrosa en nuestra Primera Lectura es superada por el milagro en el Evangelio de Juan.

Uno puede reclamar fácilmente que la alimentación de cien personas con veinte panes de cebada por Eliseo podría ser logrado fácilmente. Sin embargo, no hay duda de que alimentando a cinco mil personas con solo cinco panes de cebada y dos pescados y el llenado de doce cestas con sobras es realmente un milagro.

Si el milagro es mayor, entonces también lo es El hacedor de milagros. Jesús es reconocido como un profeta mayor que Eliseo. Israel ha estado esperando a “EL Profeta que habría de venir al mundo.” Llenar las doce canastas con las sobras es una señal de que el Señor ha llegado a reunir a las doce tribus de Israel.

Con buena razón, la multitud quería llevarse a Jesús inmediatamente para hacerlo rey.

Este Evangelio tiene obvios sobre tonos Eucarísticos. Durante estas próximas cinco semanas, tomaremos un descanso del Evangelio de Marcos y enfocaremos en el Evangelio de Juan; particularmente en lo que se refiere a lo que comúnmente es llamado, “El Discurso del Pan de La Vida”.

Pregunta

¿De qué manera te alimenta y te satisface la Eucaristía en el Domingo?

La tarea de esta semana

Escribe una petición para otra persona. Mentalmente, trae esta petición contigo al Banquete de el Señor (nuestra Misa) el Domingo. Presenta tu petición de oración al Señor.

Oración del Grupo 

El grupo ofrece esta oración de banquete utilizada comúnmente en la Adoración Eucarística:

Líder: les has dado pan de cielo:

Todos: Conteniendo en sí toda dulzura.

Juntos: Oh Dios, que bajo un maravilloso Sacramento nos ha dejado un memorial de Tu Pasión; concédenos, te pedimos, así reverenciar los sagrados misterios de Tu Cuerpo y Sangre, que siempre podamos sentir dentro de nosotros el fruto de Tu Redención: ¿Quién vive y reina por siglos de los siglos. Amén.

Continúe con el Salmo 

Salmo 144

Respuesta: Bendeciré al Señor eternamente.

Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan.

Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas.

R. Bendeciré al Señor eternamente.

A ti, Señor, sus ojos vuelven todos y tú los alimentas a su tiempo.

Abres, Señor, tus manos generosas y cuantos viven quedan satisfechos.

R. Bendeciré al Señor eternamente.

Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras.

No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor de quien lo invoca.

R. Bendeciré al Señor eternamente.

Concluir con el PADRE NUESTRO 

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