Oración  

Padre, que se haga tu voluntad. Ayúdanos a recordar que tenemos un lugar en Tu reino, donde vives y reinas, junto con tu Hijo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Comentario

Primera lectura: 1 Reyes 17: 10-16

El escenario se encuentra en nuestra primera lectura para ver un increíble milagro de Dios. Aquí, en unas pocas líneas, podemos entender que esta viuda de Sarepta es destituida. Ella no tiene esposo y, muy probablemente, ningún hermano o suegros que puedan cuidar a ella y a su hijo. También podríamos concluir que es una joven viuda porque su hijo es incapaz de cuidar de sí mismo. Asumiendo todo esto, podemos entender su desesperación y su complacencia a morir ahora en lugar de vivir para siempre destituita.

Cuando el profeta Elías la desafía a poner su fe en Dios, parece que ella no tiene nada más que perder. Sin embargo, con las palabras de Elías, “No temas”, podemos supongar que ella pone su fe en Dios.

Literalmente, después de dar todo lo que tiene para alimentar al profeta nómade, “ni la tinaja de harina se vació, ni la vasija de aceite se agotó” como el Señor había predicho a través de Elías.

Al considerar nuestra tema – Nuestro Santo Reino – reconocemos que dando todo lo que tenemos a Dios a través de la fe solo será recibido por Dios quien nos da todo lo que tiene; incluyendo Su Reino.

Pregunta

Cuando algo va mal en tu vida, ¿cuánto tiempo tomas desde ese momento para dirijirte a Dios?

Segunda lectura: Hebreos 9: 24-28   

Como la viuda le dio todo al profeta por el bien de su hijo, Cristo lo da todo a Dios por nosotros.

Hebreos nos recuerda que Jesucristo es el nuevo sumo sacerdote que voluntariamente da su propia vida como sacrificio sacerdotal a Dios. A diferencia de el Sumo Sacerdote de la antigua ley que hacia una expiación anual para el pueblo de Dios, Jesús se ofrece “una sola vez para quitar los pecados de todos”, y en tal forma que nunca será repetida. Él pasa por el santuario celestial que es una expiación eterna para nosotros. Allí en el cielo, Él intercede por nosotros a la diestra del Padre.

Igual que el Sumo Sacerdote de la antigüedad (vea el libro de Levítico) volvería del santuario indicando que el sacrificio de la expiación se ha hecho, Cristo se nos aparecerá en Gloria en el Último Día. Su Segunda Venida traerá la “salvación de aquellos que lo aguardan y en él tienen puesta su esperanza.”

Estamos llamados a poner nuestra confianza en Cristo que continúa a interceder por nosotros hasta el tiempo de su regreso en gloria.

Preguntas

¿Esperas ansiosamente el regreso de Cristo?

Evangelio: Marcos 12:38-44

La conexión obvia entre las viudas del evangelio y la primera lectura es clara. Dieron todo lo que tenían.

El punto de estas lecturas es subrayar el valor de la plenitud de la fe. Estamos llamados a tener fe y dar esperando nada en cambio. De hecho, los ricos en El Evangelio de Marcos están haciendo precisamente eso. Podemos asumir que su ofrenda es dada libremente y no esperan algo a cambio.

Sin embargo, la plenitud de la fe es dando sin ningún paracaídas. Esto es ilustrado por la viuda que “en su pobreza ha echado todo lo que tenía para vivir.” Además de no esperar nada en regreso, ella gasta todo lo que tiene por amor a Dios.

Nuestro Reino Celestial se trata de dar sacrificialmente a la manera de Cristo. Perdiéndonos, gastándonos, y dando todo lo que tenemos para la mayor Gloria de Dios benditamente nos asegura un lugar en la mesa de Dios.

Pregunta

¿Cómo se ve tu regalo a Dios?

La tarea de esta semana

Dar sin esperar nada a cambio y sin un paracaídas es la verdadera mayordomía Cristiana. Nuestra lección sobre la mayordomía perfecta viene de Jesucristo quien dio su vida por nosotros en la cruz. Dio su todo.

Esta semana, considera las muchas maneras en que Dios vierte sobre nosotros su todo. Si es necesario, haga una lista:

Oración del Grupo 

El grupo dice lo siguiente juntos:

Él nos ha dado su vida. Él nos ha dado su amor.

Él nos ha dado su palabra. Él nos ha dado su cuerpo. Él nos ha dado su sangre. Él nos ha dado su gloria. Él nos ha dado su alegría. Él nos ha dado su paz.

Él nos ha dado su gracia.

Continúe con el Salmo 145.

Salmo 

Respuesta: El Señor siempre es fiel a su palabra.

El Señor siempre es fiel a su palabra,

y es quien hace justicia al oprimido;

él proporciona pan a los hambrientos

y libera al cautivo.

R. El Señor siempre es fiel a su palabra.

Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado.

Ama el Señor al hombre justo

y toma al forastero a su cuidado.

R. El Señor siempre es fiel a su palabra.

A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente,

reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos.

R. El Señor siempre es fiel a su palabra.

Concluir con el PADRE NUESTRO 

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