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Mis hermanos y hermanas en Cristo,

Esta semana estaremos celebrando el día de Acción de Gracias. A esta celebración tradicional de los Estados Unidos es reconocida como el “inicio” de la temporada festiva. Este es el tiempo en que los seres queridos se reúnen, cuentan sus bendiciones, alaban a Dios y buscan por oportunidades para ayudar a los demás. Sin duda, este año será muy diferente a los años pasados. Supongo que habrá menos personas que se reunirán físicamente alrededor de la mesa de Acción de Gracias, y que la ausencia de seres queridos será motivo de aflicción y desconsuelo. Por favor recuerde hacer una llamada a las personas que no pueden acompañarlos. Aunque no puedan estar presentes, no permita que se sientan olvidados.

Unos cuantos días después del día de Acción de Gracias, el 29 de noviembre, dará inicio el Tiempo de Adviento, marcando el comienzo de un nuevo año de vida para la Iglesia y la preparación en oración para la venida del Señor. El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice acerca del Adviento (#522): “La venida del Hijo de Dios a la tierra es un acontecimiento tan inmenso que Dios quiso prepararlo durante siglos.” Durante este breve, pero muy santo periodo de cuatro semanas, Dios Padre prepara nuestros corazones para poder recibir nuevamente a Su Hijo Amado. Puede que lo haga de pequeñas maneras, las cuales apenas si notamos en ese momento, sin embargo, quienes abren sus corazones con fe, experimentarán la presencia amorosa de Dios de una manera nueva y profunda.

El Adviento está lleno de tradiciones simbólicas, la más reconocida es la corona de Adviento, la cual vemos en nuestras iglesias y en muchos hogares Católicos. Sus cuatro velas – tres violetas y una rosa – representan los cuatro domingos de Adviento. El color violeta nos recuerda la naturaleza penitencial del Adviento, y el color rosa que se enciende el tercer domingo, llamado Domingo Gaudete, significa “regocíjate”, porque “el Señor está cerca”.

Otra tradición común es el calendario de Adviento, esta es una manera encantadora de ayudar a los niños a comprender la emocionante anticipación de celebrar el nacimiento de Jesús.

Al iniciar el tiempo de Adviento y prepararnos para la venida de nuestro Señor, le recomiendo que vaya a confesarse, y realice algunos actos adicionales de penitencia, oración y caridad. Muchas familias participan en el programa “Angel Tree” de su parroquia, obsequiando regalos de Navidad para niños y familias necesitadas. Finalmente, me gustaría que supieran que el Obispo Nevares y yo estamos orando y dando gracias a Dios por cada uno de ustedes, quienes han sido confiados a nuestro cuidado pastoral. Es un honor servirles como su padre espiritual. Ustedes nos recuerdan las palabras de una madre amorosa que nos dijo: “Con frecuencia se dice que los hijos son caros; pero para nosotros no tienen precio “.

Nuestra Señora de Guadalupe, Santa Patrona de la Diócesis de Phoenix, ruega por nosotros. Que Dios Todopoderoso los bendiga, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.