Síntesis diocesana

P. John Nahrgang, Vicario para la Evangelización y la Educación

30 de junio del 2022

Síntesis diocesana

Experiencia del Sínodo

El 17 de octubre de 2021, el Obispo Thomas Olmsted presentó el Sínodo en la Diócesis de Phoenix en  una liturgia especial, en la que él y su auxiliar, el Obispo Eduardo Nevares, invitaron a nuestra Iglesia local a participar, discerniendo en oración, el caminar juntos como el Cuerpo de Cristo (véase el Apéndice 1 para estadísticas diocesanas y sinodales). Los reunidos rezaron el Adsumus, Sancte Spiritu, la oración del Sínodo.

El Obispo Olmsted también presentó el Sínodo en un mensaje especial de video en ingles y español, en el que declaró:

Mis hermanos y hermanas en Cristo, Jesús nos dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí” [Juan 14:6]. En el libro de los Hechos de los Apóstoles, leemos que los primeros cristianos eran conocidos como seguidores de El “Camino” [9:2]. Estas palabras nos recuerdan que Jesús es quien nos mantiene en el camino recto mientras seguimos juntos adelante durante estas épocas de inquietud.

Nuestro Santo Padre el Papa Francisco ha convocado un sínodo, el cual es un concilio especial de la Iglesia, que propone el tema de caminar juntos como Iglesia durante estos tiempos. Le ha pedido a las Iglesias locales del mundo que inviten a la gente a tomar parte en una conversación sobre cómo caminar mejor como Iglesia… sobre cómo entrar en una comunión de vida más profunda con Jesús y con el prójimo.

Esperamos que este proceso nos ayude a profundizar nuestra participación en la vida de la Iglesia y a vivir su misión de evangelización. El Papa Francisco nos ha pedido invocar frecuentemente al Espíritu Santo para que nos ayude en este proceso de conversación y discernimiento. También estoy pidiendo que invoquemos a nuestra Madre Santísima, ella que es el discípulo perfecto y modelo de lo que significa escuchar, discernir y ser fiel a la voluntad de Dios. Ella es la Madre de la Iglesia que nos demuestra cómo seguir a su Hijo.

…Roguemos para que este sínodo fortalezca nuestra Iglesia por todo el mundo y especialmente en nuestra Diócesis de Phoenix. Que el Espíritu Santo y Nuestra Señora de Guadalupe nos inspiren a todos a moldarnos más a Cristo para ser seguidores del Camino.

En armonía, con plena confianza en el Espíritu Santo, a imitación de la Santísima Virgen María, la Diócesis de Phoenix fue guiada por cinco documentos oficiales del Sínodo: el Vademécum, el Documento Preparatorio, la Constitución Apostólica Episcopalis Communio del Papa Francisco(2018) y dos estudios de la Comisión Teológica Internacional: “La Sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia” (2018) y “El Sensus Fidei  [‘sentido de fe’] en la vida de la Iglesia” (2014). (Ver Apéndice 2).

Quizás los dos mayores desafíos para la implementación del Sínodo en la Diócesis de Phoenix fueron COVID-19 y la confusión o escepticismo generalizado con respecto tanto al concepto de sinodalidad como a los objetivos de este Sínodo. Muchos   encontraron difícil comprender lo que significaba la sinodalidad y cómo está conectada con la Iglesia. Las noticias sobre los sínodos amazónico y alemán y los comentarios de ciertos prelados, también resultaron en confusión y escepticismo. Conectado a todo esto también estaba una percepción compartida por muchos de que la cultura secular está   teniendo más impacto en la Iglesia que al contrario..

A pesar de estos desafíos, más de cien parroquias, escuelas y otros grupos o comunidades participaron en diversas consultas, lo que resultó en 112 informes.

La respuesta a la pregunta fundamental

Una Iglesia sinodal, que anuncia el Evangelio, “caminan juntos”. ¿Cómo se realiza hoy este “caminar juntos” en la propia Iglesia particular?

En la Diócesis de Phoenix, el “caminar juntos” que se experimenta al anunciar el Evangelio ocurre de múltiples maneras y con una variedad de compañeros. Un entorno primario es la comunidad parroquial con sus líderes y la Santa Misa como punto focal. Una parroquia declaró: “Venimos no sólo para recibir, sino para traer las ofrendas de nuestras oraciones, obras, alegrías y sufrimientos“. Otra parroquia destacó como tender la mano durante la pandemia demostró una especie de “caminar juntos”:

Durante los bloqueos de Covid, el personal de la oficina llamó a cada feligrés para ver si estaban bien y si necesitaban ayuda u oraciones.  Muchas personas se sintieron muy cuidadas, y el que la oficina se halla acercado los mantuvo unidos y les dio un fuerte sentido de comunidad. Muchos expresaron que es por eso por lo que se sienten bienvenidos y amados.

La parroquia también sirve como punto de partida para caminar juntos en varios grupos de fe y apostolados de servicio y/o evangelización. Una parroquia declaró: “Organizamos reuniones sociales, damos una cálida bienvenida a los invitados e invitamos a todos a participar en nuestros grupos y ministerios para compartir la fe. Ofrecemos actividades que no son exclusivas de la membresía parroquial“. Otro escenario es la comunidad escolar católica y sus compañeros de jornada:  maestros, estudiantes y personal.

Las ideas obtenidas también demostraron la importancia de “caminar juntos” al anunciar el Evangelio dentro de la familia. Hay una experiencia única de viajar juntos espiritualmente entre marido y mujer, entre padres e hijos, y entre hijos. También se mencionó el viaje que ocurre a nivel individual, donde el crecimiento espiritual de uno es alimentado por la oración, la Escritura, la Eucaristía, y de otra manera asistido por la Trinidad, la Santísima Virgen María, los santos y los ángeles. Una parroquia declaró: “Los participantes encontraron fortaleza para su viaje con Dios en la Misa, los sacramentos (especialmente la Eucaristía y la Confesión), los sacerdotes santos, las Escrituras, la oración, la adoración, las devociones privadas, los libros espirituales, los medios católicos y las comunidades parroquiales pequeñas.”

Las personas o grupos identificados o autoidentificados como marginados incluyeron a los católicos hispanos, católicos afroamericanos, ancianos, los enfermos y confinados en casa, aquellos que sufren de duelo o aflicción , aquellos marcados por el abuso sexual, discapacitados, personas sin hogar, migrantes y refugiados, la policía, los veteranos, prisioneros, adictos, católicos solteros y/o divorciados, las parejas casadas con hijos, los padres necesitados, las familias que educan en el hogar, los hombres (especialmente padres), las mujeres (incluidas las viudas,  mujeres en embarazos en crisis, mujeres post-abortivas y algunas religiosas), los huérfanos, aquellos que luchan con la soledad, la depresión o el dolor, las personas que experimentan atracción por el mismo sexo o disforia de género, aquellos que prefieren la Misa Latina Tradicional y aquellos que no están de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia o que están lejos de Ella.

 ¿Qué pasos nos invita dar el Espíritu nos invita a dar para crecer en nuestro “caminar juntos”?

Cuatro actividades esenciales dieron forma a la comunión de la Iglesia naciente inmediatamente después del gran catalizador de Pentecostés. Hechos 2:42 los describe: 1) la enseñanza de los apóstoles, 2) el compañerismo, 3) la fracción del pan y 4) las oraciones.

El Espíritu Santo parece estar invitando a los fieles de la Diócesis de Phoenix a crecer en “caminar juntos” a través de estas cuatro actividades, todas las cuales entran en la dinámica de comunión, participación y misión.

1) La enseñanza de los apóstoles

Hechos 2:42 muestra que la Iglesia primitiva con sus nuevos cristianos fue alimentada por enseñanzas catequéticas transmitidas con autoridad por los apóstoles en el poder del Espíritu. Esta tradición ha continuado a través de los sucesores de los apóstoles: el Papa en unión con los obispos.

Un tema casi constantemente enfatizado por los fieles de la Diócesis de Phoenix fue la necesidad de entender nuestra fe católica. En las consultas, muchos participantes mencionaron   preocupación por la confusión generalizada sobre las enseñanzas de la Iglesia que existe entre católicos y no católicos en el territorio de la diócesis. También parece existir una cantidad significativa de ansiedad, agravada por muchas voces diferentes provenientes de la internet/redes sociales, debido a lo que muchos católicos conciben como división entre obispos y sacerdotes católicos. También hay un temor de evangelizar, por lo menos entre algunos católicos, porque no confían en su conocimiento y tienen miedo de ser juzgados (véase el Apéndice 4 para más información sobre la evangelización).

También se expresó una preocupación generalizada por los jóvenes y su formación en la fe a la luz de la influencia de las redes sociales y las tendencias culturales contemporáneas. (Véase el Apéndice 5 para más información sobre los comentarios y las reacciones de los jóvenes acerca de este sínodo).

Los católicos jóvenes y adultos  expresaron interés en aprender más sobre diversos temas como la naturaleza de Dios, la Trinidad, el amor de Dios por nosotros, Jesucristo, la Iglesia (eclesiología), la misericordia, la justicia, el mal, el pecado, la salvación, el juicio, la Eucaristía y otros sacramentos, la Misa, la apologética / evangelización, los santos, el relativismo moral y varios temas morales, el Segundo Concilio Vaticano,  la Doctrina Social Católica, y la relación entre la Iglesia y la política. Una gran idea de una consulta parroquial fue la recomendación de realizar una encuesta parroquial de lo que la gente estaría interesada en aprender.

Muchos participantes expresaron un deseo profundo de más oportunidades de educación religiosa a través de estudios bíblicos, libros, RICA, retiros, Escuela Bíblica de Vacaciones, misiones parroquiales, peregrinaciones, clases / seminarios, conferencias / presentaciones con oradores expertos, misas de enseñanza y más homilías en las que se den enseñanza o catequesis básica. Se mencionaron recursos de radio y en línea (sitios web católicos, oradores católicos en YouTube, FORMED y otras aplicaciones católicas, podcasts, etc.), pero esta recomendación ocurrió con menos frecuencia que las oportunidades de interacción en vivo y en persona. También se hizo hincapié en la creación de recursos de aprendizaje, como folletos apologéticos y folletos en las iglesias.

Una minoría de católicos abogó por un cambio en la enseñanza y disciplina de la Iglesia sobre ciertos temas (la ordenación sacerdotal para las mujeres, el matrimonio entre personas del mismo sexo, reconocimiento de otras identidades sexuales, etc.). Un número significativo de católicos pidió que la Iglesia fuera “menos crítica” o incluso “sin prejuicios”. En una consulta parroquial, muchos encuestados dijeron que la Iglesia debería aceptar a todos y a cualquiera sin importar lo que hagan, incluso a expensas de cambiar la enseñanza de la Iglesia. La mayoría de los católicos, sin embargo, enfatizaron la importancia de permanecer fieles a la enseñanza y doctrina de la Iglesia.

Se enfatizaron las oportunidades de formación en la fe para adolescentes, jóvenes adultos, parejas recién casadas (incluida la tutoría de pareja a pareja), nuevos miembros y padres. El papel crucial de estos últimos en la educación y el ejemplo de sus hijos se mencionó en varias ocasiones.

2) Compañerismo

Hechos 2:42 señala que los nuevos cristianos se unieron en comunión, nuevamente por el poder del Espíritu Santo. Esta comunión se caracterizó por un vínculo profundo de caridad y cuidado de las necesidades de los demás, y por apoyarse mutuamente a sobrellevar sus cruces. .

Como todos sabemos, el COVID-19 ha dejado a muchas personas aisladas, heridas y divididas. Esto se ha traducido en una falta de unidad dentro de muchas parroquias. Un tema dominante articulado en este sínodo ha sido la necesidad de reunirse de nuevo y poner fin al aislamiento. Hay un anhelo de hacer más como comunidad. Los católicos están pidiendo más eventos (retiros, almuerzos, estudios bíblicos) en aras de reunir a las personas en comunidad. .

Compartir cara-a-cara y escuchar desde el corazón  es   más preferido a las meras comunicaciones por correo electrónico. La gente quiere más oportunidades para conversaciones genuinas en persona, diálogo mutuo e intercambio de historias de fe, para que las relaciones puedan convertirse en compañerismo. De esta manera, la comunidad puede amar y apoyar mejor a sus miembros, que pueden estar allí el uno para el otro y dar de sí mismos, en imitación de Cristo.  De esta forma se dará mejor asistencia a los miembros para cargar con las cruces diarias de la vida.

Se mencionaron muchos tipos de eventos para fomentar el  compañerismo. Además de los eventos de aprendizaje mencionados en “enseñanza apostólica”, se enfatizaron los eventos de compañerismo para los siguientes grupos: familias, nuevos feligreses, visitantes, adolescentes,  jóvenes adultos y padres.

Los católicos también expresaron su deseo de compañerismo con otros a través de eventos que incluyan a todos aquellos  que residen dentro de los límites de la parroquia, para edificar a toda la comunidad en general, ya sea a través de eventos religiosos, escolares, deportivos u orientados al servicio. Finalmente, las consultas que se realizaron con otras comunidades religiosas como la Griega Ortodoxa  y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, revelaron su deseo de un compañerismo más profundo con los católicos. Finalmente, se expresó el deseo de un mejor compañerismo a través de la inculturación de varias minorías religiosas.

Dos temas que surgieron en conjunto con el compañerismo fueron la comunicación y la colaboración. Hubo varios comentarios para mejorar  las estructuras de comunicación de la parroquia. Algunas consultas parroquiales tuvieron resultados tan favorables que exploraron incorporar una versión de ellas con regularidad. Otros mencionaron que hubiese una comunicación o participación más directa del párroco y / o el personal para facilitar la comunicación. Una parroquia mencionó la necesidad de la rectoría de educar a sus feligreses sobre los diversos medios que utiliza para comunicar información. En resumen, la opinión de consenso parece ser que una mejor comunicación allana el camino para un compañerismo más profundo y un sentido general más profundo de comunidad.

También se hizo hincapié en la colaboración, de varias maneras: entre los líderes parroquiales y los feligreses, entre los párrocos y las órdenes religiosas que trabajan con ellos, entre los diáconos y sus socios ministeriales, entre los diversos grupos y apostolados dentro de la diócesis, y entre las parroquias y el Centro Pastoral Diocesano. Una mejor colaboración también resulta en un compañerismo más profundo.

3) La fracción del pan

La fracción del pan a la que se hace referencia en Hechos 2:42 tiene profundas conexiones con la Última Cena (Mateo 26:17-29; Marcos 14:12-25; Lucas 22:7-38; 1 Corintios 11:23-25), la alimentación de los cinco mil (Mateo 14:13-21; Marcos 6:31-44; Lucas 9:12-17; Juan 6:1-14) y el encuentro con Jesús en el camino a Emaús (Lucas 24:19-35). Significa, por tanto, la Eucaristía y la participación de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, “por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio mismo del Señor (Catecismo 1322).”

En este sínodo, los católicos expresaron una preocupación generalizada por familiares y  amigos de todas las edades que se han alejado de la Misa y la Eucaristía. Un informe parroquial señaló: “Muchos padres parecen dejar de asistir a misa con sus hijos después de que ellos han recibido la Confirmación“.

Agravando este problema, señalado por un estudio de Pew Research de 2019 y por algunos católicos en este sínodo, está la grave preocupación por la mayoría de los católicos estadounidenses que no cree que el pan y el vino consagrados son verdadera y sustancialmente el Cuerpo vivo de Cristo. Un informe parroquial declaró: “[Esto] fue señalado varias veces como un problema central en la unidad y el testimonio misionero“.

Algunos informes parroquiales expresaron su preocupación por las diferencias en la forma en que se celebra la Misa a través de la diócesis, de que esto es una fuente de división para al menos algunas parroquias y escuelas, y que algunos feligreses temen ser juzgados por “elegir un bando”. Algunos que expresaron una preferencia por la misa tradicional en latín (conocida en inglés por sus siglas TLM) compartieron la frustración de que no estuviera más ampliamente disponible, y temen que pueda ser restringida. Una escuela apeló a Sacrosanctum concilium: “[E]n la obediencia fiel a la tradición, el sagrado Concilio declara que la santa Madre Iglesia considera que todos los ritos legalmente reconocidos son de igual derecho y dignidad; que desea preservarlos en el futuro y fomentarlos en todos los sentidos” (4). Otros católicos, en un informe parroquial, usaron lenguaje político para expresar una preferencia por lo que ellos denominaron “servicios litúrgicos progresistas”. Otro informe parroquial de una parroquia que es hogar tanto del Novus Ordo como la TLM señaló que la devoción a la Eucaristía era de importancia crítica para lograr la unidad.

Varios informes sinodales expresaron reverencia y aprecio por la Eucaristía y su centralidad en nuestra fe. También expresaron que Jesús está verdaderamente presente con ellos en medio de sus vidas. Un estudiante de secundaria señaló: “La Misa me ayuda a recordar a Dios y nos inspira a través de la oración y la Eucaristía“. Algunos feligreses pidieron más catequesis y predicación sobre la Eucaristía, mientras que otra parroquia señaló en su informe que su párroco ya hizo un buen trabajo al respecto. Un grupo de estudiantes universitarios reconoció la necesidad de una  más profunda creencia y reverencia hacia la Eucaristía. También se articuló la determinación por parte de unas personas de asistir a misa o visitar a Jesús en el Santísimo Sacramento con más frecuencia. También se reconoció la importancia de hacer un mayor esfuerzo para invitar a otros a la misa. Algunos también reconocieron que la responsabilidad de esta invitación recae no sólo en los obispos y sacerdotes, sino también en los laicos.

Finalmente, un Avivamiento Eucarístico nacional está en el horizonte.

4) Las oraciones

Hechos 2:42 también señala el poder de la oración comunitaria inspirada por el Espíritu Santo y asociada con la Eucaristía. Durante la pandemia, algunas parroquias se comunicaron con todos los feligreses para preguntar cómo estaban y para ver si necesitaban oraciones. Esto fue muy apreciado y contribuyó directamente a la preservación de un sentido de comunidad. También se mencionó la importancia de la oración diaria y la oración comunitaria para sostener la fe.

Las oraciones comunitarias fueron citadas como fuente de fortaleza, compañerismo y reconciliación, en particular a través del Rosario, los grupos de oración, las Intercesiones Generales durante la Misa, procesiones, oraciones de consagración (a Jesús, María y José), la Liturgia de las Horas, la Coronilla de la Divina Misericordia, las novenas y letanías. Algunos fieles expresaron su deseo de más oportunidades para participar en este tipo de oración comunitaria, y también una catequesis más profunda sobre la oración. Dos de los muchos ejemplos mencionados fueron un Rosario especial para los Estados Unidos, la oración de intercesión comunitaria por las crisis globales y las consagraciones marianas.

La adoración eucarística fue enfatizada de manera especial; en una consulta se refirió a ella como un compañero necesario en el camino de la fe. Una parroquia notó un sentido más profundo de comunidad debido a una orden religiosa de hermanas que ha estado guiando a los feligreses por medio de horas santas de adoración eucarística. Un estudiante de una escuela primaria señaló: “A través de la adoración me siento más cerca de Dios“. Otro estudiante dijo: “Puedo tender la mano a los olvidados y marginados por medio de la oración. Podría enseñarles oraciones y cómo orar o simplemente puedo mantenerlos en mis oraciones diarias“. También se mencionaron el deseo de oportunidades más amplias para la adoración eucarística , catequesis sobre la misma, , y para procesiones eucarísticas que involucren  a las familias.

Los fieles expresaron el deseo de incluir en las peticiones generales de la misa a los grupos generalmente descuidados , como los católicos divorciados, los católicos solteros y otros grupos considerados marginados. También se mencionó la necesidad de catequizar a los padres sobre las oraciones que pueden transmitir a sus hijos. Se pidió a las parroquias que consideraran proporcionar y/o comunicar oportunidades para que los feligreses hicieran peticiones de oración, poniendo a disposición, o distribuyendo, tarjetas de oración. Una mayor devoción al Espíritu Santo también se mencionó como un área de crecimiento.

Las cuatro actividades de Hechos 2:42 dan como resultado  en la Iglesia naciente una vida llena de maravillas, generosidad y gozo (Hechos 2:43-47). Hoy en día, esta dinámica debería resultar en parroquias renovadas, o, en las palabras de un informe: “Caminar juntos reflejaría una parroquia o iglesia comprometida, influyente, fuerte, basada en la familia, no política, menos divisiva, [con] más solidaridad, llena de paz, unidad y amor“.

Reforzada por las cuatro actividades de Hechos 2:42 (véase el Apéndice 3 para una selección de citas de participantes agrupadas por estas actividades), la Iglesia primitiva también estaba posicionada para extender la mano, sanar y evangelizar (véase el Apéndice 4 para comentarios del sínodo sobre estos temas).

Conclusión

La confianza en el Espíritu Santo, la Santísima Virgen María y la guía de los documentos oficiales del Sínodo (ver Apéndice 2) ayudarán a la Diócesis de Phoenix a avanzar juntos como un Pueblo fiel del Camino.

Quedan vías más específicas por discernir bajo la guía de nuestro nuevo obispo, Su Excelencia el Obispo John Dolan.  Que el Espíritu Santo lo guíe en todas las cosas mientras discierne cómo guiar mejor a los fieles de la Diócesis de Phoenix a una comunión más profunda con Jesús, una participación más profunda en su vida de gracia y un compromiso más profundo con el cumplimiento de la Gran Comisión.

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Estadísticas diocesanas y sinodales

La Diócesis Católica Romana de Phoenix consta de 94 parroquias, 23 misiones, 29 escuelas primarias, siete escuelas secundarias, tres universidades y un seminario, con más de 1.1 millones de católicos que tienen su hogar en esta diócesis tan diversa, vibrante y llena de fe. De los 228 sacerdotes católicos activos que sirven en la diócesis, el 49 por ciento nacieron fuera de los Estados Unidos. La Diócesis de Phoenix está compuesta por los condados Mohave, Coconino (excepto la Reserva Indígena Navajo), Yavapai y Maricopa, además de la Reserva Indígena Gila en el Estado de Arizona sumando un total de 43,967 millas cuadradas.

La información sobre el sínodo se comunicó a los sacerdotes en una convocatoria en septiembre de 2021, y con más detalle por correo electrónico en el mes de octubre. Basándose en el Vademécum y el Documento Preparatorio, se pidió a todos los párrocos que anunciaran el sínodo y supervisaran las consultas en sus parroquias, dándoles libertad para delegar como lo consideraran oportuno, eligiendo el formato de consulta que funcionara mejor (se recomendaron consultas en persona). Se comunicaron los sitios web diocesanos para el sínodo en ingles y español, las tres dimensiones, los diez temas centrales y la oración adaptada de Adsumus Sancte Spiritus del sínodo. También comunicó que los párrocos tenían libertad de discernir las preguntas particulares que deseaban hacer. También se comunicaron las directrices para las síntesis dadas por el Vademécum.

El 70 por ciento de las parroquias de la Diócesis de Phoenix participaron en el sínodo.

La información sobre el sínodo se comunicó a las escuelas católicas de la Diócesis de Phoenix en diciembre de 2021. Se mencionó la intención del sínodo de escuchar también a los niños, y se dio libertad a las escuelas para formular preguntas basadas en las dimensiones y los temas centrales del sínodo. Se recomendó que las escuelas K-8 incorporaran los resultados en el informe del sínodo de la parroquia a la que están asociadas, y que las escuelas independientes escribieran su propio informe. Algunas escuelas K-8 asociadas con parroquias decidieron presentar sus propios informes, los cuales fueron aceptados.

El 90 por ciento de las escuelas católicas en la Diócesis de Phoenix participaron en el sínodo.

La Diócesis de Phoenix también invitó a varios grupos, asociaciones, organizaciones y comunidades de fe a participar en el sínodo, compartiendo temas e invitándolos a plantear preguntas como les pareciera más apropiado.

Se presentaron un total de 112 informes sinodales.

Parroquias participantes (con escuelas católicas afiliadas)

All Saints Parish

Ascension Parish

Blessed Sacrament Parish (Scottsdale)

Blessed Sacrament Parish (Tolleson)

Christ the King Parish and School

Corpus Christi Parish

Holy Cross Parish (Mesa)

Holy Spirit Parish

Immaculate Conception Parish & School

Immaculate Heart of Mary & St. Anthony

Mater Misericordiae & St. Edward Parishes

Most Holy Trinity Parish & School

Most Holy Trinity Parish, Spanish Speakers

Newman Center at Arizona State University

Newman Center at Grand Canyon University

Newman Center at Northern Arizona Univ.

Our Lady of Czestochowa Parish

Our Lady of the Desert (Dolan Springs)

Our Lady of Perpetual Help Parish & School (Scottsdale)

Our Lady of Fatima Mission

Our Lady of Guadalupe Parish (Queen Creek)

Our Lady of Joy Parish and Annunciation School

Our Lady of Mount Carmel Parish & School

Our Lady of the Lake Parish & School

Our Lady of the Valley & St. Raphael Parishes

Resurrection Parish

Sacred Heart Parish (Prescott)

San Francisco de Asís Parish & School

Ss. Simon & Jude Cathedral and School

St. Agnes Parish & School

St. Andrew Parish

St. Augustine Parish, English Speakers

St. Augustine Parish, Spanish Speakers

St. Benedict Parish and St. John Bosco School

St. Bernadette Parish

St. Bernard of Clairvaux Parish

St. Bridget Parish

St. Catherine of Siena Parish

St. Charles Borromeo Parish

St. Daniel Parish

St. Elizabeth Seton Parish

St. Francis Xavier Parish, English Speakers

St. Francis Xavier Parish, Spanish Speakers

St. Gabriel Parish

St. Germaine Parish

St. Helen Parish

St. Henry Parish

St. James Parish

St. Jerome Parish & School

St. John Vianney Parish (Avondale)

St. Joseph Parish

St. Louis the King Parish & School

St. Luke Parish

St. Maria Goretti Parish

St. Mary’s Basilica

St. Mary Parish and St. Mary-Basha School (Chandler)

St. Mary Parish (Kingman)

St. Matthew Parish

St. Patrick Parish

St. Paul Parish

St. Rose Philippine Duchesne Parish & Good Shepherd Mission

St. Steven Parish

St. Theresa Parish & School

St. Thomas Aquinas Parish & School

St. Thomas More Parish

St. Thomas the Apostle Parish & School

St. Timothy Parish

St. Vincent de Paul Parish & School

Escuelas católicas diocesanas y independientes

Bourgade Catholic High School

Brophy College Preparatory

Holy Family Academy

Notre Dame Preparatory

Seton Catholic Preparatory High School

St. John Paul II Catholic High School

St. Mary’s High School

Ville de Marie Academy

Xavier College Preparatory

Grupos / Asociaciones / organizaciones / comunidades de fe

Católicos Negros

Sociedad de Solteros Católicos

Mujeres Consagradas de la Diócesis de Phoenix

Crosier Village

Diáconos de la Diócesis de Phoenix

Personas Discapacitadas

Empleados del Centro Pastoral Diocesano

Socios ecuménicos

Asociados ecuménicos/interreligiosos

Socorristas – Bomberos

Socorristas – Oficiales de Policía

Proveedores de cuidado de crianza temporal

Iglesia Ortodoxa Griega, Phoenix

Personas sin hogar (Sociedad de San Vicente de Paúl)

Personas sin hogar y sobrevivientes de violencia doméstica (Caridades Católicas)

Ministerios de María

Padres que educan en el hogar

Caballeros de Colón

Miembros de Santos de los Últimos Días

Parejas Casadas

Católicos nativos americanos

ONE Comunidad

Participantes de la encuesta en línea

Prisioneros

Hermanas Educadoras de Notre Dame

Evangelización en la Calle San Pablo (SPSE)

Refugiados e Inmigrantes (Caridades Católicas)

Juventud (Renovación Carismática)

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Apéndice 2 - Documentos de Orientación (con selecciones) del Sínodo

Lista completa

FPor una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión (2021) Vademécum/Manual oficial para la escucha y el discernimiento en las iglesias locales (For a Synodal Church: Communion, Participation and Mission (2021) Vademecum / Official Handbook for Listening and Discernment in Local Churches

Oración al Espíritu Santo

Estamos ante ti, Espíritu Santo, reunidos en tu nombre.
Tú que eres nuestro verdadero consejero: ven a nosotros, apóyanos, entra en nuestros corazones.
Enséñanos el camino, muéstranos cómo alcanzar la meta.
Impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras.
No permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos.
Concédenos el don del discernimiento, para que no dejemos que
nuestras acciones se guíen por perjuicios y falsas consideraciones.
Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino de la verdad y la justicia,
sino que en nuestro peregrinaje terrenal nos esforcemos por alcanzar la vida eterna.
Esto te lo pedimos a ti, que obras en todo tiempo y lugar,
en comunión con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos.
Amén.

Que la Santísima Virgen María, Reina de los Apóstoles y Madre de la Iglesia, interceda por nosotros mientras caminamos juntos por el camino que Dios nos presenta. Así como en el Cenáculo de Pentecostés, que su cuidado maternal y su intercesión nos acompañen mientras construimos nuestra comunión unos con otros y llevamos a cabo nuestra misión en el mundo. Con ella, decimos juntos como Pueblo de Dios: "Que se cumpla en mi lo que has dicho" (Lucas 1:38).

Por una Iglesia sinodal: communion, participación y misión (2021 Documento preparatorio

Episcopalis communio: Constitución Apostólico (2018) Papa Francisco, especialmente las secciones 1, 5-7.

"El Sensus Fidei en la Vida de la Iglesia" (2014) Comisión Teológica Internacional (CTI), (Solamente el Índice.) Para el texto completo, refiérase a “El sensus fidei en la vida de la Iglesia,” Librería Editrice Vaticana; Biblioteca de Autores Cristianos [Madrid] 2014 — especialmente las secciones 1-6, 12, 18-21, 36, 39, 45-47, 49, 54-58, 62, 65, 67-70, 74-80, 83, 87-100, 102, 104, 105, 110, 112-115, 117-127.

Este informe de la CTI explora en profundidad el significado del sensus fidei, el "sentido sobrenatural de la fe" del Pueblo de Dios (cf. Catecismo 91-93, 99). Este "instinto sobrenatural" está "intrínsecamente ligado al don de la fe" y permite a los fieles "reconocer y respaldar la auténtica doctrina y práctica cristiana, y rechazar lo que es falso" (n.2). El informe también distingue entre el sentido de fe del creyente individual (sensus fidei) y el "propio instinto de fe de la Iglesia" como "una realidad comunitaria y eclesial" (sensus fidelium), ambos convergentes (n.3). El informe está organizado en cuatro capítulos: 1) El sensus fidei en la Escritura y la Tradición, 2) El sensus fidei fidelis en la vida personal del creyente, 3) El sensus fidei fidelium en la vida de la Iglesia, y 4) Cómo discernir las manifestaciones auténticas del sensus fidei.

"La Sinodalidad en la Vida y en la Misión de la Iglesia" (2018) Comisión Teológica Internacional (CTI), especialmente las secciones 3-9, 11, 19, 20-23, 40-76, 83, 103-121.

Este informe de la CTI explora en profundidad el significado del sensus fidei, el "sentido sobrenatural de la fe" del Pueblo de Dios (cf. Catecismo 91-93, 99). Este "instinto sobrenatural" está "intrínsecamente ligado al don de la fe" y permite a los fieles "reconocer y respaldar la auténtica doctrina y práctica cristiana, y rechazar lo que es falso" (n.2). El informe también distingue entre el sentido de fe del creyente individual (sensus fidei) y el "propio instinto de fe de la Iglesia" como "una realidad comunitaria y eclesial" (sensus fidelium), ambos convergentes (n.3). El informe está organizado en cuatro capítulos: 1) El sensus fidei en la Escritura y la Tradición, 2) El sensus fidei fidelis en la vida personal del creyente, 3) El sensus fidei fidelium en la vida de la Iglesia, y 4) Cómo discernir las manifestaciones auténticas del sensus fidei.

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Apéndice 3 - Citas de consulta: Las cuatro actividades de Hechos 2:48

Enseñanza apostólica

"Los comentarios [de los participantes] reflejaron firmemente una lente interpretativa que podría llamarse hegeliana; es decir, la historia es "nueva" y la Iglesia es "vieja": El mundo moderno es dinámico y está avanzando, no obstante, la Iglesia esta estática, es rígida y no se mueve. Incluso algunos católicos que participan activamente en la vida de la Iglesia parecían regirse de alguna manera bajo esta suposición, aunque su juicio difería de sus contrapartes más secularistas. Es fascinante que esta visión del mundo fue la generalmente asumida por la mayoría de los encuestados y formó el marco para su dictamen. Un marco secundario que parecía operativo en los comentarios era algo parecido al del panorama político estadounidense actual, es decir, una dicotomía conservadora/liberal.”

"El camino de la belleza (en contraposición a la argumentación lógica o moralizante) parece prometedor... la belleza de la liturgia, así como las devociones y sacramentales parecen verdaderamente prometedoras, especialmente para las personas posmodernas que idolatran la autonomía personal, particularmente en el ámbito de la ética sexual."

"En la actualidad vivimos en una cultura católica en la que muchos, incluso los católicos muy fieles, se sienten pobremente equipados y muy reticentes a participar en actividades de evangelización directa.  Existe un miedo real de no saber la respuesta a alguna pregunta, y una inseguridad general que rodea su conocimiento acerca de la fe."

"Existe un temor generalizado de hablar en nombre de la Iglesia o de declarar en qué creo por temor a parecer crítica."

“¿En qué creemos?  Hay tanta información por ahí, y estoy confundido”.

“Puedes recibir dos videos diferentes de YouTube de dos sacerdotes / teólogos católicos diciendo cosas opuestas.”

“Frecuentemente es difícil hablar de temas porque a menudo se politizan. Nuestros feligreses pueden participar activamente en la política y ser responsables. Esto causa mucho conflicto dentro de la persona y el entorno. Este siempre ha sido un problema estadounidense: la fidelidad a la fe y a la Constitución. Encontramos que nos enfrentamos con los mismos problemas humanos generales en cualquier conflicto de visiones. Este no es necesariamente un problema "católico", sino generalmente social. Al mismo tiempo, la fe católica realmente ha cambiado la forma en que pensamos sobre los problemas. Encontramos que la experiencia de la "metanoia" es real, y que tratamos de pensar como Cristo prefiere.  Incluso las personas que tienen dificultades con los problemas de inmigración ven que todos somos una comunidad guiada por el mismo Espíritu. Experimentamos la conversión influyendo realmente en nuestra vida civil... hablar de religión en la plaza pública es difícil. La gente tiende a guardar la religión para sí misma.”

"Enseñar con veracidad y firmeza las doctrinas de la Iglesia."

"No debería importar si lo que enseñamos no se alinea con la cultura... ¡necesitamos enseñar la verdad!"

"Ayudar a la gente de hoy a desarrollar modelos más sofisticados de la relación entre la Iglesia y el "mundo," que vaya más allá de simplemente antagonismo y enemistad, por ejemplo, un [modelo] en el que Cristo viene a incluir, purificar, sanar, iluminar y divinizar la creación, especialmente al ser humano. Necesita una mayor articulación algo similar a un humanismo piadoso centrado en Cristo. Nos convencimos más de que el compromiso pastoral del Segundo Concilio Vaticano con este tema es tan oportuno y útil como siempre."

"Las vastas diferencias en opiniones y comentarios nos sugieren que la gente simplemente no sabe lo que la Iglesia católica cree y las razones de estas creencias. No es que haya miles de personas catequizadas que hayan abandonado la Iglesia. Hay miles de personas que nunca han estado realmente expuestas al cuerpo del cristianismo católico, las cuales se han alejado y tienen fuertes opiniones sobre una fe con la cual aún no se han enfrentado. Esto renovó nuestra convicción de que la Nueva Evangelización (es decir, volver a presentar los fundamentos del Evangelio a los bautizados) es una prioridad fundamental para nosotros".

"La Iglesia todavía tiene algo valioso que ofrecer a un mundo cada vez más secularista, especialmente un sentido de trascendencia a lo divino, santidad de vida y ejemplos de amor genuino, además de una enseñanza clara sobre la verdad y dignidad del ser humano y la moralidad."

"Los católicos individualmente han formado sus propias opiniones y tomado sus preferencias políticas y personales, y han convertido estas en enseñanzas católicas."

"¿Estamos tratando de cambiar las enseñanzas y doctrinas de la Iglesia para que podamos 'encajar'? No quiero una versión diluida de la verdad."

" Muchos consideraban que o bien existía una falta de formación de los padres y catequistas, o que los padres y catequistas no lograban transmitir la importancia de los sacramentos a los jóvenes. Muchos se sentían pobremente equipados para enfrentar los desafíos del mundo moderno."

"[Existe un deseo] de que la Iglesia responda y reconozca las dificultades de vivir en este mundo y cambiar la cultura, sin embargo, una parte significativa de los encuestados no necesariamente desea el cambio por el bien del cambio, sino el deseo de comprender de una manera más profunda las enseñanzas de la Iglesia ya existentes."

"La Iglesia da la bienvenida a todos, aunque hay muchos que creen que no son bienvenidos porque no entienden o no están de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia."

"Escuchar no puede convertirse en una adaptación a la cultura más amplia. Otros parecían equiparar la acción de escuchar con los cambios en la enseñanza de la Iglesia.”

"Existe una multitud de feligreses que no entendían por qué la Iglesia no permite que las mujeres sean ordenadas al diaconado o al sacerdocio, y rechaza el matrimonio para los sacerdotes."

"Hay que restaurar la confianza. La claridad de la misión debe ser articulada."

"Necesitamos ser fuertes en nuestra fe antes de enseñar a los demás. No podemos enseñar lo que no tenemos."

"Los líderes de la Iglesia deben alentar la participación en clases de formación en la fe o la lectura de ciertos libros para aprender más sobre un tema católico. Sería bueno tener la guía del clero sobre las formas de hacer crecer la fe o la vida espiritual."

"La formación cristiana debe ayudar a las personas a enamorarse de la Iglesia y no ser miembros simplemente por obligación."

"La mayoría expresó que necesitan aprender más sobre la fe. Quieren entender mejor a los santos y su papel en la fe. Quieren conocer mejor la Biblia".

"Cuanto más pueda la Iglesia fomentar la conexión religiosa entre padres e hijos, aumenta la probabilidad de que los niños acepten la fe [cuando] se conviertan en adultos... " Cuanto más se den cuenta los padres de que comparten la misión profética de Cristo, más motivados estarán para crecer en su fe personal.”

"Nuestra formación en la fe necesita ser menos cerebral (una asimilación de la información) y más profunda en cuanto a nuestra relación con Dios y entre nosotros. La iglesia maneja bien la doctrina, pero no es lo mismo con la gente."

"Las experiencias de acompañamiento y escucha son valiosas hasta cierto punto, por lo menos en la medida en que se construye la confianza y se consolidan amistades abiertas a la evangelización. El lograr esto fue una bendición para nuestra comunidad parroquial. Al mismo tiempo, somos conscientes de que debe ser moldeada por, y conducir a una presentación confiada y caritativa de la fe católica que inspire y desafíe a nuestros amigos a arrepentirse y creer en el evangelio, descubriendo la vida en la Iglesia."

"Asistir a clases [de la biblia y educación religiosa] nos hace sentir más cerca y sentirnos más como compañeros en la jornada hacia la eternidad."

"Educar a los padres sobre cómo enseñar a los niños acerca de Dios y nuestra religión."

"Enseñar a la gente a convertirse en mejores evangelizadores ayudando a cada católico a sentirse más seguro en su comprensión de la fe, para que tengan confianza para salir y evangelizar."

"Menos énfasis en la justicia social y más énfasis en salvar almas".

Compañerismo

"Los cristianos no están destinados a estar aislados unos de otros; necesitamos vernos."

"El anonimato católico (asistimos a la misma misa, nos sentamos en el mismo banco, sonreímos a las mismas personas) nos mantiene extraños unos a otros hasta que nos preocupamos más por la vida de los demás yendo más allá de la sonrisa y la cortesía."

"Aquellos con una perspectiva positiva de la vida parroquial atribuyen un sentido de comunidad a un fuerte ministerio juvenil y catequético, aunado a una vida litúrgica vibrante y un conocimiento de alcance que va más allá de la parroquia.”

"Cuando vengo al Newman Center, las personas me abrazan y recuerda mi nombre, me siento como en casa. Se percibe muy diferente de cuando estas en un club o algo así.”

"Necesitamos escuchar a aquellos que han dejado la iglesia, aquellos que ya no vienen a misa, veteranos que luchan, ancianos aislados, las personas en embarazos en crisis, esencialmente todos los que están marginados de la sociedad o de la Iglesia."

"Nos conocimos en la iglesia, pero desarrollamos una relación fuera de ella. Necesitamos ayuda para llegar al cielo; necesitamos saber que la comunidad no solo es útil o buena, sino que es necesaria... necesitamos más amistades auténticas.”

"Tener un corazón abierto y formar relaciones entre nosotros, todo esto es parte de la misión común. Crear relaciones con Dios y entre nosotros. Tenemos que estar atentos para mantenernos sinceros y mostrar amor los unos a los otros... Tener un preocupación genuina y amor por nuestros hermanos, esa es la misión. Cambiar la visión oscura de la iglesia no es tan importante como ayudar a otros a saber que son amados por Cristo. Una vez que se alcanza esto, este se convierte en un lugar seguro. Cuando estamos a salvo, podemos mostrarnos abiertos y ser sinceros, el amor nos hace libres. Esto es cierto en una familia, en la cual el amor es incondicional y podemos desafiarnos libremente los unos a los otros, sabiendo que al final todavía somos amados. Es debido a esto que nos estamos esforzando en la comunidad de la Iglesia. Cuando alcanzamos este nivel de amor, podemos desafiarnos a nosotros mismos, hermanos y hermanas, para convertirnos en santos."

"Se necesita un poco de esfuerzo para recordar nombres, para pasar tiempo de calidad juntos o para caminar con alguien que está en la lucha. Cada uno de estos implica una decisión libre de invertir en la otra persona, una elección consciente de ser compañeros en la jornada."

"Muchos participantes mencionaron grupos pequeños como lugares de profundo crecimiento espiritual, a menudo provocando una mayor devoción a la fe y el desarrollo de una fuerte relación con Dios. Para algunos, las experiencias en grupos pequeños brindaron la oportunidad a los participantes de embarcarse en una nueva forma de vida. Muchos participantes reconocieron el valor de los grupos pequeños para el desarrollo espiritual y desean mayores oportunidades específicas a sus necesidades individuales."

"Varios estudiantes [universitarios] escribieron sobre su participación en la Semana Santa, eventos diocesanos a gran escala, o experiencias de la Jornada Mundial de la Juventud, las cuales los hicieron sentir como parte de una Iglesia que está viva y es universal."

"Necesitamos tratar de ser más como las otras denominaciones cristianas, ellos hacen un gran trabajo reuniendo a sus grupos y tienen más jóvenes entusiasmados con su fe.  Los grupos de jóvenes en la Iglesia Católica necesitan ser más divertidos y sociales. Por supuesto, debe de haber clases de escrituras y formación en la fe, pero a la vez, necesitamos tener grupos que apoyen a la comunidad y construyan amistades en la fe."

"El caminar juntos comienza en [la Eucaristía, incluso para] aquellos que la celebran diariamente."

"Enfrentar las cruces de la vida cotidiana (el sufrimiento, la pérdida y salud, los moribundos y pobres) era una necesidad importante alimentada por [la] Eucaristía, las devociones y la vida comunitaria creíble."

"La comunidad se vuelve viable cuando participamos en la vida de la comunidad de la iglesia más allá de asistir a misa."

"Estamos llamados a un aumento en la hospitalidad cuando nos reunimos en la iglesia para la misa u otros eventos parroquiales, esto nos ayudarán a crecer en nuestra jornada juntos.”

"Un punto de convergencia es la necesidad de lograr una mejor comunicación entre el clero y los fieles. Al hacerlo, no solo habrá más voluntarios para el trabajo que se realiza en la parroquia y la escuela, sino que también hará que los líderes parroquiales se sientan más cerca y sean más accesibles."

"Los eventos como el sínodo brindan la oportunidad de compartir puntos de vista, pero todavía existe la necesidad de tener otros espacios para compartir preocupaciones.”

"Partir el pan con los demás construye la comunidad, el compañerismo y las relaciones."

La fracción del pan

"La Santísima Eucaristía es la fuente y cumbre de la Fe. La mayoría de los católicos no creen esto."

"La Iglesia necesita ser más educativa sobre la Misa. Los feligreses han adquirido el hábito de simplemente asistir a la Misa sin entender cada parte y cómo es relevante para nuestra vida diaria. Otro consenso del grupo fue el tema de la Eucaristía, muchos feligreses reciben la eucaristía, pero no creen que sea el cuerpo, la sangre, el alma y la Divinidad de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Una verdadera comprensión de la Misa y de [la Eucaristía] le daría más poder a nuestra evangelización. "

"La poca consideración por la Misa y la Eucaristía contribuye a una espiritualidad débil".

"La gente se encuentra con Jesucristo en la oración, asistiendo a Misa, en la lectura de la Sagrada Escritura, en la Eucaristía, en los escritos católicos de los santos y en el servicio ministerial.  Algunos encuentran a Jesús en las personas que conocen o en cosas hermosas como la música, esas cosas son parte de la creación.  La respuesta más común fue que se encuentran con Jesucristo en su tiempo de oración, ya sea un tiempo personal en casa, en la Misa, rezando el rosario o a través de la Adoración en la capilla."

"Una estudiante de tercer año [de la escuela secundaria] reconoció que disfrutaba ir a la Misa el domingo para escuchar las homilías reflexivas y para recibir la Eucaristía."

"Me gusta cómo el grupo de jóvenes me enseña a amar a Jesús Eucarístico."

"El Espíritu Santo ha demostrado que la Eucaristía es central y necesita ser tratada con reverencia."

"Creemos que el Espíritu nos está invitando a crecer en santidad y reverencia por Cristo en la Sagrada Eucaristía."

"Necesitamos volver a comprometer nuestro amor por la Eucaristía y nuestro Señor presente en la Eucaristía."

"Estamos llamados a un aumento en la hospitalidad cuando nos reunimos en la iglesia para la misa u otros eventos parroquiales."

"Queremos que la iglesia esté llena de fieles ...  educados en la verdad de la Eucaristía."

"Las iglesias deben ser lugares de gran belleza, donde la Eucaristía epicentro de todo lo que se celebra.”

"[La comunión] se basa en el amor y la reciprocidad del culto eucarístico.”

Las oraciones

"La gente se encuentra con Jesucristo en la oración, asistiendo a Misa, en la lectura de la Sagrada Escritura, en la Eucaristía, en los escritos católicos de los santos y en el servicio ministerial.  Algunos encuentran a Jesús en las personas que conocen o en cosas hermosas como la música, esas cosas son parte de la creación.  La respuesta más común fue que se encuentran con Jesucristo en su tiempo de oración, ya sea un tiempo personal en casa, en la Misa, rezando el rosario o a través de la Adoración en la capilla.”

"No hay nada más íntimo o enlazado que orar juntos."

"La oración personal, la recitación del Rosario y el estudio de las Escrituras deben aumentar para nosotros individualmente, para que podamos crecer en nuestra vida de oración comunitaria.”

"Era la 'unidad' de todos los que adoraban al Señor juntos, a través de la alabanza y adoración, a través de la oración individual. Tenía la calidad católica de ambos y estuvimos allí como un pueblo, pero cada persona orando individualmente. Y lo trascendental que era..."

"[Durante la adoración, todos sintieron] el anhelo de seguir la voluntad de Dios, el asombro y la maravilla.”

"Yo estaba en medio de muchos, experimentando el amor único por Eucaristía. Por un momento, nos olvidamos de los problemas del mundo y nos unimos en lo más importante del planeta.”

"Recientemente en la adoración ... estar en la presencia del Padre se sentía como si todos estuviéramos destinados a estar allí, como si estuviéramos en casa.”

"Los estudiantes compartieron abrumadoramente emociones positivas de alegría, júbilo, paz, gratitud y emoción al celebrar las liturgias escolares, la oración matutina y los servicios especiales de oración en la escuela.”

"Cuando existen desacuerdos, hablamos y oramos a través de nuestro camino.”

"Muchos encuestados pidieron una renovación de la devoción al Espíritu Santo para hacer frente a los desafíos."

"La comunión de fe que ocurre en la oración intercesora por los cargan con cruces, la solidaridad de tener a otra persona rezando por ti.”

"Se debe rezar por los laicos solteros en las Peticiones de los Fieles. Siempre se ora por las familias, pero no por grupos de individuos en particular.”

"Podemos orar para que encuentren a Dios y hacer todo lo posible para ayudarlos de cualquier manera posible." - joven estudiante

"Hay algo particularmente hermoso en las descripciones de adoración de los estudiantes [universitarios]. Es común que los jóvenes de hoy tengan dificultades con el enfoque, una preocupación por sus propios intereses y apatía hacia la religión. Es extremadamente raro escucharlos usar palabras como anhelo, asombro, maravilla y presencia. Estos tiempos de adoración comunitaria parecen ser un ambiente excepcionalmente fructífero para que los estudiantes se experimenten a sí mismos no solo como en comunión con los demás, sino como miembros de un pueblo en comunión con Dios.”

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Apéndice 4 – Tender la mano, sanar y evangelizar

Los eventos posteriores a Hechos 2:42 reflejan temas adicionales contenidos en la retroalimentación de este sínodo: tender la mano, sanar y evangelizar.

Tender la mano

En Hechos 2:45, los fieles se tienden la mano unos a otros y atienden las necesidades particulares. En Hechos 3:1-4, Pedro y Juan tienden la mano a un hombre marginado.

Muchos informes sinodales enfatizaron la necesidad de tender la mano a los necesitados, especialmente a los marginados. Más de un feligrés mencionó que un lugar para comenzar con respeto a tender la mano es con familiares y amigos necesitados: “Alentemos a los católicos a acercarse primero a sus familias y amigos que se han alejado.” Esto sigue el patrón de Hechos, además de la sabiduría de Santa Teresa de Calcuta:

Se nos manda amar a Dios y a nuestro prójimo por igual, sin diferencia. No tenemos que buscar las oportunidades para llenar este comando, están a nuestro alrededor, las veinticuatro horas del día. Debe abrir mucho los ojos para que pueda ver las oportunidades de brindar un servicio gratuito y de todo corazón justo donde se encuentra, en su familia. Si no da ese servicio en su familia, no podrá dárselo a quienes están fuera de su hogar.[1]

Se ofrecieron varias sugerencias acerca de cómo las parroquias y los individuos podrían comunicarse, y con quién. A continuación, se encuentra una lista parcial de estas:

  • Invitar a las personas marginalizadas a eventos parroquiales
  • Ser voluntario o donar a la Sociedad de San Vicente de Paúl / las despensas de alimentos parroquiales, Caridades Católicas de Arizona, Banco de Alimentos de Santa María, Hábitat para la Humanidad (también en Flagstaff), etc. Ver el apéndice 6.
  • Comunicarse con las familias escolares que no asisten a Misa
  • Comunicarse con aquellos que han dejado la Iglesia
  • Discernir acerca de formas de alcanzar a los "nones" (el creciente número de estadounidenses que no profesan ninguna afiliación religiosa en absoluto)
  • Brindar apoyo a los centros locales de crisis de embarazo o incluso abrir hogares privados para mujeres con embarazos en crisis, y ayudar a las personas que están dispuestas a no cohabitar, pero no pueden financiarlo.
  • Participar activamente en Caminando con Madres en Necesidad un ministerio que se está expandiendo rápidamente en la Diócesis de Phoenix
  • Visitar a los enfermos y a las personas confinadas en casa
  • Visitar a las personas encarceladas
  • Visitar a las personas sin hogar donde se encuentren (no vaya solo)
  • Comunicarse con las escuelas públicas para explorar la posibilidad de invitar a los niños y sus familias a aprender más sobre el catolicismo
  • Conectarse con la comunidad local por organizar ferias de recursos (alimentos, empleos, vivienda, capacitación, ESL, etc.)
  • Iniciar proyectos de servicio en conjunto con el ministerio juvenil que ayuden a la comunidad local
  • Coordinar una "colección regular de artículos de tocador" que incluya jabón básico, champú, calcetines, maquinillas de afeitar, higiene femenina, etc.
  • Organizar una "venta de patio" de la comunidad en la propiedad de la parroqui
  • Comenzar un ministerio de despensa de alimentos
  • Colaborar en iniciativas de servicio con lo hacen las otras denominaciones cristianas
  • Desarrollar un equipo de voluntarios que visiten a los miembros de la comunidad que no les es posible asistir a la Misa”

Como lo confirma el Libro de los Hechos, debemos estar preparados para encontrar resultados inesperados y sorprendentes. Nunca debemos subestimar el poder de tender la mano y el poder de la invitación.

Un hermoso ejemplo de esto es un grupo de feligreses que se dedica a un ministerio llamado Sal y Luz (cf. Mateo 5:13-16). En este ministerio personas se reúnen de dos en dos en las cuatro esquinas de intersecciones concurridas con carteles en inglés y español ofreciendo orar por las personas y repartir sacramentales como regalos. Han tenido innumerables encuentros memorables con personas de todas las tradiciones de fe y condiciones sociales, abrumados por la gratitud.

Un estudiante universitario cuya vida fue impactada por el ministerio de un Newman Center compartió este testimonio:

Todas las personas en mi vida se habían alejado debido a estaba caminado por el camino equivocado (drogas, abuso de sustancias, huida de casa), cuando busqué ayuda en la Iglesia, no me rechazaron. Desde entonces, la Iglesia ha sido mi hogar.

Las personas encarceladas en una instalación declararon: "Estamos muy agradecidos con estas personas tan bondadosas, cuando el resto de la sociedad nos desprecia." También expresaron su gratitud por los voluntarios que ayudan a sus familias.

El impacto también lo sintió la persona que tiende la mano. Un estudiante universitario declaró: "En mi servicio, puedo sentir como si pusiera mi pequeño grano de arena para edificar el reino de Dios." Un capellán del Newman Center explica el impacto del servicio cristiano en los estudiantes de esta manera:

A menudo se dice que los jóvenes de hoy tienen un gran entusiasmo por el activismo y quieren ayudar a cambiar el mundo de una manera significativa. Con esto en mente, es interesante observar cómo las reflexiones de los estudiantes pueden ayudarnos a articular algunas de las razones por las que servir en y con la Iglesia es tan formativo...  "Trabajar juntos en la obra de Dios" nos invita a examinarnos no sólo como miembros vivos de un cuerpo, sino como miembros vivos del Cuerpo de Cristo, es decir, de la Iglesia. Experimentar esta realidad a través del servicio parece generar un sentido de corresponsabilidad y misión compartida más fácilmente que el dialogo por sí solo.

La sanación

En Hechos 3:7-8, Dios sana milagrosamente a un hombre cojo de nacimiento por medio de Pedro. Este es el primero de los muchos milagros de sanación descritos en el Libro de los Hechos.

La necesidad de sanación y reconciliación se mencionó a menudo en los informes sinodales. Un líder de consulta escribió:

Junto con los oficios de enseñar, santificar y gobernar, existe una gran necesidad de sanación...  [La Iglesia] necesita ser considerada cada vez más como un lugar donde la gente puede acudir a sanar su mente y su alma... Muchas personas necesitan sanación debido a los escándalos de abuso sexual de la Iglesia, a los problemas relacionados con el aborto, a los matrimonios destruidos, a las familias que se han alejado de la Iglesia, a la pérdida de un cónyuge o un ser querido, a los traumas y abusos, a las adicciones a las drogas o el alcohol, a los problemas de salud...  El papel del Papa, los obispos y sacerdotes, así como el de las monjas, hermanas y los laicos en el proceso de sanación es muy, muy importante. El sacerdote debe ser visto a nivel de la parroquia local como un sanador.

Los posibles medios de sanación mencionados incluyeron las misas y oraciones de sanación, la confesión, adoración eucarística, los retiros de sanación, grupos de oración de sanación, ministerios de consejería[2] de duelo y un mejor acompañamiento pastoral con personas que atraviesan por divorcios y anulaciones.

Se mencionó la necesidad que existe de sanación para varios grupos de personas marginalizadas. Un informe señaló: " Las personas se han polarizado debido a las creencias religiosas y políticas, además de las creencias del mundo secular. Necesitamos descubrir cómo podemos ser una voz de sanación y razón para comenzar a amarnos los unos a los otros en lugar de estar en conflicto.”

En una consulta, los católicos afroamericanos también hablaron de su necesidad de sanación, incluyendo el reconocimiento y la disculpa por el pecado del racismo, particularmente en la Iglesia, y la necesidad de que los sacerdotes hablen acerca de este tema. Parte de este reconocimiento incluye la voluntad de aprender sobre la experiencia católica afroamericana.[3]

En otra consulta, los policías y bomberos católicos mencionaron su deseo de sanación y reconciliación en forma de más oportunidades de asesoramiento pastoral.

También se mencionó la sanación como condición necesaria para la recepción del kerigma. Se dijo que tal vez una de las razones por las que el mensaje del Evangelio no llega a ciertas personas es que primero necesitan sanar.

Evangelizar

Hechos 3: 11-26 muestra a Pedro evangelizando sin temor. Los informes de la consulta sinodal revelan una necesidad imperiosa de evangelización en un momento en que el espíritu del mundo y la cultura moderna han ahogado de manera aparente la voz de Dios.

Este sínodo nos recuerda que, como Jesús, debemos estar dispuestos a encontrarnos con la indiferencia. Un Centro Newman informó: "Fue interesante notar cómo muchos estudiantes no tenían ningún deseo de participar... No fue una experiencia agresiva o de confrontación, sino una experiencia de apatía e indiferencia" (énfasis añadido). Esto nos recuerda las quejas de Jesús a Santa Margarita María Alacoque en el siglo XVII sobre la indiferencia que recibía y su deseo de promover la devoción a su Sagrado Corazón.

Este sínodo revela la importancia de simplemente hacer preguntas para medir dónde están las personas. Esta fue la técnica empleada por un Newman Center por un grupo de cinco misioneros FOCUS (Fellowship of Catholic University Students) que en dos ocasiones distintas pasaron horas interactuando con estudiantes de una universidad pública.

En la primera ocasión, intentaron interactuar con 400 estudiantes y encontraron solo a 33 que estaban dispuestos a participar. Estos participantes se autoidentificaron como católicos o agnósticos. Los misioneros de FOCUS informaron que cuando se consultó a estos estudiantes acerca de qué les gustaría decirle o preguntarle al Papa Francisco, "muchos estudiantes hicieron preguntas que se centraron en el divorcio, la ideación transgénero y la atracción por personas del mismo sexo, especialmente con respecto a sus propias situaciones personales y cómo responder a los miembros de la familia".

Una segunda ronda de preguntas por parte de los misioneros de FOCUS en una fecha diferente se centró en esta pregunta: "De los siguientes temas, ¿cuál le apasiona o le impacta más?". La mayoría de los votos (60) correspondieron al total combinado de los que dijeron que estaban a favor de la vida o de la proelección. El racismo y LGBTQ+ quedaron en segundo y tercer lugar respectivamente. La Eucaristía, fuente y cumbre de la fe, quedó en un lejano último lugar, después del servicio a la comunidad y el matrimonio. El informe señalaba: "los alumnos no supieron articular por qué les apasionaban esos temas... También fue sorprendente e interesante ver el número de alumnos que preguntaron... "¿Qué es la Eucaristía?". Estas interacciones ilustran claramente los retos de la evangelización en una universidad secular, aunque el Centro Newman y FOCUS están plantando semillas cada día.

Evangelizar requiere compromiso, relación, invitación y salir de las zonas de confort, pero a veces el miedo puede interponerse en el camino. Una consulta sinodal realizada por Saint Paul Street Evangelization (SPSE) señaló:

Ahora vivimos en una cultura católica en la que muchos, incluso católicos muy fieles, se sienten pobremente equipados e indecisos de participar en actividades de evangelización directa.  Existe un miedo real a no saber la respuesta a una pregunta, y simplemente una inseguridad general en torno a su conocimiento de la fe.

SPSE también señaló que a la misma vez existe un temor injustificado al conflicto:

Los enfrentamientos al evangelizar son extremadamente raros, sin embargo, esto continúa siendo un temor real para muchos que se incierto de participar. Esto puede deberse al malentendido común de que la evangelización en la calle es lo mismo que ser "fanáticos de la Biblia" o "hacer proselitismo" y la imagen de gritar a la gente a través de un megáfono que van a ir al infierno. La realidad es que la gente, especialmente los jóvenes, están hambrientos de escuchar la verdad.

SPSE también habló de cómo en este ámbito "la práctica hace al maestro":

Muchos evangelistas de SPSE descubren que cuanto más practican en la calle, más fácil les resulta hablar del nombre de Jesús en la vida cotidiana. Desde restaurantes, aviones, lugares de trabajo, escuelas, con familiares y con amigos, se hace más fácil hablar de Jesús cuando su Nombre se menciona constantemente.

En cuanto a la evangelización parroquial, una parroquia informó que la necesidad es evidente: "¿Por qué no vemos actividad misionera a nivel parroquial? ... La gente aquí en nuestras propias comunidades necesita conocer al Señor... Aquí mismo, ahora mismo, necesitamos volver a evangelizar.”

Los informes del Sínodo ofrecieron ideas. Una de ellas es que los diáconos desempeñen un papel más activo en la formación de evangelistas laicos. Una parroquia cuenta con un grupo llamado Catholic Truth Seekers (Buscadores de la verdad católica), organizado por jóvenes adultos, que se centra en el compañerismo y en el crecimiento de la comprensión de las Escrituras y de la enseñanza católica, para que estén mejor preparados para ser evangelizadores. Más de una parroquia sugirió tener equipos, tanto de laicos como clérigos, y tocar de puerta en puerta dentro de los límites de la parroquia. Los evangelizadores más experimentados pueden enseñar a los demás cómo relacionarse con "la familia inmediata y demás familiares, así como con nuestros vecinos y amigos". Puede comenzar con una simple invitación a la misa, junto con la oración por la conversión del corazón. Un informe añade que "los líderes parroquiales deben proporcionar los recursos necesarios y las personas deben de participar en esta formación misionera".

SPSE ofrece recursos tanto para individuos como para parroquias; una colaboración más profunda con la diócesis y las parroquias es una posibilidad. Los feligreses pueden unirse a los equipos de SPSE en las jornadas de evangelización, donde pueden "construir grandes amistades, crear confianza y fortalecer nuestra fe."

Un informe resumió adecuadamente la invitación de Dios a la evangelización: "[El Espíritu Santo nos invita] a ser audaces en nuestra fe, decir la verdad, evangelizar con amor y ser activos".

[1] Citado en Mother Teresa: Her Essential Wisdom, ed. Carol Kelly-Gangi (Fall River Press, 2006), p. 39.

[2] Ejemplos de retiros especializados de sanación disponibles en la diócesis incluyen El Viñedo de Raquel (sanación del aborto), Del Dolor a la Gracia (curación del abuso) y Retrouvaille (curación de matrimonios).

[3] Para un excelente recurso sobre este tema, véase a Cyprian Davis, The History of Black Catholics in the United States (Herder & Herder, 1995).

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Apéndice 5 - Jóvenes (de primaria a secundaria)

Existe un gran número de varones y mujeres en nuestra diócesis, ordenados, religiosos y laicos, especialmente en nuestras escuelas católicas, que se dedican desinteresadamente a formar a nuestros jóvenes en la fe. Así mismo, Tenemos un número masivo de jóvenes católicos que están recibiendo una buena formación. Sin embargo, la participación de los jóvenes en la consulta sinodal dejó claras dos cosas: en general, hay una crisis de fe entre los jóvenes y una necesidad apremiante de evangelización, testimonio y catequesis. La Iglesia está perdiendo a los jóvenes, mientras que el ruido y el espíritu del mundo están ahogando el Evangelio.

Los jóvenes que participaron en las consultas del sínodo mencionaron con frecuencia que disfrutaban de las misas escolares y los retiros, pero en general, a medida que los niños crecen, se desarrolla una desconexión entre lo que la Iglesia enseña y su experiencia cotidiana. Se sienten afectados por los padres que no los llevan a la iglesia y a menudo sienten que no tienen voz.

Estudiantes de escuelas primarias

En una escuela primaria, el líder de la consulta escribió: "Los estudiantes se sienten emocionados y felices cuando asisten a la misa escolar... Los estudiantes estaban agradecidos por tener la oportunidad de celebrar la misa y los sacramentos juntos como familia." En otra escuela primaria, un alumno mencionó: "Mis compañeros de clase se aseguran de que todos los estemos incluidos trabajando en grupos donde podamos ayudarnos unos a otros."

Los alumnos de quinto grado que participaron dijeron que se sienten cerca de Dios cuando "oran, van a misa, se confiesan, rezan el rosario o ayudan a los demás". El responsable de la consulta dijo que "aman a Dios y le dan gracias. Muchos mencionaron que luchan contra la tentación y el pecado".

Estudiantes en grados 6,7 y 8

Muchos de los alumnos de secundaria se centraron en la oración familiar, la oración personal y la adoración como puntos de contacto clave con Jesús.  También comentaron que les gustaría que el Sacramento de la Reconciliación estuviera más disponible. Dijeron que les gustaban los retiros y las oportunidades de servicio.

Un responsable de la consulta que redactó los comentarios de los alumnos de secundaria señaló: "Los padres tampoco transmiten la cultura de la fe católica a los alumnos en el hogar".

Los alumnos de escuela intermedia también hablaron de su disposición a participar en la oración: "Como miembro [de la Iglesia] puedo llegar a los olvidados y marginados mediante la oración. Puedo enseñarles oraciones y cómo rezarlas o simplemente tenerlos en mis oraciones diarias".

A un alumno de sexto grado le preocupaba perderse la misa: "Siento que si tuviera tiempo podría ir más a la iglesia. Debería ir más pero no lo hago ya que mis padres están muy ocupados. Sólo tienen tiempo para llevarme cuando sirvo en el altar, no en otras ocasiones".

Un responsable de la consulta señaló que en su escuela tienen adoración, reconciliación y misa a lo largo de la semana: "Actualmente, los alumnos se sienten cerca de Dios porque la escuela les ha enseñado a crecer en este aspecto. Se enseña a los alumnos a tener conversaciones con el Señor a través de la oración para que sepan que Cristo está siempre con ellos."

Un elemento que parecía preocupante -e indicativo de la necesidad de catequesis- era este comentario de un responsable de la consulta sobre los alumnos de séptimo y octavo grado y su falta de comprensión acerca de por qué son católicos (énfasis añadido):

[Nuestros estudiantes de séptimo y octavo grado] informan que tienen dificultades con la oración. No saben si Dios escucha oraciones o si las responde.  El contenido de su oración consiste principalmente en peticiones relacionadas con la vida cotidiana, la familia, los seres queridos y la seguridad. No se consideran distantes de Dios, pero tampoco cercanos. Para muchos de ellos, la oración solo ocurre a la hora de tomar los alimentos. Nuestros hijos son más o menos conscientes de que son católicos, pero no están seguros de por qué.  Gran parte de su vida católica se limita a la participación de sus padres.

Y a pesar de la carga financiera que conlleva una educación católica, muchos padres no están practicando la fe y eso, a su vez, está afectando a la relación de sus hijos con Dios. De hecho, los alumnos no pueden ni siquiera explicar qué es una relación con Dios, dijo un líder de consulta de una escuela media:

Muchos padres no practican la fe a pesar de enviar a sus hijos a la escuela católica. La asistencia a misa está limitada a la asistencia de sus padres. La cuestión de la relación con Dios les resulta extraña.  No saben cómo responder a ello sin más explicaciones y ejemplos, piensan que la experiencia de Dios es diferente para todos y por lo tanto, difícil de dialogar (énfasis añadido).

De hecho, abandonar la fe en la medida en que maduran parece ser un rito de transición, al menos según lo indica un líder de la consulta que habló con estudiantes de media:

Están muy conscientes de que, aunque ahora son católicos mientras están en la escuela, muchos de ellos podrían abandonar la fe en la escuela secundaria. De hecho, algunos de ellos se adelantan a esto, pero no lo hacen por repulsión a la fe, sino como una expectativa de crecimiento. Para otros que no esperan dejar la fe, reconocen que la escuela secundaria será un desafío para ellos y no saben cómo seguirán siendo católicos. La mayoría no planea como resolver este conflicto, sin embargo, la mayor parte de los estudiantes reconocen que necesitan a Dios en sus vidas. Algunos informan de algunas experiencias en las que se han sentido juzgados negativamente en la Iglesia y eso los aleja. En general, no entienden por qué la Iglesia tiene autoridad para enseñar lo que hace, pero están abiertos a aprender.

Los alumnos de sexto grado a los que se les preguntó cómo podían acercase a los miembros olvidados de la sociedad ofrecieron este enfoque: "ir de puerta en puerta para difundir el Evangelio".

Los alumnos de séptimo grado de una escuela señalaron que su relación con Dios no era buena. Las razones aducidas fueron la falta de oración, no ir a misa, la preocupación por los deportes, la escuela, y el exceso de tiempo dedicado a la tecnología.  También ofrecieron su opinión sobre lo que la Iglesia debe y no debe hacer: "La Iglesia no debe juzgar". Esto invita a una mejor catequesis (véase el Apéndice 7).

En cuanto a acercarse a los que se sienten excluidos o marginados, un estudiante se refirió a los alumnos de escuela media y secundaria que son marginados y que se enfrentan a la intimidación, a pensamientos dañinos o a otros traumas. Un estudiante sugirió crear un grupo dentro de las escuelas católicas para que los estudiantes puedan hablar acerca de estos temas.

Los alumnos de octavo grado que se sentían cerca de Dios mencionaron la importancia de la oración y la asistencia a la misa. Muchos dijeron que la oración diaria o la oración con un miembro de la familia era importante. Hubo un número de alumnos de octavo grado (alrededor de 14 en una escuela) que dijeron que no tenían una relación solida con Dios.

Para acercarse a los que se sienten excluidos, los alumnos de escuela media recomendaron tener una mayor presencia en las redes sociales, así como celebrar más retiros y eventos de fe para diferentes grupos de personas dentro de la Iglesia.

Otras sugerencias fueron aceptar a las personas por quienes son y por lo que son, sin juzgar y mostrando amor y bondad a todos. "Hazles saber a las personas que no están solas mediante notas, escuchando a los demás y dedicando tiempo a hablar con el prójimo", escribieron los estudiantes. Otras sugerencias fueron tratar de dar esperanza a los demás y acoger a los que están solos en nuestras comunidades, además de rezar por los que tienen problemas. Otra sugerencia fue que los estudiantes ayudaran en la Sociedad San Vicente De Paúl donando alimentos, ropa u otros artículos."

Estudiantes de escuelas secundarias

Los comentarios del Sínodo confirman que muchos de nuestros estudiantes de secundaria tienen dificultades en múltiples frentes. Un capellán escribió:

La vergüenza juega un papel importante en la vida de nuestros alumnos. Ya sea por la presión de los padres, la situación de las redes sociales o las percepciones personales. Debido a esto, nuestros estudiantes pueden sentirse profundamente indignos y pensar que vivir la vida sacramental no es normal. Algunas de las luchas reales del pecado, el trauma y el abuso han causado heridas profundas y mentiras que disponen a nuestros estudiantes a asumir que esto de "Jesús" no es para ellos y que son indignos. Se ha observado por parte de algunos alumnos que lo que les aleja de los sacramentos son los "pensamientos excesivos", la "culpa por el pecado" y el "caer en la tentación". Los alumnos señalan que hay una especie de desesperación y algo de letargo para levantarse y volver a intentarlo porque puede existir una fuerte tentación de pensar "¿para qué?". No obstante, es importante señalar cuando se les apremia, nuestros alumnos sí desean el amor y la gracia que la Iglesia ofrece. Sin embargo, hay que curar algunas heridas importantes, y hacer actos concretos de voluntad para no desanimarse tan fácilmente.

Otro informe de la escuela se pronunció en el mismo sentido y señaló la importancia del asesoramiento para proporcionar asistencia adicional:

Nuestros jóvenes están luchando con mucha depresión y ansiedad. Mucho de esto se debe a dificultades muy reales e incluso a traumas. Cuando estos estudiantes buscan la intimidad, lo hacen de forma equivocada, y se sienten heridos. Este dolor puede crear barreras para la conversión. Para llegar a estos jóvenes, es importante tener en cuenta que el asesoramiento y los recursos psicológicos van a ser clave para ayudar en las necesidades espirituales de estos estudiantes. No basta con presentar la fe, estos alumnos necesitan experimentar un testimonio inspirador y el amor de los educadores. Sin embargo, estos educadores necesitan la ayuda de expertos para abordar estos problemas importantes que están surgiendo.

Los alumnos de una escuela compartieron una serie de historias personales que provocaron su desconfianza y frustración con la Iglesia: "Fui a confesarme y el sacerdote estaba en su teléfono", "ser rechazado por ser gay", "el sacerdote regañaba a los feligreses", "comentarios racistas y homofóbicos", "intimidación en la escuela" y un "maestro duro y crítico".

Un líder de la consulta de la escuela secundaria escribió que muchos estudiantes "ven a la Iglesia Católica con aprensión". Incluso aquellos que son fieles asistentes a la misa parecen ver a la Iglesia con incertidumbre o aprensión; muchos de ellos nunca fueron instruidos adecuadamente sobre cómo ser católicos y por lo tanto experimentan inquietud y timidez al acercarse a la fe.

Como señaló un informe de la consulta, este es el caso de los estudiantes más jóvenes. Este problema se ve agravado por la falta de apoyo y orientación de algunos padres (no todos):

Muchos de los estudiantes de primer y segundo año que no pueden conducir tienen el deseo de asistir a misa, pero sus padres han perdido el ritmo o simplemente no van a la Iglesia. A medida que avanzamos hacia el tercer y último año, este hábito se solidifica.

 Los padres deben ser incluidos en la ecuación. Las escuelas católicas no pueden satisfacer todas las necesidades espirituales de estos alumnos. Muchas veces, como hablaron estos participantes, el letargo o la indiferencia de los padres contribuyeron a una disposición habitual de indiferencia hacia la fe.

El impacto de la crisis de abuso sexual clerical ha afectado la actitud de los estudiantes hacia la Iglesia, como lo señaló un líder de consulta:

Aunque ninguno vivió la experiencia, la crisis de los abusos sexuales del clero es un aspecto significativo de su percepción de la Iglesia. Los estudiantes sienten que en muchos aspectos, la Iglesia no mira lo que es difícil, doloroso o está fuera de su línea de visión del mundo. Un estudiante expresó que "sólo porque la Iglesia ignore algo o no hable de ciertas realidades de la vida actual, no significa que no estén ahí".

Existe una sensación de que la Iglesia no está escuchando, comprometiéndose o dialogando con los jóvenes lo suficiente, y un estudiante dijo: "Mi voz le importa a Dios, pero no a la Iglesia". De acuerdo con esto, dos informes escolares distintos confirmaron esta actitud:

Nuestros alumnos se identificaban como católicos, pero a veces señalaban que sentían "no formar parte de la Iglesia". Al tratar de entender esta discrepancia entre identificarse como católicos, pero no sentirse parte de la Iglesia, una causa común era la falta de asistencia a misa y el pecado.

En general, los alumnos expresaron una visión positiva de la Iglesia católica, pero no parecían tener el deseo de vivir en comunión con ella.

Y, al igual que los adolescentes desde tiempos inmemoriales, expresaron una dolorosa queja: "Los adolescentes sienten que nadie los escucha. Se sienten ignorados o descartados."

Un capellán señaló los retos de receptividad e interpretación por parte de por lo menos algunos alumnos:

Una estudiante que procedía de una familia católica fiel quería el espacio para poder expresar sus dudas sobre la fe católica y simplemente tener algunas conversaciones sinceras. Esto me parece arquetípico de los estudiantes. Quieren que la Iglesia sea un lugar donde las ideas y las cuestiones morales puedan hablarse de forma genuina sin que se "cierren" inmediatamente. El modo en que la Iglesia puede lograr esto, como cuerpo de creyentes que reciben la verdad del Señor, y no del diálogo horizontal, es ciertamente una cuestión de creatividad. Muchos de estos estudiantes necesitan urgentemente ser rescatados de las falsas verdades de la cultura, pero la cuestión parece ser cuál es la forma más eficaz de "acercarse" a ellos... No se trata de lo que se dice, sino de lo que se recibe.

 La cuestión esencial no es lo que se enseña. Nuestro profesorado de teología en el campus es en realidad bastante talentoso y fiel. El problema más profundo es que la gran mayoría de los estudiantes no tienen la receptividad (cultural, intelectual, afectiva) para escuchar lo que se dice de manera fructífera... Esta ausencia de receptividad parece ser una cuestión crucial para la Iglesia en el futuro si queremos tener una presencia significativa en la vida estadounidense.

Algunas de las respuestas más reflexivas tienen que ver con la formación de los estudiantes en teología católica. El hecho de recibir clases de teología durante cuatro años, y de que muchos de ellos se encuentren con la enseñanza católica por primera vez, significa que tienen tanto una perspectiva externa como una presentación amplia de la fe. Un estudiante expresó que el mensaje del cristianismo se transmitía con claridad, pero no el significado. Otro dijo de una maestra de teología: "Ella me dio la respuesta correcta, pero yo no supe cómo interpretarla".

Alarmantemente, otro capellán señaló que [algunos alumnos de secundaria] tienen una convicción muy arraigada de que la Iglesia les odia, a pesar de la escasez de pruebas:

Algunos estudiantes [de secundaria] tienen una convicción muy arraigada de que la Iglesia les odia. Según mi experiencia a través de varias conversaciones francas con estudiantes que se sienten así, a menudo están convencidos de que la Iglesia les odia, a pesar de que no pueden nombrar a ninguna persona concreta que les haya tratado con odio y no pueden recordar ninguna experiencia concreta de haber sido tratados de forma deshumanizada. Por el contrario, normalmente pueden nombrar a varias "personas concretas de la Iglesia" que les han tratado con gran amabilidad. Sin embargo, por alguna razón siguen convencidos de que esto es la excepción y no la norma. Como sacerdote, esto me resulta especialmente desolador. Parece que por mucho que nos esforcemos en amar y acompañar a estos estudiantes, ellos siguen convencidos de que nuestra amabilidad es a pesar de la disposición de la Iglesia hacia ellos, en lugar de ser una expresión de la disposición de la Iglesia hacia ellos. ¿Cómo es posible, en concreto, que algunas personas lleguen a estar tan profundamente convencidas de que la Iglesia les odia que esta creencia se mantiene como una especie de primer principio, incluso cuando se contradice con su propia experiencia? Creo que esta es una cuestión que requiere un mayor discernimiento.

Se observó la necesidad de los estudiantes de recibir testimonio. Escuchar las historias de los testigos "aumentó mi comprensión de mi relación con Dios", dijo un estudiante. Dos informes distintos señalaron lo siguiente:

... Una estudiante no católica quedó impresionada por los fieles católicos del campus, que eran más que "amables", y además se preocupaban de verdad por los demás y daban lo que ella llamaba un "testimonio abierto". Los estudiantes a menudo encuentran que las personas religiosas pueden comportarse con una cierta superioridad moral que resulta desagradable...

 ...Muchos estudiantes consideran que la Iglesia está llena de buenas personas. Expresaron, casi unánimemente, que los católicos sinceros que han encontrado son personas amables y atentas. Tal vez el testimonio personal de una santidad extraordinaria sea, tal como predicaba el cardenal Newman, el verdadero camino a seguir.

 Algo en lo que se insistió una y otra vez fue la necesidad de dar testimonio. Muchos alumnos se sienten más inspirados a practicar la fe cuando ven la práctica de sus padres, o tienen un maestro que les quiere y "les escucha". Un anhelo clave en los alumnos es el deseo de que alguien les conozca... De manera consistente, a lo largo de muchas sesiones, el poder del testimonio de los santos y de los testigos vivos contribuyó a la voluntad de invertir más personalmente en la fe.

Estas ideas confirman la sabiduría de la famosa cita del Papa Pablo VI: "El hombre moderno escucha más voluntariamente a los testigos que a los maestros, y si escucha a los maestros es porque son testigos" (Evangelii nuntiandi, 41).

En una escuela secundaria católica, el líder de la consulta escribió que "la formación de los estudiantes como discípulos misioneros se considera de la mayor importancia", y esto se logra a través de "un encuentro personal con Jesucristo mediante la oración, el estudio, la comunidad y el servicio como discípulos.”

A pesar de la desconexión entre los estudiantes y la Iglesia, todavía había muchos que expresaban un amor genuino por su fe católica. Una estudiante dijo que disfrutaba ir a Misa el domingo para escuchar las homilías reflexivas y para recibir la Eucaristía. Los estudiantes informaron que les gusta discutir historias bíblicas y la historia de la Iglesia. Otros estudiantes expresaron opiniones firmes sobre sus estudios teológicos en las escuelas secundarias católicas. Una estudiante expresó orgullo por su fe católica y en todo caso, se sentía frustrada por el hecho de que fuera tan incomprendida o denigrada en el campus.

Los estudiantes informan que les gustan las liturgias escolares, notando el poder unificador de la de la música, cantada juntos como "nosotros". Se sienten conmovidos por la forma en que la comunidad se une para apoyar a uno de los suyos, orando por una intención concreta y personal o, en un caso particular, apoyando a un estudiante cuya madre falleció. Algunos estudiantes expresaron que disfrutaron de un tiempo de silencio en la capilla.

Incluso aquellos estudiantes que no practicaban informaron que disfrutaban mucho de los retiros escolares “visitar la capilla con el equipo después de un juego, haciendo trabajo voluntario como alimentar a las personas sin hogar con amigos.”

¿Qué buscan los estudiantes a la hora de acercarse a la fe católica y aprender más acerca de ella?

Un director, citando al Papa Benedicto XVI ("El mundo te ofrece comodidad. Pero tú no estás hecho para la comodidad. Fuisteis hechos para la grandeza"), escribió:

Estamos llamados a ayudar a Cristo a rescatar a sus amados hermanos y hermanas de la cultura. Estamos llamados a una vida de virtudes heroicas para poder ayudar a otros en su camino para convertirse también en santos. Los jóvenes están hambrientos de este tipo de jornada. Están cansados del camino que la cultura les ha trazado. Reconocen su inutilidad, y quieren la "grandeza" que Dios les ofrece.

Un capellán ofreció esta respuesta:

En general, parece que los estudiantes desean una Iglesia que esté dispuesta a unirse a las personas en su debilidad. No quieren una Iglesia que les aleccione, sino una Iglesia que les ame y les ayude cuando cometan un error. No tienen un sentido del poder sanador de la verdad. Para ellos, la verdad es un arma utilizada para menospreciar a los demás. Es importante señalar esto. Incluso en mis conversaciones con los estudiantes, estaba claro que simplemente querían ser escuchados. No quieren necesariamente que nada cambie, pero el hecho de que un representante de la Iglesia quiera escuchar su experiencia fue profundamente validador para ellos. Un estudiante comentó hacia el final de una sesión: "¡Padre, los muros están cayendo!... No pensé que tendríamos una conversación tan seria. Pensaba que íbamos a hablar todo el tiempo de los homosexuales". ...No quieren que la doctrina cambie, sólo quieren sentirse acogidos y comprendidos. Para ellos, esto no parece tener nada que ver con las ideas, de hecho, encuentran que las ideas se interponen en el camino. (énfasis añadido).

Algunos estudiantes de secundaria dijeron que estaban familiarizados con lo que se opone la Iglesia se opone y lo que la Iglesia desaprueba, pero no tanto con lo que representa. Uno de ellos dijo: " Esto se debe a la forma en que se enseña y a la forma en que, como católicos, se nos dice más sobre quién no debemos ser".

Un capellán de otra escuela secundaria compartió lo siguiente en su entrevista con un estudiante:

Otra persona que tenía dificultades dijo que tenía dificultad para creer porque hay "más preguntas que respuestas" y que las clases de Teología son "aburridas y no se ponen a nuestro nivel". En esta conversación no se produjo una mayor articulación y comprensión de "más preguntas que respuestas". Conociendo al individuo, también hay un gran dolor familiar y parece que este dolor se ha traducido en su visión de Dios, la fe y el mundo. Es bueno tener en cuenta el punto del individuo sobre las clases de teología debido a que hubo algunas otras personas que encontraban las clases en la escuela o la parroquia poco relacionables. Hay una sed en los estudiantes de ser "escuchados", de que se les enseñen cosas "afines a mí" y de que se les encuentre "donde están". Es difícil calibrar si estos comentarios se basan en el contenido de la clase, en la capacidad de enseñanza del profesor o en la ignorancia. Pero los alumnos parecen responder bien y hablar bien de las clases de teología cuando saben que el "profesor les quiere". Esto hace que se interesen más por la asignatura.

Los estudiantes de secundaria que no asisten a escuelas católicas también participaron en el sínodo. Algunos lamentaron la falta de grupos juveniles y lo que perciben como una falta de atención a los jóvenes en la diócesis. Un participante dijo que le entristecía que sólo los adultos parecieran participar en la adoración y que le gustaría que lo hicieran más jóvenes.

A estos jóvenes también les entristecía la falta de oportunidades para desarrollar líderes jóvenes y la falta de comunidad después de la misa. "No nos esforzamos lo suficiente por integrar más a los jóvenes en la vida de la Iglesia", dijo un participante. Otro dijo: "Me gustaría que se enseñara a los sacerdotes que los jóvenes son el futuro de la Iglesia".

Estudiantes e identidad sexual

Varias escuelas plantearon preguntas dirigidas a los marginados:

¿Cómo puede la Iglesia del futuro mostrar que todas las personas son aceptadas y apreciadas?

Como católicos "caminamos juntos"; ¿cómo podemos garantizar que todos los compañeros sean incluidos y no dejados de lado?

Fue en gran medida en respuesta a estas preguntas que la identidad sexual surgió como un tema de interés primordial entre los estudiantes, especialmente los de secundaria.

A pesar de los esfuerzos de muchos en las escuelas católicas por educar a los estudiantes sobre la sexualidad desde la perspectiva de la Biblia, la fe y la moral católica (incluyendo un énfasis especial en los últimos años en la Teología del Cuerpo del Papa Juan Pablo II), los mensajes contrarios están impactando a nuestros hijos, especialmente a través de Hollywood, los medios sociales y otros medios de comunicación.

Algunos alumnos de una escuela media señalaron que no tenían una relación sólida con Dios porque no estaban de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia sobre los "derechos de los homosexuales". En el mismo centro, un grupo de escuela media opinó que "la Iglesia no debe juzgar" (véase el Apéndice 7).

El responsable del informe de otra escuela escribió: "Alrededor del 10 por ciento de los alumnos [de secundaria] mencionaron a las comunidades homosexual y trans. A menudo hablaban de darles la bienvenida, 'Que no importa su raza, edad, apariencia, género o sexualidad, que Dios ama a todos, sin excepciones'".

En cuanto a nuestras escuelas secundarias católicas, un estudiante dijo que se sentía, "rechazado por ser gay". En otra escuela secundaria, el capellán habló de este encuentro con un alumno:

Un estudiante... pidió ser referido... [por] su nombre masculino elegido. Siente temor de expresar sus tendencias transgénero y queer por temor a que la retiren de la escuela. A este estudiante le resulta difícil aceptar cuando los maestros o guías dicen que Jesús ama a todos, pero también que "Dios odia a las personas queer. "No se trata de lo que se dice, sino de lo que se recibe.

En otra escuela secundaria, un alumno compuso una oración que se incluyó en la consulta para su escuela: “Tenemos la esperanza de que los excluidos encuentren un hogar y un refugio seguro, y que nuestras mentes se abran más, y nos pongamos en el lugar de los demás y los aceptemos sin juzgarlos, independientemente de la raza, la sexualidad [o] género”.

Un capellán captó una parte del problema de esta manera:

Parece que muchos de los estudiantes no están de acuerdo con los puntos de vista de la Iglesia sobre la sexualidad, lo suficiente como para desinterés práctica eclesiástica significativa. Sin embargo, esto no significa que quieran o esperen que la Iglesia cambie sus enseñanzas. En pocas palabras, encuentran nuestras enseñanzas con respecto a la sexualidad humana inverosímiles y poco interesantes.

Algunos estudiantes de secundaria cuestionaron la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad humana, mientras que otros dijeron que les gustaría tener la oportunidad de tener un debate genuino y abierto sobre cuestiones morales “sin que se les acalle de inmediato”.

Los estudiantes de secundaria permanecen abiertos al aprendizaje y al diálogo, pero es necesario un enfoque prudente. Las conclusiones del sínodo en este ámbito invitan a los maestros a reexaminar su pedagogía. La Iglesia profesa con valentía la plenitud de la verdad, la belleza y la bondad de la sexualidad humana ordenada por Dios, pero junto con la evangelización y la catequesis está el deber de escuchar a los alumnos y entablar con ellos un diálogo que, en última instancia, facilite su compromiso con el aprendizaje. Al parecer, el camino a seguir es enseñar lo que Dios ha revelado con claridad y caridad, dejando al mismo tiempo espacio para la discusión y el diálogo respetuoso.

Para más información sobre el tema de la disforia de género, véase el Apéndice 7.

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Apéndice 6 - Personas sin hogar, refugiados y víctimas de abuso

Los comentarios del Sínodo revelaron que, para las personas sin hogar, los refugiados y las víctimas de abusos, parece existir un problema doble tanto de visibilidad como de conciencia. Es claro que en nuestra comunidad hay personas que experimentan estas dificultades, sin embargo, debido a la ignorancia, el miedo o la indiferencia, estos hermanos a menudo pasan desapercibidos para los católicos.

Los participantes del Sínodo instaron a una mayor comunicación, educación, colaboración y apoyo para ayudar a los marginados. He aquí algunos ejemplos para lograr mayor alcance y colaboración:

  • Utilizar la capilla en refugios, centros comunitarios, etc. Los clientes allí están abiertos a recibir atención pastoral.
  • Para los párrocos y diáconos: es posible que puedan hacer más para educar a las personas que padecen de violencia doméstica acerca de recursos existentes, y la parroquia puede dejar en claro que mudarse a un lugar seguro es aceptable.
  • Es posible educar a los feligreses para que en vez de llamar al 911, se comuniquen con Caridades Católicas cuando encuentren a personas sin hogar durmiendo en su propiedad, etc.
  • Las personas pueden ser capacitadas sobre cómo llevar a cabo un seguimiento con las personas sin hogar o por lo menos guiar a las personas necesitadas en la dirección correcta. Existe una gran necesidad de proporcionar recursos espirituales por lo que las personas también pueden ser entrenadas en este ámbito.
  • Las parroquias pueden hacer más para publicar información de fácil acceso.
  • Las parroquias pueden comunicarse y asociarse con organizaciones como Caridades Católicas
  • Las parroquias pueden dar seguimiento a las familias que han dejado de asistir a Misa.
  • Las parroquias pueden proporcionar más recursos impresos sobre apoyo a la violencia doméstica.
  • Las parroquias pueden promover grupos de apoyo en la comunidad.
  • Las parroquias pueden proporcionar más retiros y programas para varones y padres de familia.
  • Las parroquias pueden ofrecer seminarios y programas sobre la falta de vivienda.

Entre los refugiados existe la percepción de que la prioridad de los católicos es la oración, pero no la acción. Existen personas que se ofrecen como voluntarios para ayudar a los refugiados, sin embargo, las parroquias parecen no querer involucrarse en este tema, tal vez temiendo que sea político o divisivo. Otros ni siquiera quieren escuchar, hablar o tratar con los refugiados.

La Iglesia necesita recordar a las personas que, si necesitan ayuda, la Iglesia está ahí para apoyarlos.  Debido a que Jesucristo trasciende la política humana, es necesario mirar más allá de la política y ver con los ojos de Cristo, de tal manera que podamos ver a los refugiados como los seres humanos que son, independientemente de su país de origen o religión. Los católicos pueden votar como su conciencia lo dicta y continuar siendo Jesús para los refugiados.

"Los refugiados necesitan ser bienvenidos como seres humanos y necesitan amigos aquí," dijo un participante del sínodo. "No se puede enfatizar lo suficiente la importancia de caminar con personas en dificultades", afirmó otro informe. Un participante señaló que "cada refugiado necesita al menos un amigo que le brinde orientación."

Se ofrecieron una serie de ideas incluyendo invitar a Caridades Católicas a las parroquias para hablar acerca de los servicios que ofrecen para ayudar a los marginados, hasta apoyar los esfuerzos para proporcionar viviendas asequibles y convertirse en padres adoptivos de niños refugiados. Las parroquias podrían ayudar a las personas que perdieron a sus seres queridos a enterrar a sus muertos y dar seguimiento con apoyo pastoral. Los feligreses pueden invitar a una familia de refugiados a comer. Además, la Iglesia puede apoyar la construcción de viviendas más asequibles para los refugiados.

Un informe sinodal realizado por la Sociedad de San Vicente de Paúl (SVdP) reveló el impacto espiritual que experimentan los clientes cuando la persona que le sirve lo hace con el carácter de Cristo. Al parecer, SVdP es un lugar donde el servicio y la evangelización se fusionan. Alrededor del 70 por ciento de los clientes encuestados dijeron que los voluntarios de la Sociedad de San Vicente de Paúl "me ayudan a tener fe en Dios," "son una bendición para mí" y "me ayudan a ver a Cristo." "Al estar aquí, me doy cuenta de que soy digno (de la ayuda de otros)," informó otro. Más del 25 por ciento de los clientes en el programa de Cena Familiar de SVdP solicitaron estudios bíblicos. El 100 por ciento de los invitados a la Conferencia de SVdP transmitieron que "¡La gente de SVdP me ayuda a tener fe en Dios!"

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Apéndice 7 - Personas que experimentan disforia de género o que definen sus identidades sexuales de manera distinta al sexo biológico

Como se señaló anteriormente, estas personas, quienes fueron creadas a imagen de Dios y muchas de ellas incorporadas al Cuerpo de Cristo a través del bautismo, se encuentran entre las que han sido identificadas por este sínodo diocesano como marginadas.

¿Qué es la disforia de género? ¿Qué quiere decir la Iglesia cuando se refiere a la "teoría de género" o a una "ideología de género"?

La disforia de género se refiere al sufrimiento que experimentan algunas personas debido a una variación entre su identidad sexual percibida y su sexo biológico. Basándose en el Sínodo sobre la Familia 2014-2015, el Papa Francisco define y explica la ideología de género de la siguiente manera:

[Que] niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer y presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y así vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo …  No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada. [1]

Por consiguiente, el Papa Francisco y el Sínodo sobre la Familia consideran con razón que la ideología de género es una amenaza para el plan de Dios para el ser humano, el matrimonio y la familia.

En el 2016, durante las celebraciones de la Jornada Mundial de la Juventud en Polonia, el Papa Francisco expresó su grave preocupación por la propagación de la ideología de género:

En Europa, América, América Latina, África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y una de estas —lo digo claramente con nombre y apellido — es [la ideología] de género. Hoy a los niños —a los niños— en la escuela se enseña esto: que cada uno puede elegir el sexo. ¿Por qué enseñan esto? Porque los libros son de las personas y de las  instituciones que te dan el dinero. Son las colonizaciones ideológicas, sostenidas también por países muy influyentes. Y esto es terrible. [2]

Seis años después, los comentarios recabados en este sínodo diocesano afirman que esta colonización ideológica ha impactado a muchos católicos en la Diócesis de Phoenix, en las parroquias y en las escuelas, lo cual ha resultado en una vasta confusión y división. Esto hace un llamamiento a una respuesta inmediata: advertir sobre los peligros de la ideología de género, enseñar sobre el plan de Dios para el ser humano y acompañar, con un espíritu de verdadera compasión, a quienes experimentan la disforia de género.

Es posible categorizar tres puntos de vista generales que caracterizan esta división:

  1. Los católicos que, de acuerdo con el Papa Francisco y el Magisterio de la Iglesia sobre la fe y la moral, creen que la actividad sexual fuera de la unión marital del hombre y la mujer es pecaminosa y, por lo tanto, no forma parte del plan de Dios para la humanidad, y que rechazan las afirmaciones antropológicas de la ideología de género.
  2. Los católicos que acogen con beneplácito la visión del ser humano tal y como la articula la ideología de género, generalmente consideran el primer punto de vista como inoportuno, crítico, dañino y detestable, y probablemente rechazan la posición de la Iglesia sobre la pecaminosidad de los actos sexuales que se producen fuera de la unión marital de un hombre y una mujer.
  3. Los católicos que no están seguros de qué pensar sobre las afirmaciones y el lenguaje de la ideología de género y que buscan la orientación de la Iglesia, especialmente aquellos que tienen amigos o familiares que experimentan la atracción por el mismo sexo, disforia de género o que se identifican sexualmente de forma distinta al sexo biológico.

En cuanto al primer punto de vista, este tipo de sentimiento se articuló más de una vez en los informes parroquiales. Un ejemplo:

[La disforia de género está] confundiendo a nuestros hermanos y hermanas católicos y cristianos y, a menos que se basen en la verdad bíblica, serán engañados. ¡Los sacerdotes deben de abordar estos temas en el púlpito!  Si no lo hacen, dejaremos a la gente a la deriva y eso será trágico.

El segundo punto de vista estuvo bastante representado en una consulta sinodal de católicos que se identifican como "miembros" o "aliados" de "la comunidad LGBTQ". También estuvo representado en cierta medida en varias consultas escolares. A continuación, se presentan algunos extractos de la consulta anterior:

Los participantes compartieron que no tenían ningún problema con la fe o su propia jornada de fe personal. De hecho, la mayoría afirmó tener una relación estrecha y activa con Dios. Sin embargo, afirmaron que les costaba mantener su relación con la iglesia católica debido a que la doctrina de la iglesia no acoge ni invita a las personas LGBTQ a la comunidad. En realidad, los participantes tuvieron conflictos con la demonización y la falta de tratamiento cristiano para los feligreses LGBTQ, sus vecinos, familiares y amigos.

La Iglesia Católica necesita darse cuenta de que las personas LGBTQ también pueden ser personas de fe profunda que sienten un llamado y deseo de participar en su comunidad de fe y de servir. Muchas personas LGBTQ quieren vivir de acuerdo con una vocación cristiana e incluso Católica, sin embargo, actualmente no son bienvenidas bajo las prácticas y la doctrina contemporánea de la Iglesia.

Los participantes expresaron que creen firmemente que las Iglesias y las comunidades de fe deberían de ser lugares de hospitalidad, aceptación y no juzgar. Muchos consideraron preocupante que un lugar de culto (la Iglesia Católica) a donde la gente acude con la necesidad de sanación, comunidad y reconciliación, sea en cambio, “un lugar de división y que perpetúe en cierto modo la demonización y el odio.”

[La] Iglesia Católica necesita darse cuenta de que "la mayoría de los católicos" tienen en sus vidas personas que se identifican como LGBTQ.

Muchos católicos sienten que se les obliga a elegir entre su fe católica y sus seres queridos.

El tercer punto de vista también fue representado por algunos participantes del sínodo, como este extracto de un informe parroquial:

No sienten que la Iglesia está dando una orientación unificada sobre cómo navegar las opciones de estilo de vida y los problemas de la cultura en la que vivimos. La gente se enfrenta con el problema de cómo responder a los crecientes estilos de vida y la agenda LGBTQ +. Los padres buscan orientación y apoyo para hablar acerca de este tema con sus hijos y necesitan un enfoque más unificado del tema.

Estudio, reflexión y diálogo

¿Cómo pueden los miembros del Cuerpo de Cristo caminar juntos cuando tienen puntos de vista tan diferentes sobre el ser humano? Podemos guiarnos con el plan de Dios para la humanidad tal como se describe en las Escrituras, y en la Iglesia. Es posible comenzar recordando las cuatro disposiciones clave de la Comisión Teológica Internacional necesarias “para vivir y llevar a la madurez el sensus fidei" y " ponerlo en práctica en el camino sinodal" (CTI, la Sinodalidad en la Vida y en la Misión de la Iglesia, 108):

  1. La participación en la vida de la Iglesia centrada en la Eucaristía y en el Sacramento de la Reconciliación;
  2. el ejercicio de la escucha de la Palabra de Dios para entrar en diálogo con ella y traducirla en actos de la vida;
  3. La adhesión al Magisterio en sus enseñanzas de fe y moral;
  4. La conciencia de que unos son miembros de los otros como Cuerpo de Cristo y de ser enviados a los hermanos, comenzando por los más pobres y marginados.

La Diócesis de Phoenix puede proponer estas disposiciones educando a los fieles que sostienen los tres puntos de vista mencionados anteriormente, y también puede participar en el diálogo. A continuación, se muestra una serie hipotética de pasos que podrían aplicarse en un escenario:

  1. Escuchar a las historias de quienes han experimentado la atracción hacia el mismo sexo o disforia de género, y de sus familiares. Estudiar el lenguaje, los conceptos y las afirmaciones de la ideología de género. Reflexionar.
  2. Estudiar, reflexionar y debatir ideas de la Sagrada Escritura y recursos como "'Teoría e ideología de género' - Seleccionar recursos didácticos",
  3. Estudiar y reflexionar sobre el concepto de sensus fidei, las cuatro disposiciones enumeradas anteriormente, su conexión con el camino juntos (sinodalidad) y entablar un diálogo respetuoso.

Es importante tener en cuenta las edades, situaciones y disposiciones de cada audiencia en particular. Por ejemplo, si bien un estudio histórico de los movimientos y las figuras filosóficas que han servido de base para el ascenso de la ideología de género podría ser beneficioso para los maestros de escuela católicos preocupados, prestar atención y dialogar sería más apropiados para acompañar a los jóvenes y sus familias que enfrentan problemas de identidad sexual. En toda circunstancia, es primordial una disposición de caridad y humildad semejante a la de Cristo.

Sensus fidei y el tema del juicio

El tema del juzgar surgió varias veces en las consultas sinodales, a menudo en relación con el tema de la identidad sexual. Los comentarios iban desde "la Iglesia no debe juzgar" hasta "las iglesias y las comunidades de fe deben ser lugares de hospitalidad, aceptación y no juzgar." Este sentimiento se manifestó entre algunos jóvenes y adultos.

¿Son estos comentarios sobre juzgar a las demás manifestaciones auténticas del sensus fidei? El informe de la Comisión Teológica Internacional "Sensus fidei en la Vida de la Iglesia,” un documento oficial del sínodo puede ayudarnos a abordar esta cuestión:

Con el fin de entender cómo funciona y se manifiesta en la vida de la Iglesia, el sensus fidei necesita ser visto en el contexto de la historia, una historia en la que el Espíritu Santo hace que día a día se escuche de nuevo la voz del Señor (cf Heb 3,7-15). La Buena Noticia de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo es transmitida a la Iglesia en su conjunto a través de la Tradición apostólica viva, de la cual las Escrituras son el testimonio escrito y autorizado. Por consiguiente, por la gracia del Espíritu Santo, que recuerda a la Iglesia todo lo que Jesús dijo e hizo (cf Jn 14,26), los creyentes confían en las Escrituras y en la continua Tradición apostólica en su ejercicio de fe y en el ejercicio del sensus fidei. (n.,68).

Mientras espera el regreso de su Señor, la Iglesia y sus miembros están constantemente confrontados con nuevas circunstancias, con el progreso del conocimiento y la cultura, y con los desafíos de la historia de la humanidad; tienen que leer los signos de los tiempos, “interpretarlos a la luz de la Palabra divina,” y discernir cómo pueden hacer posible que la Verdad revelada, en sí misma, “pueda ser mejor percibida, mejor entendida y expresada en forma más adecuada.”  (n. 70, citando Gaudium et spes n. 44).

La participación auténtica en el sensus fidei se basa necesariamente en una profunda y atenta escucha de la Palabra de Dios. Dado que la Biblia es el testimonio original de la palabra de Dios, que ha sido transmitida de generación en generación en la comunidad de fe, la coherencia con la Escritura y la Tradición es el indicador principal de tal escucha. El sensus fidei es el reconocimiento de la fe por la que el Pueblo de Dios “acepta no ya una palabra de hombres, sino la verdadera palabra de Dios.” [Lumen gentium 12, con referencia a 1 Tesalonicenses 2:13] (n. 92)

Estos extractos pueden ayudar a orientar a la Iglesia sobre cómo podría estructurar una catequesis más sólida en las parroquias y en las escuelas sobre el juzgar al prójimo. Esta catequesis sobre el juicio podría basarse principalmente en las palabras de Jesús mismo en el Evangelio:

  • Juan 5:22-30, 7:24 ("No juzguen según las apariencias, sino conforme con la justicia “),8:15-16, 8:26, 8:48-50, 12:47-50, 16:8-11
  • Mateo 7:1-5, 18:15-17, 25:31-46
  • Lucas 6:37-38

El Catecismo de la Iglesia Católica (especialmente las secciones 91-93, 679, 1021-1022, 1038-1041, 1776-1802, 2477 y 2478) esclarece el tema de juzgar al prójimo. Algunos ejemplos:

  • "Ante la necesidad de decidir moralmente, la conciencia puede formular un juicio recto de acuerdo con la razón y con la ley divina, o al contrario un juicio erróneo que se aleja de ellas. " (Catecismo 1786).
  • "El respeto de la reputación de las personas prohíbe toda actitud y toda palabra susceptibles de causarles un daño injusto. Se hace culpable de juicio temerario el que, incluso tácitamente, admite como verdadero, sin tener para ello fundamento suficiente, un defecto moral en el prójimo” (Catecismo 2477).

Santo Tomás de Aquino comenta extensamente sobre juzgar al prójimo en Summa Theologiae, II-II, Pregunta 60, donde afirma: "el juicio, puesto que comporta la recta determinación de lo que es justo, corresponde propiamente a la justicia." [3]

En cuanto al tipo de juicio que corresponde específicamente a la Iglesia, los documentos del Segundo Concilio Vaticano [4] y el mencionado estudio del CTI sobre sensus fidei [5] también aportan claridad.

Esta catequesis podría ayudar a los fieles a distinguir entre:

  1. ese juicio que está reservado solo a Jesucristo,
  2. el que está reservado al Santo Padre y a los obispos,
  3. el que está reservado a todos los seguidores de Cristo, y
  4. el tipo de actitud crítica que es pecaminosa y que debe evitarse.

Por último, esta catequesis podría advertir contra las falsas nociones de juicio (o no juicio) que surgen de los errores del relativismo moral y el sentimentalismo moral.

[1] Amoris laetitia, 56.

[2] Discurso a los obispos polacos. Para aprender más sobre la ideología de género, sus orígenes y su manifestación como una colonización ideológica, véase Gabriele Kuby, La Revolución Sexual Global: La destrucción de la libertad en nombre de la libertad (Didaskalos, 2017).

[3] Suma teológica - Parte II-IIae - Cuestión 60

[4] "Es de justicia … que pueda la Iglesia en todo momento y en todas partes predicar la fe con auténtica libertad, enseñar su doctrina social, ejercer su misión entre los hombres sin traba alguna y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas, utilizando todos y solos aquellos medios que sean conformes al Evangelio y al bien de todos según la diversidad de tiempos y de situaciones " (Gaudium et spes, n. 76). Véase también Lumen gentium (nn. 12, 25, 27), Dei verbum n. 12, y Sacrosanctum concilium n. 3.

[5] "El magisterio también juzga con autoridad si las opiniones que están presentes entre el pueblo de Dios, y que pueden parecer el sensus fidelium, corresponden realmente a la verdad de la Tradición recibida de los Apóstoles. Como dijo Newman: "el don de discernir, discriminar, definir, promulgar y hacer cumplir cualquier porción de esa tradición reside únicamente en la Ecclesia docens ["Iglesia de enseñanza"]". Por lo tanto, el juicio sobre la autenticidad del sensus fidelium no pertenece en última instancia a los fieles mismos ni a la teología, sino al magisterio. Sin embargo, como ya se ha subrayado, la fe a la que sirve es la fe de la Iglesia, que vive en todos los fieles, por lo que es siempre dentro de la vida de comunión de la Iglesia donde el magisterio ejerce su ministerio esencial de supervisión" (Comisión Teológica Internacional, "Sensus fidei in the life of the Church", n. 77, citando Newman, On Consulting the Faithful, p. 63).

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Apéndice 8 - Sacerdotes y un nuevo Pentecostés—Perspectivas de la Beata Concepción Cabrera de Armida

La Diócesis de Phoenix tiene la bendición de tener muchos sacerdotes dedicados que luchan por la santidad. El autor de este informe agradece a los sacerdotes que se tomaron el tiempo e hicieron el esfuerzo para ayudar a la diócesis a escuchar a nuestra gente durante el proceso del sínodo.

Un informe del sínodo parroquial señaló que: "Los sacerdotes santos y reverentes deben ser la norma y no la excepción".

El informe de la Comisión Teológica Internacional "Sensus fidei en la Vida de la Iglesia” declara:

En la historia de la Iglesia, los santos son los portadores de luz del sensus fidei. María, Madre de Dios, la Santísima (Panaghia), en su total aceptación de la Palabra de Dios es el modelo mismo de la fe y Madre de la Iglesia.  Atesorando las palabras de Cristo en su corazón (Lucas 2:51) y cantando las alabanzas de la obra de salvación de Dios (Lucas 1:46-55), ejemplifican perfectamente el deleite en la palabra de Dios y el afán de proclamar las buenas nuevas que el sensus fidei produce en los corazones de los creyentes. En todas las generaciones sucesivas, el don del Espíritu a la Iglesia ha producido una rica cosecha de santidad, y el número completo de los santos es conocido sólo por Dios. Aquellos que son beatificados y canonizados son modelos visibles de la fe y la vida cristianas. Para la Iglesia, María y todas las personas santas, con su oración y su pasión, son testigos sobresalientes del sensus fidei en su propio tiempo y para todos los tiempos, en su propio lugar y para todos los lugares (n. 100).

El Segundo Vaticano fue un nuevo Pentecostés, equipando a la Iglesia para la nueva evangelización que los papas desde el concilio han pedido. El concilio dio un énfasis renovado a la idea tradicional de que todos los bautizados tienen un sensus fidei, y el sensus fidei constituye un recurso muy importante para la nueva evangelización. A través del sensus fidei, los fieles son capaces no sólo de reconocer lo que está de acuerdo con el Evangelio y de rechazar lo que es contrario a él, sino también de sentir lo que el Papa Francisco ha llamado "nuevos caminos para el camino" en la fe de todo el pueblo peregrino.  Una de las razones por las que los obispos y sacerdotes necesitan estar cerca de su pueblo en el camino y caminar con ellos es precisamente para reconocer "nuevos caminos" tal como son percibidos por el pueblo. El discernimiento de estos nuevos caminos, abiertos e iluminados por el Espíritu Santo, será vital para la nueva evangelización (n. 127).

El Decreto del Concilio Vaticano II sobre el Ministerio y la Vida de los Sacerdotes, Presbyterorum ordinis, establece:

Cristo, a quien el Padre santificó o consagró y envió al mundo, "se entregó por nosotros para rescatarnos de toda iniquidad, y adquirirse un pueblo propio y aceptable, celador de obras buenas" (Tit., 2, 14), y así, por su pasión, entró en su gloria; semejantemente los presbíteros, consagrados por la unción del Espíritu Santo y enviados por Cristo, mortifican en sí mismos las tendencias de la carne y se entregan totalmente al servicio de los hombres, y de esta forma pueden caminar hacia el varón perfecto, en la santidad con que han sido enriquecidos en Cristo.

Así, pues, ejerciendo el ministerio del Espíritu y de la justicia, se fortalecen en la vida del Espíritu, con tal que sean dóciles al Espíritu de Cristo, que los vivifica y conduce. Pues ellos se ordenan a la perfección de la vida por las mismas acciones sagradas que realizan cada día, como por todo su ministerio, que ejercitan en unión con el obispo y con los presbíteros. Mas la santidad de los presbíteros contribuye poderosamente al cumplimiento fructuoso del propio ministerio, porque aunque la gracia de Dios puede realizar la obra de la salvación, también por medio de ministros indignos, sin embargo, Dios prefiere, por ley ordinaria, manifestar sus maravillas por medio de quienes, hechos más dóciles al impulso y guía del Espíritu Santo, por su íntima unión con Cristo y su santidad de vida, pueden decir con el apóstol: "Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí" (Gal., 2, 20).

Por lo cual, este Sagrado Concilio, para conseguir sus propósitos pastorales de renovación interna de la Iglesia, de difusión del Evangelio en todo el mundo y de diálogo con el mundo actual, exhorta vehementemente a todos los sacerdotes a que, usando los medios oportunos recomendados por la Iglesia, aspiren siempre hacia una santidad cada vez mayor, con la que de día en día se conviertan en ministros más aptos para el servicio de todo el Pueblo de Dios (n. 12).

En el contexto de los pasajes anteriores, el Segundo Concilio Vaticano, el Espíritu Santo y el Nuevo Pentecostés, los cuales destacan la importancia de la santidad en la vida tanto de los laicos como de los sacerdotes, esta diócesis ofrece para el discernimiento extractos de A Mis Sacerdotes (Editorial La Cruz, 1997) de la Beata Concepción Cabrera de Armida (1862-1937), una laica mexicana beatificada en 2019. [1]

En esta obra, la autora atribuye las siguientes palabras a Jesús, que hablan del importante papel que desempeñan los sacerdotes en un Nuevo Pentecostés:

[M]is sacerdotes que deben abrir sus almas a un nuevo Pentecostés, limpias y puras, transformadas en Mí para honrar al Padre y salvar al mundo.

El Espíritu busca, divinamente ansioso, recipientes en donde derramar sus tesoros infinitos; quiere almas sacerdotales que se dilaten y lo llamen, lo invoquen, lo reciban, lo comuniquen, lo den; porque Él es el Don de Dios, el Don de dones, el único capaz de renovar almas y mundos, y limpiar, purificar y hacer que renazca en el Espíritu Santo.

Una nueva etapa, la que toca muy especialmente al Espíritu Santo, está llegando al mundo para renovarlo; pero quiere hacerse sentir especialmente en sus sacerdotes transformados en Mí, y elevarlos, angelizarlos y santificarlos para que, con Él, por Él y en Él, impulsen en la Iglesia su reinado que conmoverá almas y corazoness. [2]

[D]eben todos los sacerdotes hacer una consagración general y particular –no de Diócesis y de Naciones solamente, sino de almas sacerdotales, cada una especialmente—; al Espíritu Santo, pidiéndole por intercesión de Maria que venga a ellos como en un nuevo Pentecostés, y que los purifique, los enamore, los posea, los unifique, los santifique, y los trasforme en Mí. [3]

Vendrá una nueva redención, no por mi pasión humana, sino por mi pasión en las almas crucificadas; y un nuevo Pentecostés por el impulso vivo y ardiente del Espíritu Santo, para honra del Padre, que es el fin que nos proponemos el Espíritu Santo y Yo.    

Pero para salvar a las almas, para incendiar a las almas, para perfeccionar a las almas, tenemos que comenzar por la raíz, que es la Iglesia en mis sacerdotes, como poderosa ayuda para la obra salvadora que va a venir, que está a las puertas.

Mi Padre obra activamente, y el Verbo y el Espíritu Santo también, y vendrá el fuego y el soplo divino inundará a los corazones de los sacerdotes por el impulso suave y enérgico del Espíritu Santo en su Iglesia. [4]

Que pidan esta reacción, este nuevo Pentecostés, que mi Iglesia necesita sacerdotes santos por el Espíritu Santo. El mundo se hunde, porque faltan sacerdotes de fe que lo saquen del abismo en que se encuentra. [5]

Y éste es el punto capital que vengo buscando: el de enamorar a mis sacerdotes del Amor, por el Espíritu Santo, que personifica al Amor; y por ellos, como en un nuevo Pentecostés, renovar la tierra en el fondo de los corazones, recordándoles su principio de amor y su fin de amor, haciéndoles ver que la falta de amor divino, ese querer desunirse y apartarse de la unidad del Amor es su ruina.

Quiero por mis sacerdotes santos, transformados en Mí por un amor verdadero y profundo de convicción, restaurar mis derechos en las almas; hacer que estudien a su Cristo, que enamoren de la Divinidad en su Cristo, para que por Él, es decir, por Mí, pasen a la Trinidad y se pierdan en la unidad.

La tierra está inundada de cieno, entenebrecida por Satanás y sus secuaces; y necesita luz, pureza, fe caridad, esperanza y amor.

Las generaciones pasan revolcándose en lo material, sofocadas en pasiones rastreras, y se apartan de la Iglesia, olvidan y pisotean mi Ley. El mundo se hunde, porque ha degenerado sin Dios; y conmovido mi Corazón de amor, quiero volver a la tierra para levantar a los corazones y divinizarlos; pero esa vuelta a la tierra la realizaré en mis sacerdotes transformados en Mí y Yo en ellos, renueven a las almas y a las naciones enteras por el amor y con el amor. [6]

Sólo un sacerdote transformado en Mí puede transformar a las almas; y la medida de su transformación en Mí será la que reciban las almas. Este es un punto que debía hacer temblar a mis sacerdotes; porque en la medida en que se santifiquen, santificarán; y en la medida en que se transformen en Mí tendrán virtud para transformar.

Quiero volver al mundo en mis sacerdotes, quiero renovar el mundo de las almas y prestarme Yo mismo en mis sacerdotes para hacerlo; quiero dar un poderoso impulso a mi Iglesia e infundir, como en un nuevo Pentecostés, al Espíritu Santo en mis sacerdotes.

Yo en ellos, quiero obrar, hablar, vivir y hacerme sensible a las almas; quiero ofrecer al Padre un triunfo en mi Iglesia y renovar la faz de la tierra por el impulso mundial e irresistible de mis sacerdotes santos. Yo el Santo de los santos, en mis obispos y sacerdotes santos.

Esta reacción espera la Trinidad; ya la ve, ya la siente, y la acaricia y la bendice. Pero necesito de la voluntad y de la cooperación de los sacerdotes, porque Yo, con todo y ser Dios, me detengo ante el umbral de la voluntad humana y la respeto sin avasallarla.

Pero estas confidencias que se traducen en amor para con mis sacerdotes, que llevan en ellas las fibras de mi alma para los que más amo en la tierra, los conmoverán; y muchos corazones sacerdotales, tocados en lo más íntimo, vendrán a Mí anhelantes de perfección y entregados puramente a mi voluntad.

En Mi Iglesia Mi caridad abarca a todos, pero Daré gracias especiales a ese grupo escogido si corresponde a Mis designios. [7]

El Espíritu Santo es la gran fuerza motriz de la Iglesia, de su alma, de su vida, y Él guía los corazones que se confían a Él. Que Mis sacerdotes hagan esto, y entonces darán gloria a la Trinidad, cumpliendo así Mi propósito: para el consuelo de Mi Corazón, para su propio bien y para la salvación del mundo.

Todo depende de su correspondencia con lo que les estoy pidiendo; todo depende de su fidelidad y amor por Mí: en su transformación, en su unidad y en conformar su voluntad a la Mía. María ha tenido un papel activo en la obtención del derramamiento de estas gracias sobre Mis sacerdotes y sobre la Iglesia.

Que sean sus hijos agradecidos, que la honren y la amen cada vez más, ya que son sus hijos aún más íntimamente que los demás. En cierto sentido recibieron la vida, como lo hizo el Salvador del mundo, de su vida, de su ser inmaculado y del calor maternal de su Corazón. Les prometo que esta renovación vendrá y reinaré en Mis sacerdotes sobre todo porque Yo soy el Rey del Universo. de Mi Iglesia y de corazones. [8]

Oración diaria de consagración al Espíritu Santo, escrita y orada diariamente por la Beata Concepción

¡Oh Espíritu Santo! Recibe la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser.
Dígnate ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida y en cada una de mis acciones,
Mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza y el Amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reserva a tus operaciones divinas y quiero ser siempre dócil a tus inspiraciones.
¡Oh Espíritu Santo! Transfórmame, con María y en María, en Cristo Jesús, para gloria del Padre y salvación del mundo. Amén. [9]

[1] Además de este trabajo, la diócesis recomienda para la meditación Ven, Espíritu Creador: Meditaciones sobre el Creador Veni (Prensa Litúrgica, 2003) por el P. Raniero Cantalamessa, OFM Cap., el Predicador de la Casa Pontificia desde 1980.

[2] A Mis Sacerdotes, p. 56.

[3] Ibid., p. 65.

[4] Ibid., p. 81.

[5] Ibid., p. 232.

[6] Ibid., pp. 307-308.

[7] Ibid., pp. 341-342

[8] Ibid., pp. 360-361

[9] Ibid., p. 361.