Asuntos al final de la vida

“El misterio de la redención del mundo está arraigado en el sufrimiento de modo maravilloso, y éste a su vez encuentra en ese misterio su supremo y más seguro punto de referencia.”
– Juan Pablo II, Savifici Doloris (Sentido cristiano del sufrimiento).

Como consecuencia del trágico caso de Terri Schiavo, se le ha prestado muchísima atención a las situaciones que se presentan al final de la vida, incluyendo, testamentos y tratamientos extraordinarios. Es bien importante que podamos entender claramente los problemas básicos que están envueltos en esta área, así como también las enseñanzas de la Iglesia.

Principios Morales

Decisiones que conciernen el cuidado médico de las personas gravemente enfermas, tienen un gran significado moral. Ello requiere que nosotros nos enfrentemos con la realidad del sufrimiento y de la muerte, a la luz de la fe, confiando en el poder redentor de nuestro sufrimiento unido a la Cruz de Cristo, con la esperanza firme en la resurrección.

No importa cuan grave sea la dolencia o la incapacidad del paciente, siempre son personas, hechas a la imagen y semejanza de Dios y preciosos ante sus ojos. Siempre será incorrecto causar deliberadamente la muerte a una persona inocente, ya sea por nuestras acciones directas o por que fallamos en realizar nuestro deber.

La distinción fundamental que debemos tener en nuestras mentes es si el tratamiento médico es “ordinario” entonces es moralmente obligatorio o “extraordinario” entonces, es moralmente opcional y puede ser rechazado.

¿Que son tratamientos extraordinarios? De acuerdo al Catecismo de la Iglesia Católica, la interrupción de tratamientos médicos honerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los resultados. Con esto no se pretende provocar la muerte; se acepta no poder impedirla. En vez se esta rechazando el sobre uso del tratamiento entendiendo que la muerte es inevitable. (Catecismo de la Iglesia Católica, no. 2278)

Aún así, si la muerte es inminente, siempre debemos de proveer el cuidado ordinario que le debemos a la persona enferma – nutrición, hidratación, higiene, calor humano etc. La muerte por una causa inminente como el cáncer, debe en algún punto ser aceptada, pero una persona nunca debe morir por desnutrición o de deshidratación.

Aunque la muerte se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a una persona enferma no pueden ser legítimamente interrumpidos. El uso de analgésicos para aliviar los sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo de abreviar sus días, puede ser moralmente conforme a la dignidad humana si la muerte no es pretendida, ni como fin ni como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable. Los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada. (Catecismo de la Iglesia Católica, 2279).

“Testamentos en vida”

También se escucha de los “testamentos en vida”– instrucciones especificas en el curso particular de un tratamiento medico, usualmente en relación a un tratamiento que sostiene la vida. También son conocidos como “directrices previas”.

Hay muchos problemas con los “testamentos en vida”. Son inflexibles, y amarran las manos de los doctores y de los seres queridos. Por que es imposible poder saber cual será tu situación medica con exactitud, son inherentemente vagos y pueden ser muy confusos para los doctores. Muchas de las formas que están disponibles para los “testamentos en vida” son actualmente para refutar un tratamiento, que presumen a favor de la muerte. (Texto anterior cortesía de la Arquidiócesis de New York, Oficina de la Vida en Familia y del Respeto a la Vida.)

Recursos

Declaración sobre la Eutanasia por la Sagrada Congregacion para la doctrina de la fe
Vida Humana Internacional – La eutanasia y el suicidio asistido