5.o Domingo del Tiempo Ordinario
Oración

Padre amoroso,

Abre nuestros corazones a tu Palabra. Que tu Hijo, la Palabra de Vida, nos llene de alegría al reflexionar sobre su vida, muerte y resurrección. Que regocijemos de su presencia entre nosotros leyendo las Escrituras y compartiendo juntos nuestra fe.

Concédenos esto a través de Cristo nuestro Señor. Amén.

Comentario

Primera Lectura: Isaías 6: 1-8

Nos hemos centrado en el tema de “Vocación” en estas últimas 4 semanas. Nuestras lecturas de esta semana se centrarán en la llamada que recibimos para abrazar nuestra vocación en la Iglesia.

En un sueño de estilo “apocalíptico”, Isaías se ve a sí mismo ante el trono de Dios. La imagen de la realeza del manto del Señor, los ángeles cantando alabanzas a Dios, y la casa llena de humo eran demasiado para el Profeta. Conociendo la regla de que cualquiera – especialmente uno con mancha de pecado – quien mira al Señor está destinado a ser destruido, Isaías grita: “¡Ay de mí!”

Rápidamente, un ángel de Dios ofrece un remedio rápido para la naturaleza pecaminosa de Isaías, haciéndolo así limpio y permitiéndole pararse ante el trono.

Hecho limpio, Isaías ahora escucha que el Señor lo llama a una vocación como profeta de Dios. La respuesta de Isaías es inmediatamente: “¡Aquí estoy, Señor, envíame!”

Preguntas

¿Cómo has sido llamado por Dios para servir?

¿Asumes que Dios solo llama santos?

Segunda lectura: 1 Corintios 15: 1-11

San Pablo nos muestra tres maneras diferentes en que las personas pueden ser llamadas a seguir al Señor. La primera manera, como Pedro (Cefas), los apóstoles, y muchos otros, es a través del testigo directo del Señor Resucitado. La segunda forma es a través de una profunda revelación o conversión – como en el caso de Pablo mismo en su camino a Damasco.

La tercera es mucho más sutil.

San Pablo asume que la mayoría de sus oyentes no recibió revelaciones directas del Señor. Reconoce que ellos también son creyentes. Entonces, ¿cómo llegaron a creer y seguir al Señor? Pablo tiene la respuesta: “De cualquier manera, sea yo, sean ellos, esto es lo que nosotros predicamos y esto mismo lo que ustedes han creído.”

La mayoría de nosotros no seremos llamados por Dios en un sueño (como en nuestra primera lectura), o por algún avistamiento tangible del Señor. Más bien, respondemos al llamado de Dios a través de la proclamación de la Palabra de Dios que ha sido entregada a lo largo de los siglos. Sobre más de dos mil años, la proclamación del Evangelio ha apoderado a las personas a escuchar y a seguir al Señor.

Pregunta

¿Qué o quién en tu vida te ha inspirado para seguir al Señor?

Evangelio: Lucas 5: 1-11

La palabra vocación significa llamada. Más a menudo que no, hay por lo menos tres etapas para una vocación espiritual o religiosa.

La primera etapa implica una conversión espiritual o un cambio en la práctica espiritual. Esta etapa usualmente sigue un periodo de silencio o algunos días de descanso. Por ejemplo, un retiro en las montañas de estudiantes de la escuela secundaria, de estudiantes en el colegio, o de adultos, una visita a un Monasterio, o una rutina diaria añadida de frecuentes visitas al Santísimo Sacramento.

Esta primera etapa se puede comparar con el mandato de Jesús hacia Pedro “navegar mar adentro.” El profundizar más en nuestra vida cotidiana nos ayudaría tocar nuestra alma y así poder encontrar un significado y propósito mas rico a nuestra existencia. Esto es necesario y es, por lo general, el primer paso hacia el descubrimiento de nuestra vocación.

Después de ir “más profundo”, somos confrontados con un deseo de cambiar nuestro modelo pasado de comportamiento (nuestra segunda etapa). En el caso de Pedro, él admite que es pecaminoso y cae a los pies de Jesús.

La etapa final es similar a la escena donde Jesús dice al contrito Pedro, “no temas; de ahora en adelante tú serás pescador de hombres.” Esta etapa final pone a los apóstoles en la posición de seguir a Jesús.

Pregunta

¿Alguna vez has pasado por alguna de estas etapas en tu vida?

La tarea de esta semana

¿Cuándo fue la última vez que estuviste en un retiro? Toma tiempo esta semana para rodear un fin de semana, un día o incluso la mitad de un Día en tu calendario para hacer un retiro y pasar algún tiempo con el Señor. Ve más despacio y deja que Dios te alcance. Dios quiere saber de ti. Incluso puede tener algo que decirte.

Oración del Grupo

El grupo reza la siguiente oración: 

Todos rezan Salmo 137

Continúe con el Salmo 

Salmo

Respuesta: Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.

De todo corazón te damos gracias,

Señor, porque escuchaste nuestros ruegos.

Te cantaremos delante de tus ángeles,

te adoraremos en tu templo.

R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.

Señor, te damos gracias

por tu lealtad y tu amor:

siempre que te invocamos

nos oíste y nos llenaste de valor.

R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.

Que todos los reyes de la tierra te reconozcan,

al escuchar tus prodigios.

Que alaben tus caminos,

porque tu gloria es inmensa.

R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.

Tu mano, Señor, nos podrá a salvo,

y así concluirás en nosotros tu obra.

Señor, tu amor perdura eternamente;

obra tuya soy, no me abandones.

R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.

Concluir con el PADRE NUESTRO

Utilizar con autorización. Todos los derechos reservados. Cristo en Nuestro Barrio es un programa de Escritura diseñado por El Obispo John Dolan de la Diócesis de Phoenix.